Tráfico
Cortes en Los Pastores, en Algeciras, desde el lunes 18

Nostalgia en blanco y negro

Real Balompédica Linense

La Balona conmemora el 25 aniversario de su ascenso con el Hellín en una emotiva jornada llena de buenos recuerdos

Los emocionantes reencuentros y el buen ambiente presiden la convivencia en la Peña

La Peña Balona celebra el 26 aniversario del segundo ascenso albinegro a Segunda B

Los homenajeados, en la Peña Balona / Vanessa Pérez

 Cuentan los que han vivido el fútbol por dentro que con el paso del tiempo no quedan los éxitos, ni el eco de los aplausos, sino las relaciones humanas que con el pretexto del balón al que persiguen once hombres en pantalón corto se forjan. Porque quedan para siempre. Este sábado y auspiciado por la Peña Balona -a la que ya se puede considerar sin ambages la depositaria de la memoria de la Real Balompédica Linense- quedó de manifiesto hasta qué punto es cierto ese dicho. El reencuentro de los protagonistas del segundo ascenso albinegro a la Segunda división B, el que se consumó el 30 de junio de 1999 invitó a evocar todos las satisfacciones deportiva que generó aquella plantilla… pero el fútbol, es ley de vida, hace tiempo que catapultó aquellos marcadores y sus consecuencias deportivas. Lo que no pudo borrar fue el carisma, la cercanía, la humanidad y la condición entrañable de quienes habitaron el vestuario del estadio Municipal. La convivencia resultó sencillamente entrañable. En muchos casos daba la sensación de que quienes llevaban sin verse más de dos décadas se hubiesen encontrado apenas unos días antes. Cantaba Gardel que veinte años no es nada. Pues, por lo que se ve, veinticinco, tampoco.

La sana nostalgia es uno de los mejores antídotos contra el desánimo que existe en el entorno de la Balompédica. Este sábado, siquiera durante unas horas y gracias a la Peña Balona, un numeroso grupo de aficionados pudo llevar a cabo ese viaje en el tiempo que se supone imposible y regresó a la temporada 1998-99. Aquella en la que el añorado Ángel Serrano -que estuvo representado por sus hijos- revolucionó La Línea, convirtió a su equipo (que viajaba en traje chaqueta en Tercera división) en una cuestión de estado y la condujo a un ascenso, ante el Hellín, que a día de hoy sigue suponiendo uno de los recuerdos más lindos que puedan atesorar muchos balonos.

Buena parte de los jugadores que protagonizaron aquella andadura disfrutaron en primer lugar de una visita guiada al Ciudad de La Línea, para el que no se le acababan los piropos. “Si lo hubiésemos tenido nosotros”, repetían. Entrañable el enésimo reencuentro entre Baby y Pepe El Masa.

Los participantes en la jornada, durante la visita al Ciudad de La Línea / Vanessa Pérez

Luego se desplazaron a la sede la Peña Balona, en la calle Clavel. Ver abrazarse a Gabriel Navarro Baby y Rafa Escobar,los dos entrenadores con más partidos en ese banquillo, era motivo suficiente para justificar la jornada. Pero no menos importante fue la conversación entre Argimiro Márquez -que condujo a la Balona en las últimas jornadas y en la fase de ascenso- y Miguel Rodríguez, el pichichi de aquella travesía, Dos artilleros por antonomasia.

Acudieron a la cita, con la posibilidad de dejarse algún nombre en el tintero: el delegado Manolo Aguilar; Pilar García Rodríguez (La Pilar), pieza básica de toda la unión que se generó entre los integrantes de aquella plantilla, y los jugadores Raúl Procopio, José Salvador Requena, Jesús Costas Suso, Rafa González (al que entraban ganas de decirle calienta que sales), Raúl Castiñeira, Agustín Caballero, Ángel Baños Negri, Pedro Martínez Perico, Colin Ramírez, Miguel Rodríguez y Alfaro. Se echó en falta a los que no estaban. Unos por decisión personal, otros porque sus obligaciones laborales no se lo permitieron y uno, especialmente presente, porque hace un tiempo que decidió seguir viviendo sus experiencias desde el Cielo: Juan Antonio García León.

En el acto de la Peña Balona, conducido por el incombustible Tony López, tomaron la palabra los tres entrenadores que condujeron a aquel plantel, Rafa Escobar, Argimiro Márquez y Gabriel Navarro Baby, además del capitán, Requena. Pepe Iría ejerció de representante de los informadores que siguieron la actualidad de aquel equipo día a día; Miguel Ángel Prieto recordó sus vivencias como concejal de Deportes en aquel final del pasado siglo y su relación con el club y el alcalde, Juan Franco, relató todo lo que supuso para la Balona aquella temporada.

Cerró el acto el presidente de la Peña, Julio Vega, máximo artífice de esta inolvidable jornada, antes de que todos los presentes disfrutasen de una paella en la que era imposible dejar de oir las batallitas de una andadura que nadie podrá borrar jamás de la centenria historia de la Real Balompédica… y de La Línea.

PD: Esta crónica solo se entiende si se siente en blanco y negro.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Real Balompédica Linense

Nostalgia en blanco y negro

Águilas CF - Real Balompédica Linense | La previa

Balona: autobús nuevo ¿victoria segura?

Lo último