Real Balompédica Linense | Segunda Federación
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Real Balompédica Linense
Triste por no haber podido continuar y por no haber tenido oportunidad de disfrutar de la afición de la Balona en su máxima expresión. Molesto (“que no enfadado”) porque este diario dio por entendido, por error, que él sabía que no seguiría en el cargo cuando la realidad es que tuvo conocimiento de la decisión de la entidad a través de Europa Sur (“me podías haber llamado”, reprocha, con razón). Convencido de que se debe hacer un “balance positivo” de esos dos meses largos que estuvo al frente de la Real Balompédica, cuyo entorno, entiende, no valora en su justa medida que el equipo espantase el fantasma del descenso a falta de dos jornadas, con el triunfo en Orihuela. Antonio Fernández Rivadulla se confiesa, apenas unas horas después de que la entidad de La Línea hiciese oficial su marcha, orgulloso de haber defendido al club y sin querer desvelar nada de unas tensiones que se produjeron entre él y alguno de sus futbolistas en el descanso del último partido, el que los albinegros disputaron en Lebrija y que acabó con el triunfo del Antoniano. Un marcador y una situación que podrían haber influido también en la decisión de la propiedad.
-¿Qué balance hacer de su paso por la Balona?
-El balance creo que es positivo. Llegué con nueve semanas de tiempo, con la ilusión de revertir la situación y meter el equipo en play-off, pero no pudo ser. Llegué con el lastre de un equipo que llevaba cuatro partidos sin ganar. Conmigo estuvimos tres, aunque estuvimos muy cerca en Sevilla de lograrlo. Y después conseguimos asentar al equipo, que creo que es una cosa que ahora mismo no se le da valor, pero igual en el futuro sí. Hubo momentos en los que peligró el estar con menos sabores de los que tuvimos [en clara referencia a la permanencia en Segunda Federación].
-¿Tiene usted la sensación, que por otra parte es generalizada, de que llegar al objetivo no era una cuestión de entrenador? Que la realidad es que la plantilla no daba para más.
-Lo único que puedo decir es que llegué y trabajé con las armas que tenía para tratar de sacar el máximo rendimiento. No puedo reprochar nada a mis jugadores. Al contrario, creo que lo han intentado y que han formado una plantilla muy honesta y que ha trabajado muy bien en el día a día y que eso nos ha permitido competir. Es verdad que nos quedamos con un mal sabor de boca, porque pudimos irnos con seis jornadas consecutivas sin perder y tres victorias.Ése partido es el mal sabor de boca que me queda, porque del resto, súper contento. Para mí ha sido un honor y un privilegio haber entrenado a la Real Balompédica Linense.
-Míster, ¿qué pasó en el último partido? Son muchas las voces que cuentan que en el descanso hubo algo más que desavenencias en el vestuario.
-Yo creo que fue un partido que afrontamos sabiendo el escenario al que íbamos, ante un rival complicado, que llevaba tiempo sin perder en casa y aunque no se jugaba nada demostró profesionalidad. Nadie regala nada. Tuvimos nuestras opciones en los primeros minutos, pero nos penalizó una jugada ensayada.
-Como buen gallego, no ha respondido a la pregunta. ¿Pasaron o no pasaron cosas en el descanso?
-No pasó nada que no fuese fútbol. Un entrenador tiene que tomar decisiones y yo tomé las que creía convenientes y nada más. Aquí paz y después gloria. Para mí no pasó nada fuera de lo normal. No voy a entrar en eso. Yo tomo decisiones y lógicamente los jugadores tienen que acatarlas, porque lo hago por el bien del club, no lo hago para fastidiar a nadie. Ni mucho menos.
-¿Tiene usted la sensación de que esa última derrota ante el Antoniano es la que le ha sacado de la Balona?
-No lo sé. Entiendo que una decisión como ésa no se toma por un resultado. El club tendrá otras opciones, como las tendré yo seguramente dentro de unas semanas. Y hay que saber cómo son las reglas del juego en este mundillo.
-Si pudiese volver al primer día de su desembarco en la Balona ¿qué no haría de lo que hizo?
-Repetiría muchas de las cosas que hice. Todo lo que hice fue para intentar revertir una situación y se consiguió. Muchas de las cosas que quise hacer se vieron plasmadas en el terreno de juego.
-¿Se encontró más dificultades de las que esperaba?
-No más de las que preveíamos. El balance yo no lo veo negativo. En casa no perdimos. Igualamos con el San Roque de Lepe a pesar de que se nos puso muy cuesta arriba con un hombre menos desde el minuto veinte. Quizás el primer partido, en la visita del Rácing Cartagena... igual ahí sabiendo el sitio al que íbamos hubiese modificado cosas a toro pasado, pero claro, las decisiones hay que tomarlas en el momento. Cuando teníamos dificultades clasificatorias en Murcia el equipo dio la cara con el UCAM y le empató a un rival que venía con la flecha para arriba, estuvimos cinco semanas sin perder. A eso se le dará valor dentro de un tiempo. Pero yo como profesional de esto, y sé de lo que hablo, sí que lo valoro. Me voy contento y orgulloso de haber realizado el trabajo que tenía encomendado de la mejor manera posible.
-Luego no se arrepiente de la decisión que tomó de venir a La Línea.
-Eso nunca. Si el año que viene se me presenta una oportunidad igual en otro club no me lo pensaré tampoco. Es trabajo y entrenar a la Balona no se entrena todos los días. Ha sido todo un privilegio. La Balona es un club al que le tendré siempre un cariño especial, al que le estoy agradecido por esta oportunidad.
-Por último, a la afición ¿qué le queda por decirle?
-Simplemente quiero agradecerles el apoyo. Confieso que me voy con un poco de desazón por no haber conocido realmente de cerca, en el campo, a esa afición que sé que hay dela Balona que apoya en todo momento al equipo. Está claro que llegamos con una afición algo quemada después de todo un año y... en ese aspecto se pudo revertir un poquito al final, porque hubo cosas que pudieron volver a ilusionar y con eso me voy. Lo que me gustaría es que de mi paso por el club el recuerdo que quede es el de un profesional que lo dio todo por los colores y que se fue muy contento de haber estado en esa tierra tan buena que es el Campo de Gibraltar.
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