Una Balona hercúlea se regala una feliz Navidad (0-1)
La Unión Atlético - Real Balompédica Linense | La crónica
Los albinegros ganan en La Unión con un golazo de Jack Harper y alcanzan las plazas de permanencia después de 105 días
Los linenses ofrecen una lección de defensa solidaria y orgullo y saben sufrir en el tramo final, cuando los de casa les someten
Ale Palanca se lesiona en el minuto cuatro y Moha Hamdoune acaba como lateral zurdo; el míster también se indospone tras el descanso
Las fotos del Unión Atlético - Balona (0-1)
Pues al final sí que cayó el Gordo [deportivo] en el vestuario de la Real Balompédica Linense. Y así, a ojo, antes de empezar el partido, parecía que las posibilidades eran similares a que tocase el del sorteo de Navidad. Que por algo el triunfo visitante lo pagaban las casas de apuestas hasta a cinco euros. Los albinegros repitieron victoria en una plaza tan inhóspita como la de La Unión y se auparon, por fin, a las plazas de permanencia, en las que no estaban desde que finalizó la segunda jornada, allá por el ocho de septiembre.
Este triunfo visualiza de manera inapelable la transformación que ha llevado a cabo Javi Moreno desde su desembarco. El técnico valenciano no ha tenido otra que asumir que su equipo no tiene fútbol, pero lejos de rendirse ha optado (con muchísimo trabajo diario) por convertirlo en una escuadra numantina, solidaria a más no poder. De aquel esperpento de Estepona del 20 de octubre (4-0) a esta demostración de compañerismo e implicación de sus jugadores -que le dio para doblegar al segundo clasificado (ahora tercero)- apenas han pasado dos meses. Y cualquier parecido entre ambos es, seguro, fruto de su imaginación.
Ciento cinco días ha tardado la Balona en salir de la zona de descenso-promoción del grupo IV de la Segunda Federación. Tres meses y catorce días ha necesitado el equipo de La Línea para llegar a la zona de permanencia. Justo al final de la primera vuelta. Justo en el momento de proporcionarle a su hinchada, que ha pasado un 2024 que para ella se queda, una Navidad sin motivos para sentirse avergonzada.
El salvoconducto que permite a los albinegros transitar por la zona más tranquila (es un decir) lo recibieron tras lograr uno de esos triunfos que enorgullecen a los que sienten en blanco y negro: a base de sufrir (literalmente) hasta lo infinito, de superar nuevas adversidades en forma de lesiones y de suspirar unas cuantas veces en el tramo final.
A ver, que un empate tampoco hubiese sido un disparate visto lo visto en el terreno de juego. Pero si esta filosofía es legítima y festejable por el líder de Primera, el Atlético que un día defendió el actual entrenador balono, a ver si no lo va a ser para una escuadra en problemas clasificatorios tres categorías por debajo. Vaya, que la Balona fue Recia. Lo contrario no lo perdona su gente.
La visita al que era el equipo más en forma del grupo (no es una opinión, lo dice la estadística) se dificultó aún más nada más arrancar la contienda. Javi Moreno había solventado la tan cacareada falta de un lateral zurdo colocando en ese costado a un diestro, Ale Palanca. Pero nada más empezar, el canario hizo un movimiento extraño y la rodilla le jugó una mala pasada. Una vez más un futbolista balono que deja el campo en brazos de sus compañeros, una imagen que empieza a hacerse dolorosamente habitual. El técnico no tuvo tiempo ni para barajar diferentes opciones. Fran Serrano saltó al campo sin calentar (de hecho siguió haciéndolo ya en el campo) y Moha Hamdoune se desplazó a flanco izquierdo. Y claro, cumplió. Lo del futbolista marroquí es de traca.
El contratiempo no descompuso a las linenses (esta vez de rosa y negro). Los murcianos crearon peligro en el 16’ con un centro al que no llegó Seth Vega y los visitantes replicaron con otro de Adri Carrasco que superó por centímetros el intento de remate de João Pedro. Uno por otro.
