El Municipal de La Línea entra en coma inducido
Real Balompédica Linense
El Ayuntamiento renuncia a hacer más inversiones y pone su foco en el nuevo estadio
El recinto, que no tendrá pistas de atletismo, se levantará sobre el actual
Durante unos meses todos los aficionados verán los partidos de la Balona en Tribuna
El estadio Municipal de La Línea entra en un imprescindible proceso de lo que se puede entender como un coma inducido. El Ayuntamiento está acelerando los plazos para iniciar en un año la construcción del nuevo recinto, que se levantará sobre la huella actual, pero al mismo tiempo tiene decidido invertir lo menos posible -lo imprescindible para que pueda utilizarse- en el recinto que hace poco cumplió su medio siglo de vida.
El equipo de gobierno de La Línea y muy en concreto el alcalde, Juan Franco, y los concejales Juan Macías y Javier Vidal se han fijado como uno de los objetivos de la actual legislatura dotar a la ciudad de un nuevo estadio. Un edificio que supondría todo un símbolo de su gestión. Como también de una nueva Plaza de Toros, que ya está en camino.
Pero ese proceso obliga a que la Real Balompédica Linense se vean abocados a una travesía en el desierto durante más de una temporada. No queda otra como sabe cualquiera que haya sometido aunque sea una pequeña habitación a una obra de envergadura.
Este periódico ya desveló nada más finalizar el confinamiento forzado por la crisis sanitaria del Covid-19 (coronavirus) que el Municipal no tendría ni nueva iluminación artificial ni visera en Tribuna en los próximos meses. Ahora Europa Sur está en disposición de dar más detalles, que si no se conocen aún es porque el Ayuntamiento está pendiente aún de dárselo de conocer a alguno de sus usuarios, la Real Balompédica y el Club Atletismo Linense (CAL). De hecho, la reunión que tienen comprometida el alcalde y el presidente Raffaele Pandalone para tratar de este asunto se antoja inminente.
La idea del Consistorio, que en su día barajó cambiar la ubicación del campo de fútbol, es que el nuevo estadio se construya sobre el actual y que no tenga pistas de atletismo. Para ello se levantaría un nuevo recinto para ese último deporte que posiblemente –está por determinar- podría ser emplazado en una zona cercana al nuevo hospital comarcal o en la misma Ciudad Deportiva.
Para llevar a cabo esa obra la idea primero hay que solventar todos los problemas burocráticos y de financiación -gestiones que se pueden prorrogar durante un año- y después derribar en primer lugar los fondos de gol y la Preferencia del Municipal, que son las gradas que se encuentran en peor estado. Eso implica que durante un tiempo –que muy bien podría girar en torno a una temporada completa- los balonos tengan que reunirse en la grada de Tribuna. Eso sucedería, en principio, en la campaña 2021-22, pero los plazos están por fijar.
Algo muy similar a lo que les sucedió a los seguidores del Cádiz y del Málaga cuando sus respectivos clubes y ayuntamientos llevaron a cabo la remodelación del Ramón de Carranza y de La Rosaleda.
El principal obstáculo de cara a la inminente campaña 2020-21 –bendito obstáculo si se produce- es que la Balompédica pueda avanzar en la Copa del Rey, cuyos partidos en casa se suelen jugar en días laborales y horario nocturno, lo que sería imposible en un recinto que desde el pasado mes de diciembre carece de iluminación artificial, ya que cayó una de las torretas y el Ayuntamiento determinó hacer desaparecer las tres restantes para evitar que se repitiese ese accidente y pudiese tener peores consecuencias.
Para tal eventualidad el Consistorio ya desveló que prevé la instalación de un servicio puntual de iluminación valiéndose de generadores. No deja de ser un proyecto. Llegado el momento, si se produce, no hay que descartar que esa ronda tuviese que afrontarla el equipo albinegro fuera de La Línea.
El estadio, en estado de abandono
Lo cierto es que en este impasse el estado del Municipal es de auténtico abandono. Hay hierbas en las gradas, en los alredores, desconchones en el exterior. Vaya, que no presenta precisamente su mejor imagen.
El Ayuntamiento es consciente de esta situación pero, como queda dicho, está decidido a restringir al máximo las inversiones. Pintar el estadio cuesta alrededor de 60.000 euros y hacerlo en paredes que igual son derribadas a los pocos meses resulta cuando menos una inversión poco rentable.
La solución es que la concejalía de Deportes llevará a cabo un plan de choque en los meses de julio-agosto para que cuando la Balompédica inicie su pretemporada (se entiende que a final de agosto, comienzo de septiembre) se encuentre en las mejores condiciones posibles. Pero sin grandes inversiones. Para eso habrá que esperar a ver elevarse el nuevo estadio con el que sueñan todos los balonos.
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