El arma secreta de la Balona
Real Balompédica | Primera Federación
Los albinegros escucharon el emotivo mensaje de Tony D’Amato (Al Pacino) en la película 'Un domingo cualquiera' antes de conquistar su victoria sobre el Sanse
"Estamos en el infierno, creedme y podemos quedarnos aquí y dejarnos machacar o podemos luchar y abrirnos paso hacia la luz", afrima el entrenador

La Real Balompédica Linense utilizó un recurso especial para lograr la victoria que cosechó el sábado en el Nueva Matapiñonera sobre el San Sebastián de los Reyes (0-2). Jugadores, técnicos y auxiliares escucharon en el vestuario, poco antes de saltar al terreno de juego, un emotivo vídeo motivacional que como poco ayudó a que el equipo de Rafa Escobar rompiese la racha de cuatro jornadas sin conocer la victoria que había provocado que volviese a coquetear con los puestos de descenso.
Sobre imágenes de la afición de la escuadra albinegra y de partidos precedentes de la propia Balona, en un vídeo elaborado por el conocido aficionado Antonio García Albendín, se oye en off el conocidísimo discurso que el entrenador Tony D’Amato, interpretado por Al Pacino, dirige a los jugadores de su equipo de fútbol americano (Tiburones de Miami) en la película Un domingo Cualquiera (1999). Que haya constancia, ese mensaje ya había sido empleado con el mismo fin por Quique Sánchez Flores en su etapa en el Atlético de Madrid y por Diego Martínez en su paso por Osasuna.
La sinopsis de la laureada película dice: “Cuatro años antes, los Tiburones de Miami, dirigidos por el entrenador D'Amato (Al Pacino), habían ganado dos campeonatos consecutivos, pero ahora sólo consiguen acumular derrotas. Además, el público escasea y los antiguos ídolos están en el ocaso de sus carreras, particularmente Jack "Cap" Rooney (Dennis Quaid), que a sus 39 años se aferra desesperadamente a lo poco que le queda como jugador profesional. Por otra parte, son frecuentes los conflictos con Christina Pagniacci (Cameron Díaz), la joven presidenta y propietaria del equipo. Además, D'Amato tiene serios problemas familiares”.
El discurso íntegro de la mencionada cinta que los jugadores pudieron escuchar antes de saltar al césped del Nueva Matapiñonera es el siguiente:
No sé que decir en realidad. Tres minutos para la mayor batalla de nuestras vidas profesionales. Todo se reduce a hoy. O nos curamos como equipo o nos desmoronamos. Centímetro a centímetro, jugada a jugada, hasta el final. Estamos en el infierno, caballeros. Creedme. Y podemos quedarnos aquí y dejarnos machacar, o podemos luchar y abrirnos paso de nuevo hacia la luz. Podemos salir del infierno centímetro a centímetro.
Yo no puedo hacerlo por vosotros. Soy demasiado viejo. Miro a mi alrededor, veo estos rostros jóvenes y pienso, pienso… He tomado casi todas las decisiones equivocadas que un hombre de mediana edad puede tomar. Yo, eh… He despilfarrado todo mi dinero, lo creáis o no. Di la espalda a todo aquél que me amó alguna vez. Y últimamente no puedo ni mirarme al espejo.
¿Sabéis? Cuando te haces viejo hay cosas en la vida que se van. Es parte de la vida. Pero sólo aprendes en el momento en que empiezas a perder cosas. Descubres que la vida es un juego que se mide en centímetros.
También lo es el fútbol. Porque en cada partido, en la vida o en el fútbol, el margen de error es muy pequeño. Quiero decir… medio paso demasiado tarde o muy pronto y no llegarás; medio segundo demasiado lento o muy rápido y no lo atraparás. Los centímetros que necesitamos están por todas partes. Están en cada descanso del partido, en cada minuto, en cada segundo.
En este equipo luchamos por ese centímetro. En este equipo nos dejamos la piel y destrozamos a todo el mundo a nuestro alrededor por ese centímetro. Arañamos con nuestras uñas por ese centímetro. Porque sabemos que sumando todos esos centímetros vamos a marcar la puta diferencia entre ganar o perder, entre vivir y morir.
Escuchad lo que os digo: en cualquier batalla es el tío que esté dispuesto a morir el que va a ganar ese centímetro. Y sé que si voy a vivir un poco más es porque conservo la voluntad de luchar y morir por ese centímetro, porque VIVIR es eso. Los seis centímetros que tienes delante.
Yo no puedo obligaros a hacerlo. Tenéis que mirar al tipo que tenéis a vuestro lado. Miradle a los ojos. Veréis a alguien que recorrerá ese centímetro con vosotros. Veréis a alguien que se sacrificará por este equipo porque sabe que, llegada la hora, vosotros haréis lo mismo por él.
Eso es un equipo, caballeros. Y bien nos rehacemos ahora, como un equipo, o moriremos como individuos. Eso es el fútbol, chicos. Nada más. Decidme, ¿qué vais a hacer?
También te puede interesar
Lo último