El extraño caso del mercado de invierno de la Balona
Real Balompédica Linense
Un mes después de que se cerrase la ventana de enero, solo uno de los siete fichajes, Pitu, fue titular ante el Mirandilla
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La Real Balompédica Linense tiene un conflicto con el reciente mercado de invierno. Los albinegros -que necesitaron del beneplácito del propietario Andrés Roldán para hacer un esfuerzo económico extra en ese periodo- firmaron hasta a siete jugadores durante la ventana de enero. Un mes después, solo uno de ellos, [Pitu] formó parte del once inicial del encuentro del pasado domingo ante el Cádiz-Mirandilla (1-1). Recurriendo al tópico entre tópicos, para ese viaje no hacían falta tantas alforjas.
La relación de la Real Balompédica con los mercados de fichajes tiene absolutamente desconcertada a su afición. Y a los analistas. A lo largo de la primera vuelta en numerosas ocasiones desde el seno del club se emplazaba a esperar a enero para que la plantilla, que no era capaz de engancharse a la quinta plaza, se reforzase y acabase con sus debilidades. Porque llegó un momento en el que ya nadie se atrevía a decir que no existiesen defectos.
No será por nombres. La entidad concedió cinco bajas y hasta siete jugadores llegaron a la caseta: el meta Adri Romero (Atlético Levante), el defensa Rafa Ortiz (Orihuela), el centrocampista Antonio Romero (Lleida) y los atacantes Juan Carlos Fernández Marín Pitu (Alzira), Pitu Nando Copete (CD Estepona FS) y ya, el último día de mercado, Moi Parra (Getafe B). Una cifra que convertía al equipo de La Línea en uno de los equipos no ya del grupo IV sino de toda la Segunda Federación que más se había reforzado.
Una frase se oyó en innumerables ocasiones durante las presentaciones de las diferentes incorporaciones: “Nos va a dar algo que no teníamos”. Y la afición -que a pesar de que se enfada alguna vez, está deseosa de tener el más mínimo motivo para creer- recibió a los nuevos (muy especialmente a Antonio Romero en su regreso) dando por entendido que traían la kryptonita que acabaría con las virtudes de todos los rivales.
El caso es que apenas han pasado cuatro jornadas desde que el reglamentó canceló la posibilidad de realizar más contrataciones (excepto en circunstancias muy puntuales) y el pasado domingo, en el encuentro en el que los albinegros firmaron tablas con el Cádiz-Mirandilla (1-1) en el Ciudad de La Línea, solo una de las siete incorporaciones fue titular, Pitu, quien además había sido objeto de un banquillazo una semana antes en Estepona. Bien es cierto que a lo largo de la contienda saltaron al césped Moi Parra (65') y Antonio Romero (75').
Hurgando en el análisis se dan circunstancias tan, como poco, anómalas como las del centro de la defensa. La Balompédica cuenta con tres centrales. Pues bien dos comienzan los partidos en el banquillo y uno de ellos es Rafa Ortiz, fue precisamente de los que se incorporó hace poco más de un mes. A cambio juega como titular un mediocampista, Sergi Monteverde, que dicho sea de paso está cuajando una temporada ejemplar en esa demarcación.
El movimiento de fichas ha dejado a los linenses sin más lateral zurdo que Nani, aunque es cierto que el multiusos Diego Jiménez ya ha demostrado su capacidad de adaptación casi a cualquier puesto de la retaguardia. A cambio, cuando se produzca el inminente regreso de Santi Jara habrá un overbooking de jugadores ofensivos de banda.
El otro aspecto que ha quedado de manifiesto, es cierto que como consecuencia de una lesión, es que la Balona se ha quedado con un solo nueve en el plantel, un Aridane Santana que a base de bajar a recibir (muchas veces parece más un 10 que un 9) y de saltar a todo balón dividido que se mueva por su espacio aéreo llega al tramo final de los encuentros literalmente reventado. Con independencia de que unas veces esté más y otras menos acertado.
Los linenses dejaron ir a Chema Moreno -que ha marcado en apenas cinco partidos en el Badalona Futur los mismos goles (2) que en la Balona en toda la primera vuelta- y al linense Manu Toledano, que aún no ha anotado en el Alcalá de Tercera RFEF. A cambio llegó Nando Copete, que cayó lesionado precisamente ante su ex equipo, el Estepona. La apuesta, y aquí ha tenido mucho que ver el azar, no ha salido bien. Al menos, de momento. Pero igual no hubiese estado de mal prever esta posible contingencia.
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