Balona, ésta te la sabes

Real Balompédica | Crisis del coronavirus

Los albinegros ya tuvieron que interrumpir la competición dos veces en su historia reciente

En 1988 un accidente camino de Gandía les impidió jugar tres jornadas

Dos años después una posible epidemia de hepatitis les obligó a aplazar dos partidos

José María Martín Doblado, entrenador de la Balona en 1988
José María Martín Doblado, entrenador de la Balona en 1988 / E.S.
Rubén Almagro

12 de abril 2020 - 19:17

Este Domingo de Resurrección se cumplen 35 días desde que la Real Balompédica Linense, como el resto de los equipos de España, disputó su último encuentro. El ocho de marzo los albinegros empataron sin goles en la Ciudad Deportiva del Granada ante el filial nazarí, eran séptimos en el grupo IV de Segunda B y mantenían intactas sus expectativas no solo de lograr una plaza para la Copa, sino incluso de pelear por auparse a la cuarta posición y lograr la clasificación para la fase de ascenso.

Desde esa jornada los que entrena Antonio Calderón deberían haber recibido a Villarrubia, Yeclano y este mismo 15 de marzo al Sevilla Atlético en el estadio Municipal y hubiesen rendido visita a su verdugo copero, el Real Murcia, y al Badajoz. Cinco partidos que, como en su día predijo el presidente de la Balona, Raffaele Pandalone, cada minuto que pasa están más cerca de no celebrarse jamás. Como los del resto de la competición.

Es evidente que se trata de una situación inédita porque la causa, la crisis desatada por el Covid-19 (coronavirus), así lo es. Pero la Balona (y por ende sus aficionados) ya se han visto sin fútbol al menos en dos oportunidades en su historia reciente. Y por supuesto no se computan aquellas suspensiones por mor de las condiciones meteorológicas que se anunciaban casi sobre la marcha.

El accidente camino de Gandía (1988)

El primero de los casos tiene su punto de arranque a las 11.25 del tres de septiembre de 1988. El autocar en el que viajaba la expedición de la Balona con destino a Gandía para disputar su primer encuentro de la temporada, también en la categoría de bronce, sufrió un accidente a la altura del kilómetro 513 de la entonces denominada Nacional 321, cerca de la localidad malagueña de Villanueva del Trabuco.

“El conductor del turismo, que viajaba en dirección a Málaga, invadió la calzada izquierda y chocó frontalmente con el autobús que transportaba al equipo de fútbol de la Balompédica Linense, de segunda división B, que se dirigía a Gandía”, explicaba el diario El País. “El turismo, debido al fuerte impacto, se partió en dos y su conductor murió en el acto, mientras el autobús, que transportaba a un total de 26 personas cayó por un pequeño terraplén”.

Como resultado del accidente doce de los miembros de la expedición resultaron heridos de diversa consideración, siendo los más afectados el entrenador, José María Martín Doblado, y el delantero Argimiro Márquez, que aunque después protagonizó un fugaz regreso, vio como aquella circunstancia ponía fin a su carrera como jugador, no sin antes convertirse en el máximo anotador de la historia del club. Años más tarde logró un ascenso también a Segunda B con la propia Balona, pero ya como entrenador.

La Balompédica logró el aplazamiento de las tres primeras jornadas de la competición (frente al propio Gandía, UD Melilla y Cartagena) y reapareció en casa el 29 de septiembre ante el Marbella, al que venció 1-0 con un tanto de Alonso en el minuto 40.

Participaron en aquella contienda: Domingo; Salvador, Suárez, Aparicio, Arias, Torremocha, Acris, Ordás, Juli (Quinichi, 88’), Martín (Pacheco, 85’) y Alonso.

El parón por hepatitis (1990)

El segundo capítulo de esta ausencia de competición se remonta a diciembre de 1990. “Una supuesta epidemia en la plantilla de la Balona obligó a la suspensión del partido. Los análisis habían confirmado que Javi y Torremocha padecían hepatitis y existía el temor de que pudieran haber contagiado a los demás jugadores, explica José Manuel Fernández, escrupuloso narrador de la historia de la Real Balompédica, en un libro aún inédito, cedido para este reportaje.

La Balompédica no jugó ni en casa ante el Granada ni en su visita al Sevilla Atlético de las jornadas decimoquinta y decimosexta. En el caso del partido con el filial nervionense, los médicos de la Federación no permitían jugar al conjunto de La Línea por cuanto todos sus jugadores habían sido sometidos a análisis para comprobar si habían estado infectados, pero los resultados de esas pruebas aún no estaban disponibles.

El 10 de diciembre “los análisis permitieron descartar la temible epidemia hepática. Salvo Javi y Torremocha, todos estaban en perfecto estado. La plantilla volvió a entrenarse al día siguiente con las ausencias de ambos”explica Fernández. La competición continuó y la Balona jugó ambos partidos como aplazados.

Formaban parte de aquella plantilla: Pablo Caballero, José Manuel García, Juan Arias, Javi, Ismael Martínez, Eguileor, Elorduy, Lucendo, Serna, Miguel Ángel, Felipe, Puente, Tomy, Torremocha, Asensio, Francis Navarro, Jorge, Julio Medina, Arreitu, Da Silva, Mancilla y los canteranos Miguel Ángel Ordóñez Chichi, Juan Almandro, Villi, Agustín Cabera y Yiyi.

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