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"Entiendo que la gente desconfíe de mí"

Raffaele Pandalone. candidato a presidente de LA real balompédica linense

El empresario italiano, de 39 años, asegura que es "un orgullo" llegar a la presidencia de la Balona e insiste en que su mejor aval es Alfredo Gallardo

Raffaele Pandalone, en la puerta de acceso al terreno de juego del estadio Municipal de La Línea. / Jorge Del Águila
Rubén Almagro

28 de diciembre 2017 - 07:58

La línea/Raffaele Pandalone ya ha comenzado su cuenta atrás. Mucho se tendrían que torcer las cosas para que este italiano, natural de Roma y de 39 años, no tomase las riendas de la Real Balompédica en unos quince días ("supongo que me voy a convertir en el presidente más joven de España" dice). Ésta es la primera vez que en una comparecencia pública no se refiere a su desembarco en el cargo en tono hipotético. Casado en segundas nupcias, padre de cuatro hijas (dos de cada uno de su matrimonio) está involucrado en empresas futbolísticas y de vehículos de alquiler. Una cosa tiene clara: para que su proyecto vaya adelante necesita que regrese la paz social a la Balompédica y a su entorno.

Pandalone, que se confiesa aficionado acérrimo del Inter de Milán, es madrugador y arriba al estadio Municipal, donde tiene concertada la entrevista con este periódico, en su flamante coche blanco de alta gama. Pocas veces se le borra la sonrisa de la clara. Como todo paisano suyo que se precie habla casi tanto con las manos, siempre extendidas, siempre con las palmas abiertas, que con la palabra en un español atropellado que muchas veces le obliga a pararse para traducir determinados términos de su lengua materna.

El futuro presidente albinegro explica que fue jugador de fútbol, pero fue en la modalidad de sala donde llegó a participar en la segunda división de su país. Obtuvo la titulación de entrenador superior de fútbol-sala, pero una empresa de transporte con la que arrancó cuando apenas tenía 22 años le absorbió hasta tal punto que le hizo divorciarse del balón. "Me quitaba la vida", recuerda mientras toma asiento para someterse a las preguntas.

-Vamos a remontarnos en el tiempo, porque la afición quiere saber en qué manos va a poner su club. ¿Cuándo llega a España?

-Pues llego de vacaciones hace dos años y paso la mayor parte del tiempo entre Cádiz y Sevilla. Tenía intención de montar aquí una empresa similar a la que tenía en Italia, pero al final no lo hice. El año pasado salió la posibilidad de unirme al proyecto del Marbella y comencé a trabajar en el fútbol, que era algo que también había hecho ya en Italia.

-¿Cuál fue su vinculación profesional al fútbol en su país?

-Trabajé para la Lazio, pero en el apartado de fútbol-sala, porque aquel es un club multidisciplinar. Pero aquello me sirvió para hacer muchas relaciones en el fútbol.

-Y la Balona ¿cómo llega?

-Cuando me planteo empezar a trabajar en el fútbol en España conozco a Mario Galán y a Alfredo Gallardo [gerente y presidente de la Real Balompédica] en 2016. Después de aquel primer contacto me ofrecieron la posibilidad de trabajar con el Marbella, pero siempre mantuve contacto con ellos dos. Desde el primer día hubo buen feeling. Este verano hablé varias veces con Mario, finalmente nos reunimos los tres... y aquí estoy.

-Hace poco más de un año usted era directivo de un club rival. Dentro de unos días tendrá la Balona en sus manos. ¿Entiende que haya aficionados, balonos de toda la vida, que desconfíen de Raffaele Pandalone?

-Claro que lo entiendo. Es hasta justo. Yo he llegado de fuera, la gente no me conoce... la afición está acostumbrada a Alfredo Gallardo que ha estado en el cargo muchos años. Todo eso es normal. Ahora me toca a mí trabajar para que cambie la opinión, para que la gente me juzgue por lo que hago, no por prejuicios o porque me desconoce. Pero insisto, lo que pasa ahora es normal, es la mente humana: un tipo que viene de Italia, en el fútbol hay mucha gente que llega a los clubes y les hace daño. También es verdad que creo que mi mejor garantía ante los balonos es Alfredo Gallardo, porque él ha tenido oportunidad de señalar a más gente y no lo ha hecho y ahora lo hace conmigo, algún motivo hay. Habrá visto confianza, le habrá gustado mi proyecto de trabajo.

-¿Y en qué se basa ese proyecto de trabajo?

-Mi objetivo es seguir la línea marcada por Alfredo [Gallardo] y profesionalizar más el club de lo que está ahora. Mantener contactos a nivel internacional y formar un staff mío con la gente que hay aquí y con alguien que venga que sea de mi confianza.

