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El nuevo Ciudad de La Línea, el antídoto contra el pesimismo balono

Real Balompédica Linense

El nuevo estadio, que merece todo tipo de elogios por quienes lo visitan, uno de los mayores atractivos de la nueva temporada

La plantilla, convencida de que pronto acabará la incertidumbre que dejan los marcadores de la pretemporada

Aspecto actual del Ciudad de La Línea
Aspecto actual del Ciudad de La Línea / Juan Manuel Calzada
N.F.

24 de agosto 2024 - 19:50

Este domingo quedará solo una semana para que la Real Balompédica Linense dispute el primer encuentro de su segunda andadura en Segunda Federación. En medio de un pesimismo desmedido como consecuencia de los resultados de la pretemporada -como si los marcadores del verano fuesen significativos para bien o para mal- el atractivo que está tirando de la campaña de abonados no es otro que el Ciudad de La Línea, el estadio que por fin está al completo y del que ya vienen disfrutando los linenses desde que comenzó el verano.

La mayor parte de los hinchas ha vivido -y sufrido en sus carnes- la transformación del viejo Municipal en el nuevo Ciudad de La Línea, que parecía una quimera cuando el 29 de diciembre de 2021 poco antes de las 19:00 Europa Sur desvelaba que un día antes la Junta de Andalucía había aprobado un desembolso de 5.950.000 euros para que se acometiese la obra del estadio.

Las imágenes cedidas a este medio por Juan Manuel Calzada -cuya cámara ha seguido día a día esta metamorfosis- permiten retroceder en el tiempo y recordar que justo hace ahora dos años, en el verano de 2022, el estadio era algo poco menos que inhabitable, con los fondos ya derribados después de haber estado clausurados desde no se sabe cuándo y con una Tribuna sin visera, que había pasado incluso por la instalación de gradas provisionales allá por 2018.

La obra que se llevaba a cabo en el estadio, durante el verano de 2022
La obra que se llevaba a cabo en el estadio, durante el verano de 2022 / Juan Manuel Calzada

La situación era tan caótica que el recinto estuvo a punto de no ser autorizado para albergar encuentros de la Primera Federación, categoría en la que entonces militaba el equipo de La Línea. El club y sus hinchas fueron testigos del sinvivir, una semana sí y otra también, que provocaba el anuncio de los horarios de cada jornada, que muchas veces se sabían imposibles ante la falta de iluminación artificial. La Federación, eso sí, anunciaba luego que autorizaba el cambio.

El panorama ahora es muy pero que muy diferente. El coqueto Ciudad de La Línea, objeto de elogios por parte de  influencer, tiktokers, y exfutbolistas balonos que han regresado a casa este verano (sucedió, por ejemplo, con Manu Molina, que acudió a ese escenario para jugar un amistoso con el Málaga) anima a acudir para apoyar al elenco albinegro, por mucho que la elección de los asientos de plástico no haya sido precisamente la más acertada. Hay quien dice que al estadio se le ha quedado ya pequeña la cuarta categoría del escalafón nacional.

El entrenador de la Balona, el experimentado Miguel Rivera, ha concedido a su plantilla un fin de semana de descanso para cargar las pilas después de semana de constante esfuerzo y comenzar a preparar el lunes el debut liguero del domingo uno de septiembre (19:00) ante el Atlético Antoniano.

Hacer una valoración de lo sucedido hasta ahora se antoja una temeridad, ya que las continuas lesiones han condicionado mucho (y van a seguir haciéndolo al menos durante un par de semanas) el periodo de preparación de los albinegros, pero el vestuario está convencido de que pronto acabará con la incertidumbre que le rodea y que lo hará a base de juego y resultado. Mientras tanto hay como una llamada general a la calma.

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