José Miguel Campos: "No es fácil, pero la Balona aún está a tiempo de pelear por todo"
Real Balompédica Linense | Segunda Federación
"Lo peor ya ha pasado, está saliendo de la crisis y eso la hace aún más peligrosa", dice el entrenador de La Unión Atlético
"No creo que se me haya pasado el arroz para entrenar en La Línea, el fútbol da muchas vueltas", sostiene el hijo del mítico Pepe Campos
La Real Balompédica Linense cierra este domingo (11:30) tanto el año 2024 como la primera vuelta con la visita a La Unión Atlético, la gran revelación del grupo IV de la Segunda Federación, del que es segundo clasificado y tercer mejor local. Al frente del plantel murciano está José Miguel Campos, hijo del exjugador de la Balona Pepe Campos, que triunfó sobre todo en el Sevilla, con el que ganó la liga en 1946 y la Copa del Generalísimo en el 1948, pero que siempre llevó a gala su condición de hijo de La Línea. Una ciudad que el actual técnico lorquino visitó en infinidad de ocasiones, sobre todo en verano, cuando aún era un niño y para la que siempre tiene palabras cargadas de cariño. Ya protagonizó una sorpresa como la actual al frente de La Hoya Lorca, hace ya más de una década. Pasó por canteras como las del Granada o el Real Valladolid, por el Mérida, el UCAM, Granada, Cartagena, Salamanca UDS... hasta llegar a un proyecto modestísimo al que está sacando todo el partido posible.
-En Europa Sur nos solemos referir a usted como linense, entre comillas, a sabiendas de que nació en Mazarrón. ¿Le suena raro? ¿Le molesta?
-En absoluto. ¿Por qué me iba a molestar? De La Línea son mis padres y he pasado muchos veranos en esa ciudad, he paseado mucho por esas calles. He acudido a muchos trofeos Ciudad de La Línea y he visto mucho a la Balona. Me acuerdo de Bancalero, de Tinajero, de Quirós... De esa época en adelante recuerdo a muchos jugadores. Tengo familia allí, primos y tíos que son muy forofos de la Balona. Es incuestionable que tengo un vínculo, del que además me siento muy orgulloso. Lo que nunca me siento en la Línea es extraño.
-Hasta donde llega mi información ha estado usted dos veces a puntito de entrar a la Balona. ¿Se le ha pasado ya el arroz o aún hay tiempo para verle en ese banquillo?
-El fútbol da muchas vueltas, nunca se puede decir qué pasará. Aunque igual tan a puntito como dices... Hubo veranos en los que tienes conversaciones con clubes y uno de ellos fue la Balona. Hay que tener en cuenta que yo estoy a 600 kilómetros de allí y que se dan una serie de circunstancias personales y profesionales que te obligan a valorarlo todo. Y a veces se dan las circunstancias y otras, no. Pero yo creo que a nadie cuya vida esté vinculada al fútbol se le pasa el arroz. Yo me siento un entrenador ya experimentado y veterano. Tengo 58 años, pero creo que aún me quedan ocho o diez para seguir en este mundo y nunca se sabe lo que puede pasar.
-Bueno, a puntito. Hace apenas un par de años, cuando fue destituido Rafa Escobar con la Balona en Primera Federación usted fue la primera opción para intentar salvar al equipo del descenso, solo que entonces trabajaba en la cantera del Valladolid.
-Sí, eso es correcto. Era un toro gordo que había que cogerlo por los cuernos, porque había que ganarlo casi todo. Pero es cierto, yo estaba en la secretaria técnica del Valladolid y no podía salir de cualquier manera e irme. Pero es verdad, eso sucedió.
-Vamos al presente. El domingo se enfrenta el segundo clasificado, La Unión Atlético, y el equipo que ocupa la plaza de promoción, la Balona. ¿Hay que apostarlo todo al de casa?
-No creo que se deba tener en cuenta la clasificación. No nos dejamos engañar, sabemos de la dificultad del grupo cuarto. Somos conscientes de que hay equipos han empezado con una dinámica de resultados irregular, pero en el caso de la Balona o del San Fernando ya están empezando a sacar partidos adelante. Estos dos, o el mismo Águilas, que tiene plantillas importantes, son equipos a tener en cuenta. Nosotros vamos a focalizar nuestro trabajo en que jugamos en casa y con el respaldo de nuestra afición, pero sabemos que será un partido muy complicado. No vamos a caer en el error de despreciar al rival por su clasificación, sino a tener en cuenta su potencial.
"La Balona ha encontrado la identidad, el equilibrio y el modelo de juego"
-¿Le sorprendió el pésimo arranque de la Balona?
-En todas las competiciones hay equipos que arrancan con unas expectativas muy altas que no empiezan bien. La historia, la masa social pesan... y cuando no empiezan con buenos resultados todos sabemos que la presión se convierte en un hándicap. Sinceramente yo creo que lo peor ya ha pasado en la Balona, que ha encontrado la estabilidad, el equilibrio y lo que es más importante, un modelo de juego. Está saliendo de la crisis y eso le hace más peligrosa.
-Después de ganar tres de los cuatro últimos partidos hay quien siente que la Balona tiene derecho aún a soñar con todo. Usted, que está curtido en mil batallas, ¿cree que está a tiempo de engancharse a la pelea por acabar arriba?
-Yo pienso que sí. En la liga de tres puntos y en un grupo tan igualado todo cabe. Nosotros lo vivimos en nuestras carnes. Al principio tuvimos dos derrotas seguidas y nos metimos en mitad de la tabla. Aquí tres resultados te meten en dinámicas diferentes, para lo bueno y para lo malo. Quedan muchísimas jornadas. Para nada estoy diciendo que sea fácil, porque apenas tiene margen de error en la segunda vuelta. Pero lo mismo que el UCAM, el Torremolinos o nosotros hemos hecho una magnífica primera mitad del torneo... la Balona tiene plantilla para poder soñar con esa meta.
-Para eso parece que es imprescindible que le funcionen los fichajes de invierno. Uno es bastante agnóstico en cuanto a eso refuerzos. ¿Pueden los que llegan en enero cambiar un equipo?
-Como bien dices, son los menos, pero en algún caso sí. Yo también pienso que es mejor componer una plantilla en verano, trabajarla bien, tener tiempo en la pretemporada para pulir cosas. A veces tienes la suerte de dar con la tecla, con un vestuario sano y entras en buena dinámica. No es fácil aterrizar en enero y asimilar lo que es un club como la Balona, encajar con el vestuario, pero posible sí es. Todos hemos visto casos. Cuenta mucho la visión de detectar el problema y acertar con los futbolistas.
-Hablando de jugadores, tiene entre los suyos a uno que en La Línea dejó una imagen ejemplar, Víctor Mena. ¿Qué rendimiento está dando?
-Es un futbolista importante, un veterano que llegó para darnos mucho equilibrio y mucho rendimiento en ese lateral izquierdo. Estoy muy contento con él. En realidad con toda la plantilla, porque estamos cumpliendo con creces las expectativas.
-Y estando en la segunda plaza, ¿cuáles son esas expectativas?
-Bueno ya tenemos veintinueve puntos así que el primer objetivo, que es alcanzar los cuarenta ya lo tenemos cerquita. Otra cosa es que nosotros, una vez llegados hasta aquí, vamos a luchar y a mirar siempre adelante con ilusión. Sin olvidar que al comienzo nuestra pelea no era ésta, pero decididos a que no nos muevan de aquí.
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