-Una de las preguntas que todo el mundo quiere hacerle, ¿va a salir mucha gente del club?

-Nooooo [rotundo] Yo creo que nadie. Una de las cosas que me llevaron a decidirme por este club es porque es como a mí me gusta, humilde, parece una familia. Aquí nadie tiene protagonismo y eso es mérito de Alfredo, que ha creado un grupo así. Por eso no creo que vaya a salir nadie. Otra cosa es que haya alguna persona que vaya a tener más importancia.

-¿Por ejemplo?

-Mario Galán. A Alfredo le ha ayudado siempre, es su mano derecha, pero no sólo va a seguir siendo mi mano derecha, sino que va a ser mi director general, porque tiene la capacidad de hacerlo todo en el club.

-Apartado deportivo. Todos somos conscientes de que la Balompédica, por número de abonados, por afluencia al estadio, por presupuesto... tiene unos límites. ¿Van a cambiar los objetivos? ¿Hasta dónde la quiere llevar Raffaele Pandalone?

-A esa pregunta, sobre todo si estamos hablando de fútbol, solo le puedo contestar que lo más alto posible, pero ése es el objetivo después...

-Bueno pues cambiamos la pregunta ¿Hasta dónde la puede llevar?

-Pongo un ejemplo. Yo soy un empresario y si ves el fútbol como una empresa te da un objetivo y ése siempre es el máximo. Pero después surgen los problemas y no hablo solo de dinero. Sin ir más lejos en nuestro grupo hay varios equipos que invierten mucho y que no consiguen ascender. Por eso digo, no solo es dinero, es la organización del trabajo para evitar que se dilapide el dinero. Para llegar lejos necesitamos tiempo, organización... nada se produce porque sí. Si trabajas, si pones orden si haces las cosas con pasión pero bien, las cosas saldrán bien.

-A ver, sálgase un poco del guión. ¿Puede estar la Balona en tres-cuatro años en Segunda división?

-Uffff. Si la pregunta es qué me gustaría a mí, la respuesta es el año que viene. Pero un proyecto necesita de tres años mínimo para llegar arriba. Lo que hay que tener claro es que el éxito no es solo la categoría. Alfredo Gallardo ha hecho un trabajo muy bueno más allá de los resultados, que alguna vez no se le valora. Él mismo dijo que estar en Segunda B es un milagro. Otra cosa es que esto es un club de fútbol y la gente valora sólo lo que sucede los domingos. Pero durante la semana hay una tarea que no es fácil. Yo quiero que mi equipo de trabajo haga bien las cosas día a día y luego veremos qué sucede en el campo. Me preguntaba antes por mi objetivo ¿Sabe lo que me gustaría? Que si un día lo más lejano posible me tengo que ir, me gustaría hacer lo que ha hecho Alfredo conmigo, dejar el club solvente y organizado, con independencia de la categoría en la que milite el equipo.

-Vamos al presente. El equipo ha pasado de pelear por el liderato a mirar de reojo la plaza de promoción y ha sembrado dudas. ¿Hace falta una gran metamorfosis en esta plantilla en el mercado de invierno?

-No, mucho no. Bueno, depende de lo que se entienda por mucho. Para mí dos-tres fichajes ya son muchos. Siempre dijimos que antes de tomar estas medidas había que ver dónde estábamos en diciembre y estamos en mitad de la tabla. Vamos a hacer algo.

-¿Jugadores para evitar el descenso o para intentar reengancharse a la zona alta?

-El objetivo es estar arriba, eso está claro, pero todos sabemos que es complicado llegar a las cuatro primeras plazas, porque hay mucha igualdad y presupuestos muy fuertes. Pierdes dos partidos y te descuelgas, como nos ha pasado a nosotros. Yo creo que todos y hablo de vosotros, la prensa, el equipo... no debemos mirar la tabla. Solo hay que pensar que el partido del día siete con el Badajoz es como una final de Champions. ¿Por qué? Porque dentro de cinco jornadas se verá dónde va a estar la Balona y por qué peleamos. Yo creo que este equipo tiene una base sólida, lo he visto jugar muy bien algunas veces. A veces nos olvidamos que tenemos un jugador muy importante, como Sergio Molina, fuera de la circulación.

-Y esos cambios de los que habla, ¿a qué demarcaciones afecta si se puede saber?

-Tenemos una ficha sub-23 libre. Nuestra idea es fichar un centrocampista y un delantero y ahora un portero por necesidad, porque se ha marchado Godino. Pero no quiero empeñar mi palabra porque va a depender del mercado, porque igual encontramos un sub-23 de garantías para una plaza que no teníamos pensada y hay cambios. Parados no estamos, pero hay que hacer las cosas bien, sin precipitarse.

