La Línea, la Balompédica y el fútbol despiden al añejo Municipal
Real Balompédica Linense
El derribo de la Preferencia, iniciado este martes, supone el adiós definitivo del recinto inaugurado en 1969
Más de medio siglo de celebraciones, lágrimas e incluso conciertos quedan atrás para dar paso a una nueva era
La Tribuna del 'viejo' Municipal de La Línea empieza a ser historia
El Municipal de La Línea cumple medio siglo
Transeúntes ocasionales, deportistas matutinos... han sido este martes los afortunados últimos testigos de como seguía en pie la Preferencia del viejo estadio Municipal de La Línea. Un grupo de linenses-balonos (que para el caso igual) han contemplado en torno a las once de la mañana como la demoledora piqueta empezaba a derribar el último vestigio del aquel recinto levantado en 1969. De ese escenario en el que la historia recogerá que el 20 de mayo de 2023, 2.038 hinchas de la Real Balompédica Linense que aún desconocían el desenlace de la temporada celebraron como despedida un triunfo, estéril a la postre, de los albinegros sobre el Rayo Majadahonda. Un gol de cabeza de Borja López será el último que se haya podido celebrar desde esa parte del recinto.
Aquel Municipal que fue inaugurado el 15 de octubre de 1969 como estadio José Antonio con una rotunda victoria de España sobre Filandia ya es historia. Nunca más podrá utilizarse uno de sus asientos, en el que los linenes disfrutaron y sufrieron durante más de medio siglo, después de que tomase el relevo del añorado San Bernardo. Dentro de poco comenzará a levantarse otra Preferencia. La de otro estadio, más moderno, más útil. Pero, como es obvio, desposeído de ese carácter histórico, por mucho que esté en la misma ubicación. El paso inexorable del tiempo así lo exige.
La maquinaria de Albaida Infraestructuras ha puesto este martes fin a mucho fútbol y ha abierto, a la par, las puertas del futuro, las del nuevo Municipal (¿Ciudad de La Línea?) desde el que la Recia Balona trabaja para catapultarse cuanto antes de nuevo a la Primera Federación. El inicio del derribo de la Preferencia, que ha arrancado incluso alguna lagrimita a los que perpetuaban la imagen con sus teléfonos móviles, no es ni mucho menos el principio del fin. Es, más bien, el comienzo de una ilusionante nueva era.
El Municipal, o eso es lo que dice la historia, fue una de las supuestas compensaciones del franquismo por el cierre de la frontera con Gibraltar. La ubicación no era casual. Uno de los objetivos era que aquella mole de hormigón pudiera verse desde el otro lado de la Verja. Sin pretenderlo eso perpetuó la imagen más icónica de esa construcción, con el Peñón al fondo, como si quiera darle sombra.
El eje central de la Ciudad Deportiva, el entonces Estadio José Antonio (en homenaje a Elola-Olaso, que ocupaba un cargo semejante al que hoy sería Secretario de Estado para el Deporte) comenzó su andadura con el encuentro entre las selecciones nacionales de fútbol de España y Finlandia, que se resolvió con victoria local por 6-0 y que fue presenciado, según la memoria de la propia Real Federación Española, por unos 25.000 espectadores, lo que superaba con creces el aforo del recinto.
Aquella inauguración supuso el fin del aún hoy añorado estadio San Bernardo, al que hace ya tiempo que las necesidades urbanísticas convirtieron en pasado. El ceutí Pirri, a un paso de ser nombrado ahora presidente de honor del Real Madrid, anotó el primer tanto del nuevo recinto deportivo. Gento fue el primero en salir por la bocana de vestuarios.
Apenas unos días después Balona y Cádiz disputaron el primer encuentro de liga, que acabó con empate a uno y que se jugó bajo una auténtica tromba de agua. Cáceres marcó para los albinegros. Moreno igualó para los visitantes.
Desde entonces el estadio (en el que también se han celebrado espectáculos musicales del calado del mítico Rock and Ríos o de un concierto de la entonces floreciente Isabel Pantoja) ha visto pasar a los mejores jugadores del planeta, la mayor parte de ellos en el ahora adormecido Trofeo Ciudad de La Línea. Equipos que habían alzado competiciones internacionales se sucedían cada verano en ese césped. Además de España, que regresó para jugar con Yugoslavia, pasaron selecciones de países que hoy ni existen para disputar amistosos.
Y por medio la Balona. Más de medio siglo de futbolistas a los que casi es mejor no intentar desgranar, porque existe la garantía absoluta de dejar en el tintero a otros con iguales o mayores méritos. Ascensos inolvidables. Gestas coperas. Llantos por los descensos.... hasta que el cierre de la Tribuna por la amenaza (más amenaza que otra cosa) de que visera podía desprenderse llevó primero a la colocación de una grada supletoria y más tarde al cierre de la misma. Su sucesora abrirá las puertas dentro de poco más de un mes. La gestion del equipo de gobierno que encabeza Juan Franco y el apoyo inquebrantable de la Junta de Andalucía de Juanma Moreno han obrado lo que se antojaba un milagro hace apenas unos años. El futuro ya está aquí.
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