De cuando la Balona barajó 'hacerse un Nàstic' y recurrir a la justicia ordinaria

Real Balompédica Linense

El Granada-Balompédica de 2006 acabó con un posterior intercambio de denuncias, pero a título personal, entre Alfredo Gallardo y el almeriense García Méndez

En 2012, Gorostegui Fernández ignoró un penalti en Tenerife que clasificaba a los linenes y que su protagonista, Sergio Rodríguez, reconoció haber cometido

(3-2) Tenerife-Balona, no es país para humildes

Carlos Guerra sujeta a David Hernández tras ser expulsado por Gorostegui Fernández en Tenerife en 2012
Carlos Guerra sujeta a David Hernández tras ser expulsado por Gorostegui Fernández en Tenerife en 2012 / Paco Guerrero

La decisión de Nàstic de Tarragona de presentar una querella criminal contra el colegiado vasco afincado en León Éder Mallo Fernández, al que acusa de actuar “de manera premeditada” contra sus intereses en el encuentro último de la fase de ascenso a Segunda con el Málaga del pasado mes de junio invita a desempolvar los dos últimos grandes escándalos arbitrales que padeció la Real Balompédica Linense en fases de ascenso, en los que su entonces presidente, el añorado Alfredo Gallardo, barajó la posibilidad de llevar a cabo medidas similares. La primera, tras la eliminación de la Balona a manos del Granada en 2006 con el árbitro almeriense Rafael García Méndez como protagonista. Aquello sí acabó en los tribunales, pero a título personal y años más tarde. La segunda, en 2012, cuando el equipo linense fue eliminado en Tenerife por el colegiado donostiarra Aitor Gorostegui Fernández-Ortega, que un año más tarde sí que subió a Segunda división, en la que aún hoy sigue ejerciendo, no sin haber protagonizado algún que otro escándalo.

Once de junio de 2006. La Balompédica, con Raúl Procopio al frente, se había clasificado para la fase de ascenso a Segunda B en una última jornada de la fase regular que tuvo tintes casi milagrosos. Los albinegros vencieron en el Municipal al Lucentino Industrial (2-0) pero sólo les valía el empate entre el Betis B y el Sanluqueño en la Ciudad Deportiva Ruiz de Lopera. Los sanluqueños vencían 0-2 a veinte minutos del final, pero el filial heliopolitano igualó la contienda y los integrantes de ambas escuadras acabaron en el suelo, llorando su mutua eliminación, en beneficio de los de La Línea.

La Balona, que venía de dos sospechosas eliminaciones en Zafra y Mérida, quedó encuadrada en el mismo grupo que Granada CF, Don Benito y Guadalajara. Solo uno ascendía después de vencer en dos eliminatorias. En la primera le correspondió medirse en la al conjunto de la Ciudad de la Alhambra, que además gozaba de la ventaja del factor campo.

En el partido de ida, con siete mil almas repartidas por las gradas, el Granada ya daba el empate por bueno en el 89' cuando el meta Gustavo retrasó en exceso el saque de una falta (en concreto, 9,6 segundos) y el ceutí Lara Rodríguez decretó un indirecto dentro del área que David Míguélez convertiría, en medio de una explosión de júbilo, en el 1-0.

Con ese resultado y con más de mil linenses a su espalda, se presentó la Balompédica en el choque de vuelta. Los balonos maniataron durante los primeros cuarenta y cinco minutos a un rival del que se escribían maravillas, pero que era incapaz de demostrarlas sobre el césped.

Diego Salazar consuela a David Miguélez tras la eliminación en Granada de 2006
Diego Salazar consuela a David Miguélez tras la eliminación en Granada de 2006

Al comenzar la segunda mitad el árbitro almeriense Rafael García Méndez empezó a hacer de las suyas. En el 51' expulsó por una injustificada segunda amarilla a Antonio Merino. Y en el 75' decretó un penalti inexistentes y expulsó a Fede. Josemi equilibró la eliminatoria.

Con nueve futbolistas y un buen número de hombres jugando fuera de su puesto natural, la Balompédica completó una auténtica gesta, por mucho que se quedase sin premio. El equipo de La Línea aguantó 45 minutos (incluidos los 30 de la prórroga) sin encajar un gol. En la tanta de penaltis el meta local, Gustavo, se convirtió en héroe. Los visitantes abandonaron el estadio mientras su hinchada, entre lágrimas, coreaba el “esto sí que es un pedazo de equipo” y explotaba contra el árbitro.

En marzo de 2012 Rafael García Méndez viajó a La Línea como delegado del CD Roquetas, algo que se supo desde días antes. Al final del encuentro el presidente albinegro, Alfredo Gallardo, anunció una denuncia por injurias y amenazas contra el excolegiado, quien a su vez había adelantado a los medios almerienses que haría lo propio con el mandatario, al que acusó de haberle empujado y hacerle caer por las escaleras en un acalorado enfrentamiento que ambos habían protagonizado en la antesala de vestuarios. Gallardo sostenía que se había resbalado al intentar pegarle a él. Nunca más se supo de aquel anunció por ambas partes.

