(1-2) Remontada y a juí

Xerez Deportivo - Real Balompédica Linense | La crónica

La Balona logra un sacrificado triunfo en Jerez, con un doblete de Fran Carbià

Los albinegros arrancan mal, pero cuajan un partido solidario en un escenario infame

El público lanza objetos y jugadores locales agraden a los visitantes en un final vergonzoso

Los jugadores de la Balona festejan uno de los goles de Fran Carbià
Los jugadores de la Balona festejan uno de los goles de Fran Carbià / Xerez Deportivo

 La Real Balompédica Linense logró en Jerez un triunfo más propio del siglo XX que de este prólogo de la agenda 2030. Una victoria que recuerda a aquellas de la Tercera ancestrales, en la que los partidos se resolvían a guantazos porque casi nadie conocía otros argumentos. Un fútbol que a veces, con tantos tecnicismos y tantas gaitas, se echa de menos. Los albinegros se fajaron a base de bien en un escenario que de demostró inaceptable (por infinitos motivos), remontaron un gol adverso con un doblete de un resucitado Fran Carbià y sumaron tres puntos que le permiten no ver aumentada su desventaja con la zona de permanencia. Otra cosa hubiese sido muy preocupante. El duelo tuvo un final que seguro, avergüenza, a la mayor parte de los que pertenecen a un club de la categoría del Xerez Deportivo: con espectadores lanzando objetos al terreno de juego y algunos de los futbolistas azulinos protagonizando persecuciones contra los rivales propias de puertas de discoteca.

La afición de La Línea insistía en pedir una Balona que hiciese justicia a su apelativo de Recia. La encontró en Jerez, donde fue ese conjunto solidario que propicia que su gente se sienta orgullosa. La Balona logró su segundo triunfo como forastera de manera consecutiva, conquistada en un Pedro Garrido en el que, sencillamente, no debería permitirse que se jugasen partidos de una categoría que lleva como apellido el de la propia Federación: con un terreno de juego que asemejaba a un campo en barbecho, en el que balón se manejaba a su antojo y con la afición peligrosamente cerca de los protagonistas por mor de una grada supletoria. Algunos de los que estaban en ese espacio (que no se representan ni a sí mismos, porque no dan para tanto) afearon el final lanzando objetos al césped. Pero como son tan necios una de las cosas que lograron fue que su propio equipo no lanzase un último saque de esquina.

La contienda tuvo, además de las ya mencionadas, otro factor determinante: el fuerte viento. El amago de vendaval acompañó a los locales hasta el descanso y a los de La Línea tras la reanudación. Sea por eso, sea porque, para qué engañarse, salió con una empanada de grandes dimensiones, la Balompédica se vio sometida durante los primeros quince-veinte minutos.

Y en ese arranque lleno de titubeos llegó el 1-0. En el minuto cuatro (que es poco menos que un minuto maldito esta liga para la Balona) Ale Palanca trataba de despejar, no vio venir a David García y le derribó. Penalti sin paliativos, no como los otros dieciocho que pidieron los azulinos a lo largo de la tarde. Lo anotó Diego Domínguez.

El xerecista Paco Torres, rodeado de jugadores de la Balona
El xerecista Paco Torres, rodeado de jugadores de la Balona / Xerez Deportivo

Con el empujón del 1-0 y a favor de viento (nunca mejor escrito) el Xerez apretó de lo lindo y la Balona se tambaleó. Por dos o tres veces pareció que podía llegar el segundo, pero unas veces una pierna inextremis, otra Álex Lázaro y alguna la falta de puntería permitieron al equipo de La Línea salir indemne de sus minutos de zozobra.

Poquito a poco la Balona se asentó. A pesar de la inaceptable permisividad del árbitro. Por un lado le perdonó (al más puro estilo Soto Grado la noche antes en Vigo) la segunda amarilla al local David García justo a la media hora de juego. Privó a la Balona de jugar una hora con un hombre más, porque sí. Y además permitió que los locales protagonizasen una persecución que rayaba casi en lo violento, contra Fran Carbià y Jack Harper. Ni advirtió a los zagueros. Una alegría el muchacho ese del silbato.

