La Balona seduce a Mousa con su proyecto

Real Balompédica Linense

El banda asegura que aceptó la oferta por “la seriedad” y "la ambición" del club

Mousa, en la presentación con el Lleida, su último club
Mousa, en la presentación con el Lleida, su último club / E.s.
Rubén Almagro

23 de junio 2019 - 21:57

Mousa Bandh Kandeh es desde el pasado viernes jugador de la Real Balompédica Linense. Después de haber desarrollado toda su carrera –casi doscientos partidos como profesional– en clubes de la Segunda B catalana ha decidido cruzar el país y firmar por dos años atraído por “la seriedad” de la entidad de La Línea y por la garantía de un proyecto ambicioso que pone sus límites “en el ascenso a Segunda A”. Una reflexiones más que interesantes, sobre todo para el aficionado medio, que se impacienta al ver que la plantilla no acaba de definirse.

“Yo estoy convencido de que he fichado por un club que quiere hacer las cosas bien, que de hecho las está haciendo bien, que lo que nos traslada cuando hemos hablado con el presidente es que pretende hacer algo bonito, jugar el play-off e incluso ascender”, explica el recién llegado, hasta ahora el segundo fichaje de los de La Línea.

“Todo el mundo me dice que es un club muy serio, que al final es lo que busca el futbolista, que haya estabilidad y que sepas dónde encaminas tus pasos”, abunda.

El banda asegura que lejos de producirle vértigo, la posibilidad de cambiar de grupo y conocer nuevos rivales y escenarios es “un estímulo” para él.

“Cuando me llegó la oferta de la Balona lo estuve pensando y me llamó más la atención el seguimiento que tiene el equipo, lo que me han contado de él, el ambiente que le rodea que suponer un hándicap el hecho de tener que cambiar de grupo, tengo muchas ganas”, explica.

Sana empujó a su excompañero a aceptar la oferta albinegra

Mousa tiene una buena relación con el exbalono Sana N’Diaye y éste le dio el último empujón cuando barajaba la oferta: “Me dijo que iba a un club muy serio, que él estaba a gusto, que le gente me quiere y después me hablaron por otro lado de que había un buen proyecto, así que no era difícil decidirse”, reflexiona. “La realidad es que nadie me ha hablado mal de aquello”.

“También conozco mucho, porque coincidí con ellos, a Canario y Pirulo, pero no he tenido oportunidad de llamarles”, matiza. De los actuales inquilinos de la caseta no ha tenido relación profesional con ninguno de ellos.

El futbolista catalán, que se encuentra de veraneo en la costa de Almería junto a compañeros del curso pasado en el Lleida, explica que se forjó jugando como exterior, pasó a hacerlo como lateral zurdo (carrilero) durante buena parte de su carrera profesional, pero que la última campaña, en el Lleida, todo cambió. “Esta temporada me pusieron en banda, en el centro del campo y salió bien”.

Yo me sentía cómodo, metía goles, daba asistencias y acabé saliendo siempre en ese puesto”, recuerda. “Apenas jugué de lateral uno o dos partidos, por circunstancias”.

Mousa recalca que su única relación con el entrenador balono, Jordi Roger, hasta que éste se puso en contacto con él para enrolarlo en su proyecto era que se habían enfrentado durante la etapa del míster en el Cornellá.

“Imagino que me conoce por eso, nos habíamos saludado y eso, pero nuestra relación no iba más allá”, abunda.

“Cuando hemos hablado no me ha especificado en qué puesto me quiere, yo le dije que me ponga donde crea más oportuno, donde pueda ayudar más al equipo, que es lo que cuenta”, finaliza.

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