Carlos Léon: en el nombre del padre
Real Balompédica Linense | Segunda Federación
El extremo malagueño, que debutó con la Balompédica ante la Minera, es hijo del futbolista del mismo nombre que jugó a las órdenes de Miguel Rivera en el Torredonjimeno en la 1999-2000
"Cuando mi hijo me llamó y me dijo que tenía una oferta en La Línea y quién era el entrenador no lo dudé y le dije: firma ya", explica.
La Balona, a vueltas con la falta de gol
El pasado domingo, pasadas las 13:00, el entrenador de la Real Balompédica Linense llamó a calentar a Carlos León como pórtico de su debut, que se produjo cuando restaban ocho minutos del encuentro de la cuarta jornada del grupo IV de la Segunda Federación que enfrentó a los albinegros con la Deportiva Minera en Cartagena (Murcia) y que acabó sin goles. Aunque el atacante llevaba inactivo desde la pretemporada, ya que cayó lesionado en Jerez en la última cita de preparación, no era la precisamente la primera vez que Miguel Rivera pronunciaba el “León caliente”. Y es que justo en el final del pasado siglo el actual preparador de los albinegros entrenó al padre del actual futbolista balono cuando ambos coincidieron en el Toredonjimeno, en la ya extinguida Tercera división. Carlos León (padre) ejerce de defensor militante del actual preparador balono.
Carlos León (padre) pasó por las categorías inferiores del Valencia y después de aquello vistió las camisolas de Juventud de Torremolinos, Linares, Torredonjimeno, Marbella y Tenisca antes de colgar las botas. No siguió vinculado al fútbol de manera profesional, pero la llegada de su hijo le está permitiendo revivir en segunda persona aquella experiencia, de la que ahora, con la vuelta de éste a los terrenos de juego después de su lesión, espera volver a disfrutar y hacerlo para bien de la Balona.
Carlos León (padre) era conocido “más por León que por Carlos” entre otras cosas porque en aquella época no era frecuente que un futbolista apareciese en las alineaciones por un nombre compuesto. Se desenvolvía, como ahora lo hace su vástago, pegado a la banda. “Bueno, curiosamente con Rivera en realidad jugué más de mediapuntita, aunque fue solo aquel año”, puntualiza.
“Con él me fue bien, tanto que me quiso renovar, lo que pasa es que yo quería estar ya cerca de casa y preferí marcharme al Marbella”, recuerda el exfutbolista.
“No es que en ese momento me plantease si mi hijo sería futbolista y mucho menos que fuese también a coincidir con el míster, es que no podía ni soñarlo, porque Carlos ni siquiera había nacido”, aclara.
“Este verano cuando él me llama y me dice papá tengo una oferta de la Balona y el entrenador es Miguel Rivera no lo dudé y le dije firma allí, porque yo conozco al entrenador y sé como es”, desvela.
“Con Rivera no importa la edad de un jugador, ni quien sea, ni donde haya jugado”, sostiene. “Él exige muchísimo, pero si tú le demuestras en los entrenamientos que te mereces minutos, que te los ganas, puedes tener la certeza de que los vas a tener”.
"Rivera no mira el DNI del jugador"
“Una de las causas por las que le dije al niño que firmase en la Balona es que por desgracia hay muchos entrenadores que miran el DNI de los jugadores y una de las virtudes de Miguel [Rivera] es que a él no le importa quien sea el jugador, él solo tiene en cuenta su trabajo en el campo y durante la semana”, defiende con vehemencia.
“De hecho cuando yo firmé en el Torredonjimeno casi, casi, fue por un favor que él le hizo al míster a un amigo nuestro y en principio él no me quería mucho, pero yo me gané su confianza y no tuvo reparos en cambiar de opinión, así que acabé como titular indiscutible”, argumenta.
“El día que Carlos empezó a entrenar con la Balona estábamos allí, cerca de los campos anexos y nada más verme Miguel Rivera me llamó”, recuerda. “¿Yo qué le iba a decir? Pues como un padre, cuídamelo míster”, bromea. “Él me dijo que le iba a exigir, lo que tampoco es me cogiese de sorpresa, y yo le animé a que le apretase las tuercas al máximo, porque sé que así es como mi hijo puede crecer como futbolista y responder a la confianza que han depositado en él".
“Con independencia de quién sea el entrenador, a mí me encantó desde el primer momento la idea de que mi hijo jugase en la Balona”, recalca el progenitor. “Es un sitio que siempre nos ha gustado. De verdad que muchísimas veces hemos comentado mi hijo y yo lo que supone esa afición y además ahora con ese estadio tan moderno...”
“Conocíamos ya bien todo aquello porque en la Balona jugó un íntimo amigo nuestro, de El Palo, Francisco Gaitán, que siempre nos ha hablado maravillas de ese equipo, de esa ciudad”, recalca.
José Carlos León Amate (15/11/2004) inició su andadura en los equipos de cantera de la capital malagueña: El Palo, Málaga CF, Puerto Malagueño, Tiro Pichón y CD 26 de Febrero, hasta que se enroló en el Real Betis con 15 años, para jugar en la categoría cadete. Con 16 llegó a debutar de manera testimonial en Primera Federación. Fue internacional sub-19. El curso pasado comenzó en el CD San Fernando y tras el mercado de invierno defendió los intereses del Marbella, con el que celebró el ascenso.
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