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Real Balompédica Linense
Las secuelas de la derrota cosechada por la Real Balompédica Linense en su despedida de 2023, en la visita al colista Cartagena B (2-1) van mucho más allá del monumental enfado de la mayor parte de sus aficionados. El encuentro en Cartagonova deja en el equipo de Baldomero Hermoso MereMere dos lesionados que, a falta de la necesaria confirmación por parte de los médicos, pueden estar apartados de los terrenos de juego durante un buen periodo de tiempo: Santi Jara y Víctor Olmo. Estas adversidades pueden incluso condicionar el mercado de invierno que tiene en mente realizar el cuerpo técnico.
El último marcador adverso del aciago 2023 no ha supuesto para la Balona un distanciamiento especialmente significativo de los puestos de play-off: los de La Línea encaran el último partido de la primera vuelta, el siete de enero en casa ante el Atlético Antoniano de los exbalonos Diego Galiano y Javi Firján que ocupa puestos de descenso, a cuatro puntos de los puestos que dan derecho a participar en la segunda fase, una distancia salvable con nada menos que 18 partidos por jugarse y más en un grupo en el que la regularidad de la mayor parte de los equipos brilla por su ausencia.
Sin embargo, el revés en la cancha del colista sí que ha dejado un problema grande en su plantilla. Ya antes de comenzar el choque, durante el mismo calentamiento, Fran Carbià tuvo que renunciar a jugar al resentirse de un problema en una costilla que ya le había impedido entrenarse con regularidad durante la semana. Es su caso, con tres semanas por delante hasta que vuelva la competición, los servicios médicos entienden que el futbolista tarraconense podrá estar en condiciones de competir ante la escuadra de Lebrija. En el peor de los casos, siempre podrá utilizar una protección.
No había transcurrido un cuarto de hora del accidentado partido en Cartagonova cuando Santi Jara, que por cierto volvía al escenario en el que ascendió a Segunda con el primer equipo departamental en 2020, se resbaló y sintió un fuerte pinchazo en un abductor que casi no le permitía andar. Todo está pendiente de los correspondientes análisis, pero los albinegros temen que sufra un desgarro (rotura de fibras).
En caso de que se confirme este primer diagnóstico el tiempo de recuperación dependerá del tamaño de la rotura. Las enciclopedias médicas de una o dos semanas en los casos más leves (que no tiene pinta de que sea el caso) hasta seis-ocho semanas si se trata de un “desgarro completo, compromete el vientre muscular por completo”. Eso, siempre y cuando no necesite tratamiento quirúrgico.
Con todo el caso más grave es el de Víctor Olmo, quien había entrado a sustituir precisamente a Santi Jara en el minuto 15 y tuvo que abandonar entre lágrimas el terreno de juego en el minuto 73. El jerezano pisó mal justo en la zona en la que acababa el césped natural y estaba colocada una protección de hierba sintética y en el resbalón su rodilla le jugó una mala pasada. No hay nada oficial, pero todo indica que tiene dañado el ligamento cruzado de su rodilla izquierda.
Desgraciadamente para el futbolista el chasquido que suele acompañar a ese tipo de lesiones no es nuevo. Ya sufrió en octubre de 2022 la rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha (es decir, la de la otra pierna) durante un partido que enfrentaba al filial malacitano -em el que él militaba- con el Torreperogil en La Rosaleda.
"La lesión del ligamento cruzado anterior es el desgarro o esguince de ese ligamento, que es una de las fuertes bandas de tejido que ayudan a conectar el hueso del muslo (fémur) con la tibia", explican los médicos especializados en este tipo de lesiones.
Según la gravedad de la lesión, el tratamiento puede constar de descanso y ejercicios de rehabilitación para ayudar a recuperar la fuerza y la estabilidad, o una cirugía de reemplazo del ligamento desgarrado seguida de rehabilitación", añaden.
Aunque los galenos aún tendrán que determinar si se trata de un fuerte esguince o de una rotura parcial o total basta remontarse al antecedente de este mismo futbolista para empezar a asimilar que la temporada puede haber acabado para él. De hecho, tras caer lesionado en octubre de 2022 no volvió a jugar hasta la pasada pretemporada, ya como integrante de la plantilla balona.
A la vista de todas estas circunstancias, la Balompédica tendrá que ampliar su abanico de opciones en el mercado de invierno, que permitirá a los clubes realizar contrataciones y dar bajas entre el dos y el 31 del inminente mes de enero de 2024. Alberto Achirica y Mere ya tratan de encajar las piezas para que sea lo más productivo posible.
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