El primer tiempo acabó con un lanzamiento de João Pedro que abortó Antonio Santos con los pies como única conquista ofensiva de los visitantes y con un par de sustos más bien resueltos por Álex Lázaro. Vaya que el 1-0 no era un mal marcador.

Fran Carbià y su doblete

Tras el intermedio el panorama cambió de manera radical. La Balompédica se serenó, leyó mucho mejor el partido que hasta el 45’ y bastaron dos balones al área para que en apenas doce minutos Fran Carbià (que silenció a todos los que cometimos el disparate de cuestionarle) le diese la vuelta al marcador. Por algo fue el pichichi de la pasada temporada. Si ha vuelto para quedarse, la mitad de los problemas del elenco de Javi Moreno están en disposición de solucionarse.

Y fue precisamente en la última media hora cuando la Balona fue más Balona. Hasta con cinco atrás defendía. Con los que estaban por delante dejándose el alma para que el Xerez Deportivo no llegase con aire a la frontal del área. Los de blanco y negro actuaban como un todo, sin esconderse. Y la verdad apuros, lo que se dice apuros… algún balón que se paseó por el área y poco más. ¿Qué habrá sido de aquel plantel que se desplomaba cuando aún quedaba media hora y se volvía vulnerable?

Sería tan injusticia mayúscuña no advertir que fue una Balona coral en la que no cabe un solo reproche como no deslizar que Palanca (por encima de la acción del penalti, que fue un mero accidente) jugó su mejor partido desde que llegó de Canarias, que Fran Moreno, Sergio Chica y João Pedro estuvieron a gran altura, pero sobre todo que cuando lleguen partidos de estas características los linenses tienen un seguro de vida en un tipo que lleva por nombre Moha Hamdoune y que, hoy por hoy, es el futbolista más en forma del plantel.

El final fue de ese fútbol de tiempos remotos. Ni había motivos el encuentro merecía un desenlace tan sonrojante. Pero lo importante, lo realmente trascendente, visto que la sangre no llegó al río, es que los de Javi Moreno lograron tres puntos que valen su peso en oro y que reconcilian a su gente con sus colores. Porque si algo quieren los balonos es que su equipo dé la cara. Y más que en Jerez es complicado. De fútbol no se puede hablar sobre ese césped.

Ficha técnica

Xerez Club Deportivo (1): Antonio Santos, Adri, Geovanni, Diego Domínguez (Ulloa, 73'), Charfaf, Josete, Misffut, David García (Reina, 46'), Paco Torres (Adri Valiente, 81'), Sergio López (Santisteban, 60') y Armengol.

Real Balompédica Linense (2): Álex Lázaro; Ale Palanca, Sergio Chica, Moha Hamdoun, Fran Serrano, Fran Moreno; Carlos Cano, José Antonio (Alberto Fuentes, 46’); João Pedro, Fran Carbiá (David Pecellín, 78’) y Jack Harper (Ale Hernández, 71’).

Árbitro: Thierry Torres Rodríguez (Ibiza -Islas Baleares-). Desafortunadísimo y permisivo en el primer tiempo. Y en los acontecimientos del final se vio totalmente desbordado. Tiene maneras de mal árbitro.

Tarjetas: Amarillas a los locales David García, Josete, Checa y Ulloa y a los albinegros Joao Pedro, José Antonio, Alberto Fuentes, Fran Moreno y Moha Hamdoume. Al término de la contienda expulsó a jugadores de ambos bandos. El árbitro se marchó del estadio sin redactar el acta.

Goles: 1-0, Diego Domínguez, al transformar un penalti (5’). 1-1, Fran Carbià de cabeza, le roba la cartera a los centrales (50’). 1-2, de nuevo Fran Carbià (58’).

Incidencias: Encuentro de la decimotercera jornada del grupo IV de la Segunda Federación, disputado en el Pedro Garrido (antiguo La Juventud) de Jerez debido a la resiembra de Chapín. Asistieron al duelo 5.232 espectadores. Antonia Castro, madre de Juan Holgado, recibió un homenaje antes del inicio del choque y se guardó un minuto de silencio en memoria de su hijo, asesinado hace 29 años. Terreno de juego en mal estado y tarde con mucho viento.

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