Análisis
Santiago Carbó
Algunas reflexiones sobre las graves consecuencias de la DANA
Real Balompédica | Primera Federación
A Víctor Mena le ha cambiado el semblante. Después de meses complicados, en los que unas molestias en el pubis amenazaban con llevarle al quirófano, ha pasado de suplente a héroe en siete segundos. Literalmente siete segundos. El zaguero de Los Palacios y Villafranca anotó el pasado sábado el tanto que proporcionó a la Real Balompédica el celebrado triunfo sobre la Cultural. El balón llevaba en juego exactamente ese periodo de tiempo, después del necesario parón para que se produjese su entrada para relevar al lesionado Álex Guti. El capitán tira de humildad y afirma que fue “el gol de todos”, pero la realidad es que lleva su firma.
Víctor Mena llevaba algo más de 20 segundos en el campo cuando cabeceó en una postura imposible un centro de Toni García. Pero solo se contabilizan los que habían transcurrido desde que el balón se puso en juego desde el saque de esquina. Así lo dictamina el reglamento. Y si alguien tiene dudas que tire de hemeroteca y revise la decisión del Comité de Competición en torno al Algeciras-Real Madrid Castilla de la pasada campaña. Hasta que el esférico se pone a rodar no cuenta.
Esos siete segundos convierten al zaguero sevillano de la Balona, según confirman varios especialistas en estadísticas, en el autor del gol en menos tiempo desde que la Segunda B se transformó en Primera RFEF y más tarde en Primera Federación. Un dato significativo, pero que no le supone gran cosa comparada con la satisfacción de haber sido determinante en un triunfo que, tras cuatro semanas, saca a su equipo de la zona de descenso.
“Entré al campo, me fijé en como estaban colocados mis compañeros, me di cuenta de que en segunda línea no tenía marca, me llegó un balón la verdad bastante bueno... y desde que la toqué estaba celebrando el gol, incluso antes de que entrase”, recuerda el lateral metido a goleador.
“Es verdad que no se me conoce por los remates de cabeza en el área contraria, pero es algo que se me da bastante bien”, señala el defensa. “Desde la temporada pasada me caen muchas pelotas, de ahí que Monteagudo [en referencia al técnico destituido tras la octava jornada] me puso para los remates en córners y faltas y esta vez me tocó a mí hacer el gol”.
“No puedo negar que estoy, pero no por mí, sino por el equipo, por la afición, por toda la ciudad, porque llevamos un tiempo sufriendo y esta segunda victoria supone un desahogo para todo el mundo”, recalca.
A pesar de que su presencia en el once ha sido intermitente, Víctor Mena asegura que siempre se ha “sentido útil”.
“Al final ser capitán del equipo supone que tienes que estar constantemente apoyando a todos los compañeros, creando muy buen ambiente, aunque también es cierto que eso no es complicado en este vestuario tan bueno”, reflexiona en voz alta.
“Yo siempre estoy para ayudar al equipo y aquí no hay ni titulares ni suplentes", abunda. "De hecho lo primero que nos dijo el míster es que todos teníamos la posibilidad de jugar y eso ayuda a que seamos un equipo, todos estamos comprometidos”.
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