Real Balompédica Linense | Segunda Federación
Xerez Deportivo y Balona se reencuentran después de un cuarto de siglo
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Raffaele Pandalone celebra estos días que fue proclamado presidente de la Real Balompédica hace cuatro años. "Una decisión de locos" según sus propias palabras, que confiesa, volvería a repetir a pesar de las muchas adversidades que han ido salpicando el día a día. Reflexivo, tranquilo, midiendo sus palabras, el empresario romano se presta a repasar todo ese periodo sentado precisamente bajo un cuadro que le regaló su esposa con la primera entrevista que concedió a Europa Sur, cuando aún era candidato. A un mes vista de que la centenaria entidad de La Línea deje de ser club para convertirse en SAD, Pandalone toma la palabra.
-Hace cuatro años, en su primera entrevista para Europa Sur, confesó, sin tapujos, que comprendía que la gente desconfiase de un inversor extranjero como usted para hacerse cargo del club. Después de todo este tiempo ¿ha conseguido que confíen en Raffaele Pandalone?
-Creo que la mayoría sí. Me lo he ganado trabajando. Entonces no me conocía nadie, pero con el tiempo me he ganado la confianza de la mayoría, aunque sea la menos ruidosa. Después, como sucede en todas partes, está ese sector que no está de acuerdo con nadie. Creo que me he ganado a la gente de La Línea y que la gente de La Línea me ha ganado a mí. Yo no pensaba que estaría al frente del club tanto tiempo, pero la Balona me ha ganado por muchas cosas positivas y para mí ya es mucho más que un club de fútbol. La afición lo que confía al final es en el trabajo que se ha hecho, porque lo que quiere es que la Balona esté sana, sin problemas, va más allá de que la pelotita entre o no un día.
-En estos cuatro años, ¿en qué ha cambiado Raffaele Pandalone?
-La verdad es que hemos pasado momentos muy difíciles y no solo en asuntos relacionados con el fútbol. El primer año del Covid no se sabía qué iba a pasar en el mundo. En el primer periodo, cuando nos confinaron, incluso pensé en la posibilidad de volver a mi país. Por lo demás no creo que haya cambiado nada, solo que he adquirido experiencia. Me he equivocado muchísimas veces y trato de aprender de mis errores. En el fútbol gana en el que menos se equivoca.
-¿Y qué ha cambiado en la Balona?
-Mucho. Es una Balona distinta... aunque al final se ha quedado la misma Balona. Aún no ha terminado el proceso de profesionalización que empezamos. No era fácil después de 16 años con un presidente que era de la ciudad y yo he tratado de llevar a cabo esa reforma pero sin que se perdiese el ambiente de familia que tiene este club, en el que todos los de dentro lo viven muchísimo. Hacemos las cosas de otra forma, pero con la pasión, con la ilusión que le ponen la gente de dentro, que son de La Línea. Son personas maravillosa, a la que le estoy súper agradecido, muchas veces me han protegido, pero que quede claro, siempre miran por la Balona. Antes de la parte personal está el club.
-Cierre los ojos. Hace cuatro años se le presenta un viajero del tiempo y le dice “cuidado que se van a caer la visera y los focos del estadio, que llegará la pandemia del Covid” ¿hubiese dado el paso adelante?
-Visto con el paso del tiempo aquello fue, entre comillas, un paso de locos. Venir de fuera y tomar las riendas de un club que no es sociedad anónima... Era un paso arriesgado, yo tenía que hacer una inversión sobre nada concreto. Pero a la pregunta solo puedo responder que sí, que volvería a hacerlo. Hemos conseguido que la Balona tenga un patrimonio, aunque también sé que muchas veces me he equivocado, como el día del Villarreal [se refiere a cuando saltó al campo al final del partido] o el día del Algeciras cuando me fui del palco... Vivo esto demasiado, pero a veces esta pasión, estas ganas de hacer bien las cosas me traiciona y tengo que controlarla, porque yo soy el presidente, no un aficionado.
-¿Se ha despertado alguna vez y se ha dicho 'hasta aquí he llegado'?
-Muchas veces. No suelo comentarlo ni con mi mujer, que es la que siempre me escucha. Son momentos y uno debe reflexionar solo. Pero claro que sí, ha habido momentos muy difíciles, porque es complicado estar al frente de un club. Pero gracias a Dios aún tengo la fuerza y la edad para seguir adelante. Me acuerdo especialmente de la noche que tuve que destituir a Jordi [Roger]. Aquello fue muy complicada para mí, porque sigo pensando que es buen entrenador. El asunto del estadio, la derrota en Tamaraceite... porque al final las malas sensaciones siempre vienen después de un resultado adverso.
