Juampe cuelga las botas
Real Balompédica Linense
El tarifeño, que jugó 318 partidos en nueve temporadas en la Balona, deja el fútbol a los 40 años
El banda acaba de levantar dos títulos con el Lincoln de Gibraltar
O'Rei Juampe, una historia en blanco y negro
Juan Pedro Rico (Juampe) ha anunciado este martes que da por finalizada su carrera en los terrenos de juego. El extremo tarifeño cuelga las botas a los 40 años. Con esta decisión se marcha del balompié un trozo de la historia de Atlético Zabal, UD Tarifa, Algeciras Club de Fútbol, Unión Deportiva Los Barrios, CD Estepona y, en Gibraltar del Europa y del Lincoln, pero por encima de todo de una Real Balompédica Linense cuya afición le concedió hace mucho un lugar privilegiado en el altar al que solo tienen acceso los jugadores que han dejado huella.
Juampe sufrió una gravísima lesión mientras defendía los colores del Algeciras y se rehabilitó en la Unión Deportiva Los Barrios bajo la batuta de Rafa Escobar, con el que volvió a coincidir en la Balona y en el Europa.
El banda de Tarifa jugo en la Balompédica la friolera de nueve temporadas. En la primera de ellas el equipo de La Línea consiguió el ascenso a Segunda división B. En la siguiente, disputó el play-off por una plaza en Segunda división de la que le apartaron el árbitro vasco Aitor Gorostegi y el CD Tenerife. Y por supuesto participó en diciembre de 2015 en la recordada eliminatoria copera que enfrentó a la escuadra albinegra con el actual campeón de la competición del KO, el Athetic Club.
En su paso por la Balona participó en 318 partidos oficiales (37 en Tercera) en tdoas las competiciones, en los que anotó 61 goles. El último de ellos el 24 de febrero de 2019. Ese tanto, anotado en el minuto 89' sobre el Atlético Sanluqueño, permitió al equipo que entrenaba Jordi Roger romper una racha de dos meses sin ganar en casa.
“Juampe Rico, a quien la grada considera con toda la razón del mundo un patrimonio balono, ejerció de chamán de una Balompédica sumida en una profunda crisis de identidad y la trasladó hacia una victoria balsámica. No es solo que marcase el gol del triunfo sobre la imaginaria bocina, es que suyo [y de Tarsi Aguado] fue el único fútbol de un equipo que se las vio y se las deseó para derrotar a un Sanluqueño cogido con alfileres que jugó media hora con un hombre menos. Al final la única verdad es que este bendito deporte pertenece a los futbolistas por encima de tácticas y de conceptos grandilocuentes”, comenzaba la crónica de Europa Sur de aquel encuentro, titulada La Juampevictoria.
“Y la Balona tiene uno que, incluso ahora que afronta el ocaso de su dilatada carrera, cuesta mucho asimilar que empiece los partidos en el banquillo. Responde por Juampe y esta vez se encaminó hacia la caseta al final de las hostilidades respondiendo con aplausos a las reverencias que le hacía su afición. Y esa grada sabe mucho, muchísimo, de este negocio”, añadía.
Pero ninguna cifra ni ningún recuerdo específico pueden siquiera acercarse al valor humano y a la profesionalidad y honradez de un jugador que cuando consideró (después de ser titular indiscutible durante toda temporada) que ya no estaba en condiciones de garantizar sus prestaciones en la extinta Segunda B optó por dar un paso al lado y continuar su carrera al otro lado de la Verja.
Así se lo reconició la Balompédica, que en agosto de 2019 le brindó (a él y al linense Olmo) un más que merecido homenaje en los prolegómenos de un encuentro estival con el Europa gibraltareño, a cuya plantilla pertenecía entonces.
Juampe se marcha después de levantar dos títulos con el Lincoln, pero no deja el fútbol, que para él es mucho más que un oficio. Una pasión. Hay quien predice que más tarde o más temprano está llamado a formar parte del cuerpo técnico de la Balona. Lo que está claro es que si ese momento llega será recibido por todos con los brazos abiertos un futbolista al que todos y cada uno de los hinchas añora.
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