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Visita al Villamarín=liguilla

Real Balompédica | Primera RFEF

La Balona disputó sus dos últimas fases de ascenso a Segunda tras acudir al coliseo bético

En 2011 los albinegros, con Romerito en el once inicial, cayeron por la mínima

En su anterior comparecencia, en 1992, vencieron 0-1 con nueve futbolistas

Formación inicial de la Balona en su última visita al Benito Villamarín / Paco
Rubén Almagro

17 de noviembre 2021 - 19:26

La Real Balompédica Linense regresará este viernes (21:00, en directo por Footters) al Benito Villamarín justo cuando se cumplen diez años después de su última visita. El conjunto de La Línea se enfrentó al filial verdiblanco en ese escenario la lluviosa mañana del domingo 20 de noviembre de 2011. Unos 1.200 balonos acompañaron a su equipo en una romería futbolística que ahora, en la época de la televisión del fútbol moderno, se antoja casi imposible. En el once titular de los que dirigía Rafa Escobar, que cayeron por la mínima, estaban el actual entrenador de la Balona, Antonio Ruiz Romerito, uno de sus ayudantes, Carlos Guerra, y el Directivo Deportivo de la entidad, Ismael Chico. Curiosamente tanto en aquella temporada (2011-12) como en la de su anterior visita al filial verdiblanco en ese recinto (1991-92) la Balompédica disputó sus dos últimas fases de ascenso a Segunda división. ¿Será este encuentro del viernes un indicio de lo que está por venir?

Diez largos años han pasado desde que la Balona fue por última vez al santuario del Real Betis. Era apenas el mes de noviembre, pero la euforia ya se había desatado en torno a un equipo que acababa de desembarcar desde Tercera en la ya extinta Segunda B y que desde el comienzo, enfundado en la indumentaria arlequinada del Centenario, se había mostrado intratable. A diferencia de esta vez, los dos equipos llegaban muy igualados en la tabla. El filial de las trece barras era segundo con 29 puntos (solo por detrás del Lucena) y los albinegros, terceros con 28, por delante del Cádiz (25). Lejos de cerrar las gradas como este viernes,el Betis propició el desplazamiento masivo de linenses.

Desde el club se fletan doce autocares, cuyos tripulantes despedirán al equipo a las 7:30 en la preferencia del Municipal, y otras peñas anuncian dos autobuses más. Eso quiere decir que solo por esa vía viajarán más de 700 personas, a las que se deben sumar las que hagan el desplazamiento en turismo y la colonia de residentes en Sevilla, preferentemente estudiantes, que se han citado a través de las redes sociales para respaldar a los albinegros. Una manifestación de lealtad que recuerda, y mucho, a aquella que desplazó a media Línea hasta El Puerto de Santa María en la 1998-99 (curiosamente, con Rafa Escobar también como entrenador) y el que llevó a los hinchas al Nuevo Los Cármenes de Granada con motivo de la eliminatoria de ascenso a Segunda B el 11 de junio de 2006”, decía Europa Sur en la previa, titulada “Del Hoyo al Villamarín” porque, curiosamente, la Balompédica había visitado pocas semanas antes al Sevilla Atlético en uno de los campos auxiliares de su Ciudad Deportiva, de pequeñísimas dimensiones.

Rafa Escobar alineó a: Pagola; Iván Collado; Romerito, Carlos Guerra, Antonio Merino, Ismael Chico, Juampe Rico, Alberto Merino (Chico Díaz, 60’), Antonio Bello (Copi, 52’), Ocaña y David Hernández (Joao, 78’).

En el conjunto de casa se alineó, entre otros, Manu Palancar, que más tarde defendería los colores de la Balona.

Los linenses dieron “una lección de disciplina táctica y esfuerzo hercúleo” pero cayeron por la mínima y fue su rival el que se hizo esa semana con el liderato “al aprovechar una de sus dos ocasiones”. Los cambios fueron determinantes en aquella derrota, especialmente la entrada de Chico Díaz, que perdió el balón a pies de Damián (74') que dio origen al gol de Carlos Fernández. El árbitro, el tinerfeño Jonathan Cruz Quintero, hizo poco menos que el ridículo, ignoró un penalti en cada área y expulsó a los dos entrenadores Hristo Vidakovic (80’) y Rafa Escobar (35’), en ambos casos por protestar.

“La afición de la Real Balompédica protagonizó ayer un éxodo sin recompensa hasta Sevilla. Una de esas manifestaciones de fidelidad inquebrantable que le identifican como algo casi único. Desde luego diferente. Doce autocares y decenas de vehículos particulares se desplazaron en peregrinación hasta la capital hispalense, donde esperaba, con los brazos abiertos, una parte importante de la colonia de linenses que residen en Sevilla y sus alrededores. Unos mil doscientos incondicionales se dejaron sentir en la grada. En un partido más de la competición, por mucho que el escenario tenga algo de mágico”, explicaba este periódico al día siguiente en su edición impresa.

“Uno de los momentos más emocionantes del día se produjo apenas había roto el alba, cuando el autocar que desplazaba a la plantilla emprendía camino desde el aparcamiento de preferencia del estadio Municipal, el lugar en el que esperaban para partir los seguidores, que tributaron una cariñosa despedida a sus futbolistas”, añadía. “Los autocares emprendieron luego la marcha y de las vivencias de ese corto pero intenso desplazamiento daban fe desde primera hora de la tarde las redes sociales”.

“Una vez en el Benito Villamarín y después de alentar a los pupilos de Rafa Escobar en su calentamiento, los hinchas entonaron el “Por la Recia te conocen” cuando los albinegros, que pudieron lucir su indumentaria del Centenario, saltaron al terreno de juego”, recalcaba.

La Balompédica fue subcampeona y alcanzó la segunda eliminatoria de la fase de ascenso, de la que fue eliminada por el Tenerife no sin que mediara un escándalo arbitral perpetrado por el colegiado vasco Gorostegi Fernández.

Antes de esa fecha, el precedente más cercano en lo que a visitar al Villamarín se refiere se remontaba nada menos que al 23 de febrero de 1992. también en Segunda B. También en aquella ocasión centenares de aficionados (este periódico calculó que alrededor de mil quinientos) acompañaron al equipo que dirigía Gabriel Navarro Baby,Baby, que venció 0-1 merced a un gol de Manolo Ahumada en otra andadura que acabó en fase de ascenso.

Los albinegros se sobrepusieron a la nefasta actuación del colegiado castellano-manchego Pedro Rodríguez Torrico, que expulsó a José Manuel García y a José María Elorduy (74’).

Al final de aquella temporada la Balompédica peleó por el ascenso a Segunda con UD Salamanca, Villarreal y Girona.

Los linenses fueron otras dos veces a ese escenario, ambas en Copa del Rey: perdieron 4-0 ante el primer equipo del Real Betis, que ya había vencido 1-3 en el Municipal. El 19 de septiembre de 1987 empató sin goles con el filial, al que eliminó más tarde en La Línea (3-0), para caer en la siguiente ronda a manos del Cartagena (2-2 y 1-0).

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