Balona: la fiesta continúa

Real Balompédica Linense

Más de un centenar de aficionados y la plantilla festejan en el Municipal el ascenso albinegro

La plantilla de la Balona festeja su desembarco en la Primera RFEF sobre el césped del Municipal
La plantilla de la Balona festeja su desembarco en la Primera RFEF sobre el césped del Municipal / Erasmo Fenoy
Rubén Almagro

26 de abril 2021 - 18:57

La Real Balompédica y su gente siguen en modo celebración. La que comenzaron este domingo, poco antes de las 20:00, cuando el conjunto de La Línea certificaba, con su empate en la Nueva Condomina ante el Real Murcia, que el curso próximo militará en la Primera RFEF (Liga Pro). Más de un centenar de aficionados se ha dado cita este lunes en el Municipal para recompensar con palmas a los jugadores y técnicos que han conducido a la centenaria escuadra albinegra hasta el objetivo con el que había comenzado el curso. Los primeros de los muchos aplausos que les quedan por recibir hasta que el domingo próximo (17:00) disputen ante el Córdoba su último duelo en casa de la temporada.

Se equivocaba Paloma San Basilio cuando allá por mediado de los añorados ochenta aseveraba aquello de que “la fiesta terminó”. Ni entonces tuvo mucha recompensa en el festival de Eurovisión ni ahora tiene mucho que ver con la realidad que viven la Real Balompédica y La Línea, dos partes indivisibles de un binomio indivisible, como en su día acuñó el expresidente Manuel Monteagud.

Después de arribar bien entrada la madrugada tras un viaje en el que no faltaron los cánticos y las bromas, la plantilla albinegra disfrutó de una mañana de asueto y alrededor de las tres de la tarde ya había algunos seguidores en los alrededores de la puerta de Preferencia del Municipal, para ver llegar a los que han pasado a ocupar un puesto preferente en los altares del balonismo. A fin de cuentas son los que han llevado al club a una categoría que supone, al menos a corto plazo, la garantía de la supervivencia de la entidad.

Poco después de las cuatro de la tarde los jugadores saltaban al césped. Sin demasiadas ganas de entrenarse, tampoco hay que engañarse. El trabajo ya está hecho. Intercambio de aplausos entre la grada y los que están abajo, en medio de una muy discreta vigilancia policial, que garantizaba que no se vulnerasen los protocolos Covid.

En la pista de atletismo que todavía rodea el terreno de juego muchos de los auxiliares, miembros de los servicios médicos del club y directivos junto a una reducida representación de la prensa local, a lo de que por aquello de que no es el día de malas caras se permite realizar su trabajo sin traba alguna.

Paco Candela aparece por el túnel de vestuarios ayudado con muletas. Está preocupado pero al mismo tiempo, más esperanzado que el domingo, cuando tuvo que dejar su lugar en el once tras lesionarse durante el calentamiento el Talón de Aquiles. “Parece que me duele menos”, asegura como si se hablase a sí mismo. También se mantiene al margen Óscar Arroyo, que se tuvo que retirar en el descanso en la última jornada liguera.

El presidente, Raffaele Pandalone, también llega. Conversa en privado con el director deportivo, Ismael Chico, mientras el hijo de éste burla su vigilancia para dar pataditas a un balón. El empresario italiano bromea –o no- mirando hacia hasta donde no hace tanto tiempo estaban los focos de la iluminación. “A ver qué hacemos con eso”, comenta, en referencia a la exigencia de la Española de que los campos cuenten con luz artificial el curso próximo.

El simulacro de sesión de recuperación finaliza, tras una charla del míster en el centro del campo, cuando apenas ha transcurrido una hora. Es el momento de gloria de Pepe García que ya ha sido objeto de todas las bromas del mundo. Pepe El Masa cumple uno de sus sueños, no solo ejerce de director de orquesta de futbolistas y técnicos, sino también de los espectadores presentes cuando entonan el emblemático “Por la Recia te conocen…”.

La Balona y los balonos andan aún digiriendo su ascenso. Derecho tienen después de un año más que complicado.

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