-Con todo eso que dice, ¿persigue también que llegue la paz social, que se acabe el ambiente de crispación que se ha dejado sentir en los dos últimos meses? ¿Se siente con derecho a pedir que le concedan un tiempo?

-Pedir tiempo es hipócrita. Yo no debo pedir nada a nadie. Yo sé lo que quiero, cuál es mi idea, pero también soy un hombre de fútbol y sé que la gente quiere ganar. El tiempo no va más allá del próximo partido y el que está en esto lo sabe. Yo sé lo que me espera como presidente en ese apartado. Igual que sé que la gente va a exigir en los fichajes, pero es que esto es así. Yo no tengo miedo de ponerme aquí [señala la mesa del presidente]. Tengo mi idea clara, mi ilusión. Estoy orgulloso de ser presidente de la Balona, porque sé que eso es muy importante. Pero ahora tengo que demostrar todo esto que estoy diciendo, porque hablar es demasiado sencillo.

-Vamos con alguna un poquito más difícil, que parece esto una entrevista pactada. Raffaele Pandalone va a seguir viviendo en Marbella. Carlos González decía esta semana que le había penalizado vivir en Madrid para dirigir el Córdoba. ¿Sabe que el hecho de no vivir en La Línea va a ser motivo de debate?

-¿Críticas? Yo quiero que las críticas me vengan por lo que hago en el fútbol, no por mi vida personal. Eso creo que no es del público.

-Pues hay antecedentes. La temporada pasada la Balompédica tuvo un entrenador, Manolo Ruiz, y se utilizó contra él que viviese en Jerez.

-Pero eso es absurdo. Yo en mi vida privada hago lo que quiero. Como usted. Yo podría vivir en Suiza y tener un avión privado para venir a La Línea. Si la gente quiere criticarme porque vivo en Marbella, ¿qué puedo hacer yo? Yo quiero que la gente valore por lo que haga por la Balona. Creo que a la afición debe darle igual donde yo viva. Lo que queremos es el bien de la Balona, no importa mi vida privada.

-Llevamos dieciocho minutos de conversación y es la primera vez que le escucho hablar como presidente de la Balona. Se ve que ya se ha hecho a la idea.

-Por un lado que quede claro que sé que aún no soy presidente de la Balona, otra cosa es que en el fútbol no te puedes quedar parado y ya estoy trabajando para el club. Estas fiestas he deseado feliz Navidad a mucha gente con el logo de la Balona [el que tiene puesto, por ejemplo, en su contacto de Whatsapp] y ponía vicepresidente. Pero yo trabajo ya como presidente y eso supone una responsabilidad.

-¿Se le ha pasado por la cabeza la remotísima posibilidad de que se presentase una lista alternativa y tuviese que ir a unas elecciones?

-Que presente un programa y si es lo mejor para la Balona... Si viene una persona que hace un proyecto distinto del mío será la afición la que decida, pero todo el mundo me dice que eso es muy poco probable. Nadie ha venido a decirle a Alfredo en los dos últimos años que se hacía cargo del club, a pesar de que el presidente está enfermo. Todo eso también me ha ayudado a dar el paso. Creo que es bueno ofrecerle una solución a alguien que está delicado de salud, porque los balonos saben que Alfredo no se hubiese ido si no hubiese sido por su enfermedad.

-Acabamos. A cinco días de que comience el periodo electoral que le llevará a la presidencia ¿qué mensaje le quiere dejar a la afición?

-Yo creo que a lo largo de la charla lo he ido dejando bastante claro. Aquí la gente siente mucho a la Balona, eso lo he podido palpar, pero llega el momento de renovar la ilusión. Hay que tener confianza, porque les necesito. Si empezamos a pensar que todo va a ir mal acabará por ir mal. Tenemos que ser todos positivos. Yo sé que el fútbol se vive como una pasión y que la afición quiere estar ya en Primera división, pero todo necesita su tiempo. Mi única petición es que todos pensemos por el bien de la Balona y que tengan la certeza de que si mañana Raffaele Pandalone hace algo malo para el club no va a ser necesario que ellos se movilicen para que me vaya, porque los que están dentro del club antes de dos horas me han echado. Yo palpo que dentro y fuera hay pasión con la Balona y eso me encanta. Por eso pido positividad y tranquilidad y la mejor medicina para eso es que entre la pelotita. Si empezamos a ganar, aunque yo no haya hecho nada, seré un fenómeno y si encadenamos tres derrotas, aunque yo no tenga culpa, seré un desastre, pero eso es fútbol. Y si no lo entiendo, mejor que me quede en mi casa. Una cosa pueden tener segura, soy muy crítico conmigo mismo y analizaré todo lo que suceda para tratar solventar aquellas cosas que haga mal.

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