¿Las suscripciones online están llegando al límite? El SaaS podría estar agotando su recorrido

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¿Las suscripciones online están llegando al límite? El SaaS podría estar agotando su recorrido
¿Las suscripciones online están llegando al límite? El SaaS podría estar agotando su recorrido

30 de diciembre 2024 - 00:00

Desde hace aproximadamente 15 años se ha popularizado el uso de las suscripciones para pagar todo tipo de aplicaciones informáticas. En lugar de comprar una aplicación mediante un pago único como haríamos con cualquier producto en una tienda física, las empresas tecnológicas han optado cada vez más por un método de pago que opera como una suscripción anual.

En lugar de adquirir el producto, los usuarios deben alquilarlo pagando de forma mensual o anual a cambio del derecho a utilizarlo. Se trata de un modelo que garantiza a las empresas tecnológicas un flujo de ingresos constante con el que pueden planificar mejor su economía y el desarrollo de sus futuros productos, pero que a los usuarios les resulta bastante abusivo y cada vez más difícil de afrontar.

Un modelo que elimina la opción del uso esporádico

Algunas aplicaciones definitivamente acostumbran a emplearse de forma casi diaria cuando se trabaja con ellas. El personal de administración o de contabilidad depende del Excel o el Word, mientras que los diseñadores y diseñadoras normalmente utilizan la suite de Adobe Creative Cloud para la mayor parte de sus tareas. Pero existen muchas otras aplicaciones que no tienen un uso tan constante y para las que, pese a todo, se exige el pago de una suscripción.

Plataformas como Canva, por ejemplo, puede que solamente sean necesarias para diseñar un logotipo de forma puntual. No obstante, no suelen ofrecer la opción de hacerlo mediante un pago único. En lugar de esto, se intenta vender a los usuarios el conjunto de ventajas de sus planes Premium como si efectivamente fueran a usarlas de forma continua, Por más que estos planes solo interpelen realmente a un conjunto limitado de usuarios.

Una multitud de suscripciones que genera agotamiento

La acumulación de suscripciones para prácticamente todo en el ámbito del software y del entretenimiento digital está disparando el agotamiento entre los usuarios. Esto se pone de relieve en un reciente estudio de ExpressVPN, donde un porcentaje de personas cada vez mayor declara que considera que el número de suscripciones que debe abonar es excesivo, y que le gustaría reducirlo si le fuera posible.

El agotamiento de las suscripciones de software y de otros servicios digitales no solo es económico. También es mental, porque los usuarios perciben que el pago de sus suscripciones se lleva una proporción cada vez mayor de su salario, y además deben lidiar con la carga psicológica del pago de un número creciente de facturas. Las suscripciones les ponen las cosas más fáciles a las empresas, pero definitivamente castigan a los usuarios más de lo debido.

Dificultades en el mercado y oportunidades para las start-ups

El uso excesivo de las suscripciones en este ámbito genera un panorama bastante hostil para los consumidores, que cada vez son más reacios a contratar nuevos servicios con este método de pago. Esto hace que las nuevas compañías tecnológicas lo tengan cada vez más difícil para hacerse con un hueco en el mercado. El ejemplo evidente son las nuevas compañías de IA, que tratan de hacerse con parte del pastel, pero que siguen presentando cifras deficitarias.

En contraste, hay toda una serie de start-ups que tratan de crecer rápidamente en el mercado a costa de este agotamiento de las suscripciones. Aplicaciones de software alternativas al Office o a la suite de Adobe están creciendo cada vez más deprisa porque ofrecen a sus usuarios la posibilidad de comprar el software mediante pago único, lo que ha forzado a compañías como Microsoft a recuperar este tipo de planes de pago para no perder tantos usuarios.

Planes de pago alternativos… o la piratería

Mientras que el agotamiento de las suscripciones genera rechazo entre una buena parte de los usuarios que no quieren pagar tanto por sus aplicaciones, en otros casos sencillamente los usuarios no pueden permitirse este gasto. Para estos millones de usuarios, las únicas alternativas viables son los planes de pago únicos –preferiblemente que sean más económicos– o, en el peor de los casos, la piratería.

Volvemos entonces a un problema que parecía erradicado hace una década. La piratería puede causar grandes pérdidas a las compañías de software, además de ser toda una fuente de problemas de ciberseguridad para los usuarios que recurren a ella. En un contexto donde la información digital es más valiosa que nunca, tanto usuarios como empresas tecnológicas deberían encontrar puntos de encuentro para no darles alas a los hackers y los piratas digitales.

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