La Balona y su pesadilla recurrente

La derrota cosechada por la Real Balompédica Linense el pasado sábado en el Municipal de Miguelturra a manos del CD Manchego de Ciudad Real (2-1)ha abierto la caja de los truenos en el entorno del equipo albinegro. El conjunto de Baldomero Hermoso Mere Mere ocupa la plaza que ocupa a disputar la eliminatoria de promoción por la permanencia, pero la realidad es que está a solo dos puntos de la quinta posición, la que da derecho a jugar el play-off por el ascenso. Así las cosas desde fuera muchos no entenderán la acritud con la que se manifiestan los hinchas albinegros en redes sociales, pero lo cierto es que los cuatro últimos resultados (tres empates y una derrota) han echado sal en una herida muy reciente que todavía no ha cicatrizado, la de haber bajado a Segunda Federación.

Después de consumarse el descenso y de que el empresario Andrés Roldán completase su adquisición del club (del que hasta entonces participaba al 50% con el italiano Raffaele Pandalone) la afición de La Línea se convenció, entre otras cosas porque así se lo transmitieron los nuevos responsables del club, que con la apertura de gran parte del nuevo estadio llegaba también una etapa de florecimiento deportivo.

Durante la pretemporada ya se oyeron algunas voces poniendo en tela de juicio por un lado la confección de la plantilla y por otro la lentitud con la que ésta se construyó. Tanto el director deportivo, Alberto Achirica, como el entrenador insistían en que era necesario obrar de esa manera para poder tener acceso al final del mercado a jugadores de mayor nivel que no habían encontrado cobijo en clubes dee Primera Federación. Lo cierto es que fichajes de alcance mediático, más allá que el del propio técnico, no se produjeron.

La victoria en La Unión de la primera jornada y el estreno del Ciudad de La Línea en la segunda (a pesar del empate con el Betis Deportivo) tuvieron un efecto balsámico que se ha ido diluyendo. Empezó a desaparecer en el segundo partido en casa,ante el Águilas, en el que el equipo murciano pasó por encima en la segunda parte de una Balona a la que literalmente salvó de una derrota su guardameta Facundo Ackerman, ahora lesionado.

La paciencia se acabó el sábado con una primera parte para olvidar de un equipo con un banquillo más que limitado (reflejo de una plantilla corta y de las continuas lesiones, que ése es otro tema para analizar) que acabó por cosechar su primera derrota. Y ojo que en este decepcionante arranque liguero los de La Línea se han enfrentado ya a tres (La Unión Atlético, Aguilas FC y CD Manchego Ciudad Real) de los nada menos que siete recién ascendidos que hay en el grupo. Faltan por cruzarse con la Balompédica Marbella, El Palo, Orihuela y Antoniano de Lebrija.

El problema no es solo que la situación del equipo es la que es en una categoría en la que su gente entiende (y así se le prometió) que debería ser un conjunto dominador. La cuestión también es que este arranque recuerda dolorosamente al del decepcionante curso pasado... y todo el mundo recuerda como acabó.

La pasada campaña después de cinco jornadas (ojo sobre 38 partidos y no sobre 34 como sucederá en la presente andadura) la Balona no conocía la victoria, había sumado tres empates y dos derrotas y ocupaba la decimoquinta plaza. Es decir, un puesto justo por encima del descenso directo. Vaya, como ahora.

El estado de ánimo de la grada queda reflejado en el cartel anunciador del encuentro que ha hecho púbico el grupo de Facebook Espacio Balono, en el que se puede leer: “Esperamos hacer guau de una vez”, parafraseando un término utilizado en la presentación de Mere por el accionista mayoritario. En esas estamos.