La Balona se entrena a buen nivel ante el Bournemouth inglés (4-2)

La Real Balompédica Linense (Primera RFEF) ha descorchado la pretemporada este viernes ante el AFC Bournemouth (Championship, Segunda división inglesa) con una más que comprensible derrota (4-2) en las instalaciones del Marbella Football Center. Después de solo cuatro días de entrenamientos, el resultado es lo de menos para los albinegros, que se han mostrado como un equipo combativo en una primera cita que más que como un partido, se debe tomar como un entrenamiento de nivel.

La Balona de Romerito ha dejado destellos de lo que el entrenador quiere desde el primer día: un conjunto que batalle siempre y juegue con orden. Por supuesto, sacar conclusiones a estas alturas sirve de poco ya que ni la plantilla está completa ni muchos de los refuerzos han podido ni vestirse de corto. Queda camino por delante para que la nueva Balona esté ensamblada.

El amistoso en Marbella ante un rival de superior categoría ha servido de entrenamiento de lujo para una Balona que llegó con empate al descanso gracias al golazo de Alusine Koroma culminando un pase de su hermano Alhassan. Ojo a la conexión de Sierra Leona.

En el primer tiempo se pudo ver a una Balona con una defensa improvisada sin ninguno de los tres centrales firmados, ni Jesús Muñoz ni Morante ni el anunciado este viernes, Borja López. Los albinegros se mostraron luchadores, presionaron arriba a los ingleses y jugaron con orden, con un Bandaogo que impone su músculo en el mediocentro. El Bournemouth golpeó primero al cuarto de hora, pero la Balompédica contestó pasada la media hora con la jugada de los Koroma que redondeó Alusine.

En el segundo periodo, ambos remozaron sus equipos como era de esperar. La Balona tardó más en ajustarse con tantos cambios y el Bournemouth lo aprovechó para marcar las diferencias en dos jugadas casi seguidas. Los británicos colocaron el 3-1 en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, Luis Alcaide puso algo de emoción al transformar un penalti hasta que Taylor hizo su particular doblete para sentenciar un marcador que ya no se movió en los últimos veinte minutos.