política exterior

El Acuerdo de Nochevieja sobre Gibraltar cumple tres años sin derribar la Verja

La ex ministra de Exteriores, Arancha González Laya, en el salón de plenos del Ayuntamiento de La Línea en 2020.

La ex ministra de Exteriores, Arancha González Laya, en el salón de plenos del Ayuntamiento de La Línea en 2020. / Jorge del Águila

Es 1 de enero y un coche solitario atraviesa el serpentín que da acceso a La Línea desde Gibraltar. Hacía tiempo que el paso fronterizo no se veía tan despejado. Tras muchas jornadas de largas colas para entrar en España tanto andando como en coche, el primer día de 2024 brinda un breve respiro a una Verja que sigue en pie pese a que, hace ya tres años, los gobiernos español y británico alcanzaron un pacto para su derribo. El tercer aniversario del llamado Acuerdo de Nochevieja -"histórico", según los que lo firmaron- pasó antes de las uvas sin nada que celebrar todavía. Bruselas y Londres siguen sin dar con la tecla sobre como aplicarlo tras la salida del Peñón de la Unión Europea (UE). 

El Acuerdo de Nochevieja, el cimiento sobre el que la Comisión Europea y Reino Unido negocian un tratado para Gibraltar, se alcanzó el 31 de diciembre de 2020, en plena pandemia, diez horas antes de que acabase el último día del plazo límite. El pacto pretendía configurar una nueva relación entre Gibraltar y su entorno obligado por el Brexit, lo que pasaba por aplicar en la Roca el tratado de Schengen y trasladar el control fronterizo europeo al aeropuerto y puerto de la colonia, dejando expedita la conexión entre La Línea y el Peñón.

La entonces ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, fue la encargada de anunciarlo. Tras seis meses de negociación y dos noches en blanco, abrió la comparecencia con un optimista "hoy es un día para la esperanza" ante el consenso alcanzado para "gestionar nuestra interdependencia a partir de la corresponsabilidad". La ministra defendió, según contó Europa Sur, que el acuerdo era "un primer paso para conseguir la denominada área de prosperidad compartida, un concepto acuñado también por Gibraltar que combina la aspiración de un paso fluido con una mejora de la situación socioeconómica del Campo de Gibraltar".  

En 11 páginas, se estipuló la aplicación del acuerdo Schengen en Gibraltar, que iba a permitir eliminar el paso fronterizo. Esta incorporación se haría bajo el control de España, que sería el “miembro responsable” (tienen que ser estados) de este nuevo territorio del espacio sin fronteras. El control fronterizo de la Unión Europea pasaría a estar en el aeropuerto y puerto de Gibraltar y durante los cuatro primeros años sería realizado por agentes de la agencia europea de fronteras, Frontex. Este punto parecía claro entonces, pero pronto se desveló no sólo que no era así, sino que iba a convertirse en el gran apartado de fricción para sellar el tratado, debido a la negativa gibraltareña a permitir la presencia de policías nacionales en sus instalaciones aeroportuarias.

El consenso alcanzado también incluía, para hacer posible esa desaparición de la Verja, la aplicación de medidas de régimen aduanero, en el tráfico de mercancías, transporte o medio ambiente. E incorporó medidas en materia de “competencia leal” en lo fiscal, lo laboral y lo social.

El Gobierno de España estimó entonces que el tratado que se elaboraría a partir del acuerdo de Nochevieja estaría concluido en seis meses. Tres años después, todavía es un misterio si culminará y cuándo.   

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