Desde ese intercambio de escaramuzas quedó patente como se jugaría el resto del encuentro. La Balona bien parapetada atrás, buscando su momento y cediendo el balón a La Unión, que sumaba minutos de posesión, pero que llegar, lo que se dice llegar, solo lo hizo tres veces hasta el descanso. Dos lanzamientos altos, sin más. Y una buena parada de Álex Lázaro a Seth Vega en el 37’.
Tras el descanso no cambió demasiado el panorama. Los linenses seguían apelando al amor propio, al deseo de salir del boquete. Y esperaban su oportunidad. Que llegó en el 55. Jack Harper controló a un puñado de metros del marco, bien a Jose Salcedo adelantado y con una vaselina casi perfecta hizo el 0-1. El meta acumulaba hasta ese momento 655 minutos sin encajar un solo gol, lo que demuestra lo poco vulnerable que es La Unión.
El tanto intensificó aún más el guión por parte y parte. La Balona cada vez defendía más cerca de su marco y los locales daban un pasito adelante. Y otro, y otro. Hasta llegar a somerte a los visitantes.
Como a esta Balompédica le sucede de todo, también su entrenador se vio afectado esta vez. Un problema gástrico le hizo desaparecer durante muchos minutos del banquillo, que quedó en manos de José María García y Carlos Guerra.
Pero ni esa nueva adversidad hizo temblar los cimientos de una defensa hercúlea. Portentoso lo de los dos centrales (Sergio Chica y Fran Serrano) pero por extensió todos sus compañeros, que achicaron más aguas que en el Titanic.
En ese tramo final al árbitro (sin escándalos) se le empezó a ver el plumero hasta hacerlo preocupante. Pero la sangre no llegó al río. Un indirecto dentro del área hizo temer lo peor, pero la Balona salió indemne.
Mientras tanto Álex Lázaro (que ha crecido lo indecible desde hace dos meses) realizaba un auténtico paradón en un remate a bocajarro de Grillo (66’) y los locales y en el 76’ un remate de Seth Vega se marchó fuera por muy poco. Después esa sensación de que el empate puede llegar en cualquier momento que justificó de sobras la explosión de júbilo de los linenses cuando oyeron el pitido final.
No es que llueva menos. Es que la Balona suma una derrota en seis jornadas y ya no solo le gana a los de abajo, sino que mira a los ojos, desafiante, a los de la zona alta. Un vestuario que ha sufrido mucho (infinitamente más de lo que la mayoría cree) y una afición cansada de sinsabores merecían una Navidad en paz, con motivos para el optimismo. Y ahora todo se ve de diferente manera.
Ficha técnica
La Unión Atlético (0): Jose Salcedo; Aguirre (Pedrosa, 77’), Quidimil, Diego Ruiz, Alvarito, Javi Grillo (Rubén Catalá 77’), Karim, Guille, Armando (Jaime Santos, 61’), Víctor Mena y Seth Vega.
Real Balompédica (1): Álex Lázaro; Ale Palanca (Fran Serrano, 4’), Sergio Chica, Moha Hamdoune, David Hernández; Adri Carrasco (Pepe Greciano, 85’), Carlos Cano, Álex Hernández, João Pedro (Carlos León, 85’); Fran Carbià (Alberto Fuentes, 78’) y Jack Harper (David Pecellín, 78’).
Árbitro: Juan Carlos Valero Barrales, granadino adscrito al colegio de Madrid. En la segunda parte, sin exageraciones, con tintes anticaseros, algo que dejó de manifiesto durante los 90 minutos en el reparto de tarjetas.
Tarjetas: Amarillas para los locales Javi Grillo (65’), Rubén Catalá (86’) y Karim (87’), así como a los balonos Moha Hamdoune (35’), Fran Serrano (37’), David Hernández (59’), Álex Hernández (71’), Álex Lázaro (72’) y David Pecellín (87’), así como al entrenador, Javi Moreno (40’).
Gol: (0-1), Vaselina de Jack Harper desde larga distancia, tras comprobar que Jose Salcedo estaba adelantado (55’).
Incidencias: Encuentro de la decimoséptima jornada en el grupo IV de la Segunda Federación, última de la primera vuelta, disputado en horario matinal en el Municipal de La Unión (Murcia), cuyo piso es de césped sintético. Unos 350 espectadores.
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