El crepúsculo de la Balona
Real Balompédica Linense
Los linenses solo han ganado tres partidos en la segunda vuelta y llevan sumados cuatro puntos menos que el curso pasado en ese periodo
Los albinegros, descabalgados de la Copa, acreditan un balance goleador de -4
La Línea/La afición de La Línea ha dicho basta. La escasísima presencia de aficionados en el partido del pasado domingo ante el San Fernando es el reflejo del desencanto que vive la hinchada. Una indiferencia que está más que justificada. Los números no dejan lugar a dudas: el equipo de Jordi Roger ha ganado uno de sus ocho últimos compromisos en casa y en toda la segunda vuelta ha sumado solo 13 puntos, es decir, menos de la mitad de Marbella (27) y Badajoz (28) que han acabado de expulsarle, siquiera momentáneamente, de las plazas coperas.
Las derrotas en El Ejido y ante el San Fernando han acabado con la paciencia. La Balona encadena tres jornadas sin vencer (de esas, dos sin marcar), y está afincada en la novena posición, lo que le supone abandonar las plazas que conceden pasaporte de pleno derecho para la próxima edición de la Copa… e incluso aquellas que permiten disputarla si se produce la habitual ampliación. Y los albinegros llevaban casi toda la temporada en esos puestos.
Los números son aplastantes. La Balona solo ha ganado tres partidos en la segunda vuelta, lo que implica que ha dejado de hacerlo en otros diez. En el ecuador de la competición Javi Montoya, David Robador y Manu Caro habían encajado nueve goles y el equipo de La Línea era noticia a nivel internacional por su nivel defensivo. El promedio era de 0,47 tantos por jornada. En los trece duelos de la segunda vuelta ha visto profanada su portería en trece ocasiones. El promedio (1) es más del doble y los jugadores –a excepción de la baja de Kibamba por lesión– son prácticamente los mismos. Por cierto la diferencia de goles en esta segunda vuelta es de -4.
Otro dato relevante. Los 13 puntos que la Balompédica lleva sumados desde que arrancó la segunda vuelta son ¡cuatro menos! de los que conquistó el curso pasado en ese mismo periodo. Y no es necesario recurrir a la hemeroteca para recordar que aquella trayectoria supuso la destitución del entrenador, Julio Cobos (ahora en el Villanovense) y la permanencia in extremis en la última jornada.
El recuerdo que queda de la pasada andadura, con todos los datos expuestos, es que fue una campaña horrible. Ésta hasta hace muy poco era catalogada de éxito rotundo. La diferencia según la clasificación es que la Balona 2018-19 tiene cuatro puntos más (46) que la de la andadura 2017-18 (42) a estas alturas. ¡Ah! En ambos casos después de la jornada 32 ocupaba la novena plaza.
Uno de los argumentos más esgrimidos cuando comenzó el descalabro de la Balompédica -que indiscutiblemente tiene mucho peso- es el del presupuesto. Con la lógica alteración que supone la presencia de filiales, el equipo de La Línea debe ocupar por lo que gasta entre la octava y la duodécima plaza. Y es noveno. Es decir, está donde debe estar. Pero está claro que el San Fernando, incluso con menos dinero, demostró en el Municipal que ha encontrado el secreto para a estas alturas seguir siendo un firme candidato a disputar la liguilla.
Por último está el debate sobre el juego. La afición había hecho suya la política de fútbol austero a cambio de resultados. El déficit de esa teoría –defendida de forma vehemente, entre otros, en este mismo medio- es que cuando los resultados no llegan no hay nada a lo que sujetarse. Y una victoria en ocho partidos en casa y tres en las trece jornadas de la segunda vuelta suponen que los resultados no llegan.
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