-¿Le molesta cuando sus críticos dicen “es que Pandalone quiere ganar dinero” al referirse, por ejemplo, a los traspasos?
-Bueno, lo que está claro es que al día de hoy no lo he ganado. Si digo la verdad, la inversión que al final ha necesitado al club no era la que yo pensaba que tenía que hacer. Nos hemos pasado. Cuando tu inviertes tienes que marcarte un límite, pero han pasado cosas como el Covid, la creación de esta categoría tan complicada como la Primera RFEF. Pero vamos, que yo estoy aquí, he hecho una inversión y el día de mañana tendrá que recuperar el dinero, como todo el que invierte. Que por cierto, que pueda recuperar ese dinero es algo que no puedo asegurar, porque a veces se pierde dinero, y sin embargo sí que es palpable que la Balona tiene ahora un patrimonio que no tenía. Ya adelanto una cosa, cuando llegue el momento recibiré críticas si es que puedo recuperar mi dinero o incluso ganar algo.
-En cuatro años la Balompédica ha cerrado cinco traspasos, algo impensable hasta hace bien poco, así que hay que acostumbrarse a que esta es la 'nueva normalidad' de nuestro fútbol. ¿Cómo se consigue obtener esos resultados en tan corto espacio de tiempo?
-Una vez se está dentro del fútbol profesional te das cuenta de que los propietarios de los clubes tienen demasiado miedo a apostar por los jóvenes y yo creo que por ahí pasa el futuro del fútbol, salvando a las entidades grandes, que tienen otro tipo de ingresos. Al final no solo se trata de tener el ojo de ver al futbolista, sino la duración de contrato, cómo lo pones en el mercado... Es más yo creo que el Covid nos ha impedido hacer algún traspaso más y también haber podido traer a algún jugador interesante. En ese apartado tenemos una cuenta pendiente y es trabajar más el mercado español. Aunque sé que no es fácil, porque hay muchos clubes con grandes canteras que lo absorben todo.
-Durante su mandato han pasado por el banquillo Julio Cobos, Sánchez de la Nieta, Jordi Roger, Antonio Calderón y Romerito. De los que ya se han marchado ¿volvería a contar con alguno?
-A mí ni con los futbolistas ni con los entrenadores me gusta volver a contratar a los que se fueron. Es un poco como una relación de matrimonio, una vez desgastada, si se ha roto, es por algo. Es difícil, porque además soy partidario de seguir aprendiendo, de gente nueva. La posibilidad de que alguno de ellos vuelva es muy muy pequeña... pero en la vida nunca se sabe.
-Por cierto, el proyecto de la Ciudad Deportiva de la Balompédica ¿quedó en el olvido?
-No, lo que pasa es que no quiero ilusionar a nadie. Tiene una serie de problemas que hay que solucionar y no es fácil hacerlo. Es verdad que hay un precontrato hecho, pero el del terreno, tienen que solucionar algunos temas con el Ayuntamiento y un problema de salud lo ha ralentizado todo. Va lento, pero lo queremos hacer.
-La Balona se ha reforzado en el mercado de invierno con un portero y un lateral diestro con experiencia en Segunda, un central muy curtido, ha recuperado a Iván Martín y ha incorporado, o está camino de hacerlo, a varios chavales con muy buena pinta. Teniendo en cuenta que parte de la quinta posición ¿este equipo sigue teniendo como objetivo solo la permanencia?
-Ese asunto es largo de tratar. Si no tienes la mentalidad que debes tener, pasa lo que nos pasó en Sevilla que un equipo que es casi un juvenil te pinta la cara. Puedes tener buenos futbolistas, pero si no tienes esa actitud puedes perder con cualquiera. Cuando vas con soberbia, cuando te crees mejor que el adversario casi seguro que pierdes...
-... pero esta plantilla es mejor que la que comenzó la temporada.
-Yo más que mejor diría más equilibrada. En verano hicimos alguna apuesta que no ha salido, porque algún futbolista no ha rendido como esperábamos y enero nos da la oportunidad de retocar. Entiendo que dentro de nuestras posibilidades hemos traído jugadores de alto nivel, que eso nos permite mejorar. Yo no hablo ni de permanencia ni de play-off, sería una hipocresía por mi parte. Yo lo que quiero es que mi equipo compita con mentalidad y no como en Sevilla, en Andorra o en el derbi. Desde ahora hasta marzo veremos hasta dónde podemos llegar. Pero si nos quedamos con que hemos mejorado la plantilla y no tenemos la mentalidad correcta, nos meteremos abajo. Y la prueba es que hay equipos con jugadores de muchísimo nivel que están abajo en esta categoría.
