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Real Balompédica Linense
El internacional congoleño Baron Kibamba fue el primer jugador africano que dio el salto desde la Real Balompédica Linense. Nada más terminar la campaña 2018-19 puso rumbo al Sevilla Fútbol Club, con cuyo filial afronta la segunda de las tres temporadas que tiene de contrato con los de Nervión. Las circunstancias le han impedido hasta ahora reencontrarse con el equipo con que le abrió las puertas del fútbol europeo. Si no surge contratiempo alguno, el domingo (17:00) lo hará en el Municipal de La Línea en un duelo en el que estará en juego el liderato del grupo IV-D de la Segunda B, que en realidad no es otra cosa que la fase de ascenso a la Primera RFEF (Liga Pro). El zaguero reconoce que le hace una especial ilusión.
Kibamba se incorporó a la Balompédica de Jordi Roger con la pretemporada ya empezada. En su primer entrenamiento, en el campo sanroqueño de Los Olivillos, ya llamó la atención su poderío físico. Un día más tarde, en un amistoso en el Nuevo Mirador, confirmó todos los buenos augurios.
En el mercado de invierno de aquella campaña varios clubes de Primera tentaron a Raffaele Pandalone, pero el presidente albinegro decidió aplazar el traspaso, que se concretó al final de una andadura en la que había disputado 23 partidos (21 como titular) y se había ganado el cariño de la afición de La Línea. El central congoleño puso rumbo a la capital hispalense.
La pasada campaña Kibamba no pudo medirse a la Balompédica en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros, ya que aún andaba renqueante de una lesión y el entrenador decidió dejarle fuera de la convocatoria. El compromiso de la segunda vuelta no llegaría a disputarse, ya que la competición quedó interrumpida como consecuencia de la crisis sanitaria generada por el Covid-19 (coronavirus).
Cuando el pasado verano daba los últimos coletazos, linenses y sevillistas se vieron las caras en un amistoso en Montecastillo, en Jerez. Kibamba tampoco tomó parte en el mismo, pero eso no le privó de desplazarse con sus compañeros y de dedicar buena parte de la mañana a saludar a directivos y auxiliares (especialmente a Pepe García, el masajista) y a los poquísimos excompañeros que aún quedan en el plantel.
El pasado domingo, en el partido que su equipo disputó con el Tamaraceite, reapareció después de haber cumplido sanción en el arranque de esta segunda fase, ante el Cádiz B. Y si todo sigue un proceso normal, se enfrentará por primera vez a la Balona el próximo domingo.
“Aunque los puntos tienen el mismo valor, como es lógico este partido es muy especial para mí, porque es la primera vez que voy a ir al estadio desde que salí de La Línea”, recalca el zaguero.
“De la Balona y de La Línea solo tengo buenos recuerdos, porque allí me trataron muy bien cuando llegué a España, desde el primer día me sentí como en casa, me recibieron con los brazos abiertos”, asegura el defensor, que se apresura a aclarar que, pese a todo, ahora es jugador del Sevilla Atlético y que, como tal, su ilusión es “lograr la victoria, porque hay un objetivo importante en juego, que es el ascenso”.
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