El escándalo de Tenerife

También un once de junio, pero de 2012. La Balona del centenario acabó segunda en el grupo IV de Segunda B tras vencer 2-0 precisamente al Roquetas en la última jornada. Primero eliminó al Amorebieta. En la siguiente ronda la esperaba el Tenerife, que venció 0-1 en La Línea.

En la vuelta, los albinegros, con Rafa Escobar en el banquillo, se habían sobrepuesto a la descabellada expulsión de Francis en el 63' para compensar la del local Víctor Bravo (57') y llegaban al tramo final con 2-2 merced a dos goles de David Hernández.

El vestuario de la Balona, desolado, tras su eliminación en Tenerife
El vestuario de la Balona, desolado, tras su eliminación en Tenerife / Paco Guerrero

“Los albinegros tenían a su merced al todopoderoso Tenerife -todopoderoso, por lo que se ve, en muchos apartados- cuando en el minuto 88 Sergio Rodríguez enganchó a David Hernández a un metro del marco y, derribándole, le impidió anotar el dos-tres que suponía la clasificación”, porque por aquel entonces los goles a domicilio en las eliminatorias tenían un valor añadido. “Un penalti de esos que se adjunta en DVD para explicar en el curso arbitral qué faltas merecen la pena máxima. Pero a Gorostegui Fernández, que dice ser juez, y a uno de sus auxiliares, que lo vio seguro, le temblaron las piernas, le pudieron el nombre del Tenerife y el montón de personas que había en las gradas del Heliodoro y dijo aquello de "siga siga" que deja impune tantas tropelías. El mangazo de los mangazos. Un escarnio. Una vergüenza para el fútbol, si es que a este bendito deporte le queda algo de eso”, se leía en la crónica de Europa Sur, titulada “no es país para humildes”.

Los jugadores de la Balona perdieron el temple. El árbitro expulsó a Copi y a David Hernández por sus airadas protestas y ya con ocho sobre el césped los linenses encajaron el 3-2, que no era más que una anécdota.

El protagonista defensivo de esa jugada, el talaverano Sergio Rodríguez, firmó 2017 por la Balompédica, de la que llegó a convertirse en capitán. En su presentación dijo: "En su día me sorprendió que el árbitro no decretase penalti. Yo traté de evitar que David [Hernández] rematase y el árbitro no pitó".

Alfredo Gallardo apuntó a la Federación

Poco después de aquel Tenerife-Balona Alfredo Gallardo estalló y sostuvo que el cúmulo de errores arbitrales no obedecían a una casualidad y arremetió no sólo contra el propio interesado, sino contra la Federación, a la que consideraba cómplice y responsable de lo que calificó como “un atraco”.

Gallardo se mostró convencido de que Gorostegui Fernández cambió de actitud tras escuchar “gritos de puta España”, algo que, recalcó, no esperaba oír en suelo canario. “A lo mejor como es vasco le gustó eso de puta España y se puso del lado del Tenerife”.

Ezequiel se encara con Gorostegui Fernández al término del encuentro en Tenerife
Ezequiel se encara con Gorostegui Fernández al término del encuentro en Tenerife

“A él le gustó ese grito, como vasco le hizo llenarse de orgullo y entonces fue cuando decidió acabar con los españoles”, abundó en referencia a la Real Balompédica.

“Dan ganas de dejarlo todo, pero no sólo a mí, sino a los jugadores, a todos... porque este robo del árbitro ha sido lamentable, porque ha sido muy claro, tanto que en el palco eran varias las autoridades canarias que me han reconocido que había sido penalti clarísimo y cuando me preguntan por qué no lo pitó sólo se me ocurre una respuesta: porque quería que ganase el Tenerife”, razonó.

“Al partido España-Italia de la Eurocopa", que se jugaba horas después "estoy seguro que acudieron muchos federativos españoles y comerían lo mejor de lo mejor y estarían todos muy cómodos en el palco, con su chaquetita, mientras que ignoran lo que está sucediendo en el fútbol español, cosas como las que le han pasado a la Balona en esta eliminatoria, que con un presupuesto de 400.000 euros ha venido a jugarse la vida a un campo como el del Tenerife, donde se permite que un árbitro nos robe, nos atraque y nos eche de la competición, jugando con los sentimientos de una afición, de toda una ciudad, de gente muy humilde que había hecho un gran esfuerzo para poder viajar con el equipo y que venían dispuestas a ver un partido de fútbol y no a presenciar un atraco”, declaró.

En caliente Gallardo confesó que analizaría la posibilidad de recurrir a la justicia ordinaria y de vincular lo sucedido a las apuestas, pero el temor a posibles represalias le hicieron renunciar a aquella idea que ahora sí que ha llevado a cabo el Nástic de Tarragona.

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