La Balona despide a un aficionado ejemplar: Antonio Molina
Real Balompédica | Primera Federación
La grada del Municipal se queda huérfana de su eterna sonrisa
La Real Balompédica Linense llora este jueves a uno de esos aficionados de toda la vida: Antonio Molina. Su sempiterna sonrisa se ha marchado para siempre y deja huérfanas las gradas del Municipal.
Los albinegros despiden a un abonado fiel, que acostumbraba a acompañar al equipo en sus desplazamientos junto a su también desaparecida esposa y que siempre fue un hincha ejemplar, referente para su generación y para las posteriores.
Antonio Molina ejerció de carpintero y fue uno de los muchos linenses que, hasta su jubilación, trabajó en las instalaciones de Sevillana en Puente Mayorga (San Roque).
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