La Balona y su SAD déjà vu

La directiva de la Real Balompédica tiene convocados este martes (19:00) en el Palacio de Congresos de La Línea a todos los interesados, sean socios o no, para participar en una charla coloquio sobre el proceso de conversión en Sociedad Anónima Deportiva. Un cambio que pretende iniciar el próximo viernes en el mismo escenario, ya solo con la presencia de los socios. Lo que pocos hinchas recuerdan es que la Balona ya decidió transformarse en SAD. Fue el 24 de julio de 2006. El entonces presidente, Alfredo Gallardo, sostuvo que era “la única solución para un club que en caso contrario parece condenado a ser como tantos otros, un pozo sin fondo”. “Es la mejor fórmula para acabar con la agonía y asegurarnos la salvación”, sentenció.

La Balona ha entrado en una de las semanas más importantes de su centenaria historia. La directiva que encabeza el empresario italiano Raffaele Pandalone, de acuerdo a lo pactado con Alfredo Gallardo cuando tomó el relevo en enero de 2018, pretende iniciar dos años después el tránsito hacia la conversión en SAD. Como cada vez que se plantea esta posibilidad –y han sido muchas– el encendido debate se hace sitio.

Claro que la maldita hemeroteca recuerda que los balonos ya acordaron la conversión en SAD y además por mayoría aplastante. Otra cosa es que nunca se llevara a cabo. De hecho el entonces máximo mandatario garantizó a los presentes en aquella reunión que si en un plazo de nueve meses no se habían iniciado las gestiones y en el futuro el club lo intentaba de nuevo, los socios volverían a ser consultados. Y así va a suceder.

En los salones del Círculo Mercantil y con más de un centenar de asistentes, el 24 de julio de 2006 “los socios de la Real Balompédica Linense aprobaron en una votación celebrada a mano alzada y por una mayoría aplastante –todos los presentes en la asamblea, excepto uno– autorizar a la junta directiva que encabeza Alfredo Gallardo a continuar con las gestiones encaminadas a que la entidad albinegra se convierta en Sociedad Anónima Deportiva (SAD), lo que, de acuerdo a los plazos legales, sucedería antes de que finalice la próxima andadura liguera”, según reflejaba Europa Sur en su edición impresa un día después.

Los dirigentes recalcaron que pondrían como condiciones innegociables a quienes quisiesen tomar el mando del club que éste no podía perder ni su nombre ni sus colores y que tampoco podía salir de La Línea. En aquella época varios clubes cambiaron de localidad al constituirse en SAD.

Gallardo subrayó que este movimiento se debía al interés “de una empresa importante y de fútbol” cuyo nombre no podía desvelar y que pretendía adquirir el paquete mayoritario del accionariado.

En la mesa presidencial acompañaban al entonces máximo mandatario del club los directivos Martín Franco, Arturo Abad y Joaquín Jiménez, además de Manuel Mellado (muy crítico con la gestión de Pandalone en la asamblea del pasado mes de diciembre), quien comparecía en calidad de asesor jurídico del presidente. Fue este último el encargado exponer un proceso que denominó “bastante laborioso” para que la Balona quedase en manos de una entidad que “garantiza que confeccionará un equipo competitivo”.

Mellado explicó que el capital social del club debería establecerlo el Consejo Superior de Deportes a la vista de una auditoría, pero que según los cálculos de la directiva señalará que la Balompédica adeuda entre “trescientos cincuenta y cuatrocientos millones de las antiguas pesetas”. Eso supone que el capital social rondaría los dos millones y medio de euros. Paradójicamente el propio abogado sostuvo en enero ante el resto de socios que el club nunca había alcanzado deudas como la que mantiene con el actual presidente (603.000 euros).