-En el apartado deportivo tiene usted dos espinas clavadas: la Copa y los duelos con el Algeciras.
-Empiezo por los Clásicos. No he ganado ni uno. Igual es que yo soy el gato negro (sonríe). Es que es un partido, tan distinto, tan sentido aquí... El primer año transmitimos a la plantilla con gente de La Línea lo que significaba, esta temporada optamos por mantener a los jugadores aislados del ruido... y las dos veces pasó lo que pasó. Y es verdad que en la Copa tampoco tengo suerte. También es verdad que a veces a equipos pequeñitos como el nuestro ese torneo les acaba pasando factura.
-¿Se ha planteado alguna vez sentarse con un entrenador y explicarle que la Copa es muy importante, que puede dejar mucho dinero, y que hay que afrontarla con todo?
-Mi filosofía es que nunca le digo a un entrenador lo que tiene que hacer y lo pueden confirmar todos los que han pasado por aquí. El entrenador debe hacer su trabajo y hacer lo que crea oportuno, porque al final si la cosa va mal, el primero que paga es él. Siempre desde el respeto al club, deben morir con sus ideas.
-Bueno paga él... y el presidente, que es el que se está jugando su patrimonio y la afición que se queda sin ver a un equipo de Primera.
-Si, es verdad, pero ya digo, si vas adelante a por todas a por la Copa y el equipo se viene abajo, porque las plantillas son las que son, eso también es perder dinero. El míster, que estaba muy condicionado por las bajas, decidió este año lo que decidió, tuvimos nuestras opciones en aquel partido y no hay que darle más vueltas.
-Posiblemente sea de las últimas veces que comparezca como presidente del club Real Balompédica Linense, porque en un mes pasará a ser una sociedad anónima deportiva, un proceso que no todo el mundo ha entendido. ¿En qué va a cambiar la Balona?
-Bueno, yo más que no todo el mundo ha entendido diría que hay quien todavía no lo entiende. La realidad es que en esta categoría tu tienes que tener una empresa y un club deportivo no es una empresa. Porque o garantizas con tu propio patrimonio o por ejemplo ante los bancos no eres nadie. Vamos a tener muchas más exigencias, porque las cosas hay que hacerlas de otra forma. Lo he dicho mil veces, para que la Balona siga creciendo, con la masa social que tenemos, voy a necesitar inversión y nadie me la va a prestar si esto es un club deportivo. Como dije antes, meter el dinero que yo metí en un club es una locura. El cambio apenas se va a percibir desde fuera porque ya estábamos en ese proceso. Y el apartado deportivo no va a cambiar nada. Puedo llegar a entender que haya gente que no lo acepte, pero son los mismos que quieren competir bien en esta Primera RFEF, contratar a buenos futbolistas y sin embargo aquí no ha llegado nadie a hacer una donación.
-Por último ¿cómo se imagina Raffaele Pandalone su salida de la Balona?
-Bueno antes de contestar me gustaría decir que han pasado muchas cosas en estos años, pero que yo tengo mucha suerte en mi vida y es que vengo de una familia muy modesta y he tenido que navegar en mares en borrasca y eso me ha enseñado a crecerme ante las adversidades.¿Mi salida? Mi idea es no salir, ni siquiera me lo estoy planteando. Yo no quiero irme de la Balona o hacerlo lo más tarde posible. Pero siempre he dicho que Alfredo Gallardo hizo una cosa muy bien, que fue capaz de elegir el momento más oportuno para marcharse. Yo no sé si ese momento llegará para mí en un año, en dos o me voy a quedar aquí como socio. Ahora mismo estamos en una categoría que es deficitaria y para que la gente se haga una idea, del presupuesto que dijimos el otro día (1.200.000 euros) ya nos hemos extralimitado unos 100.000 euros. No todos los años tienes la suerte de traspasar futbolistas y con la actual estructura de la Primera RFEF y con nuestra masa social no puedo seguir solo, así que posiblemente tendré que buscar un socio y si no llega, me tendré que hacer a un lado. Pero lo que puedo garantizar es que si llega ese momento, cuando yo vuelva a La Línea no digo que la gente me agradezca nada, pero por lo menos que me tenga cariño. No voy a dejar el club en manos de un cualquiera, a alguien que no sepa de qué va esto, como tampoco lo hizo Alfredo. Ahora una cosa es verdad, si me tuviese que ir sería con mucha pena, pero yo sé cuál es el limite y si lo sobrepaso me estaría haciendo daño a mí y a mi familia, pero también al club y eso no me lo voy a permitir.
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