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Arte Sureño: un tesoro de la prehistoria sin nada que celebrar

Patrimonio | Día Europeo del Arte Rupestre

Varios expertos alertan del deterioro de más de 400 cuevas que abarcan todas las expresiones artísticas de la humanidad en la prehistoria

Cueva de Betín / Erasmo Fenoy

Este sábado se conmemora el Día Europeo del Arte Rupestre, pero uno de los conjuntos de pinturas más importantes de Europa no tiene nada que celebrar. Más de 400 cuevas que abarcan todas las expresiones artísticas de la humanidad en la prehistoria siguen a la espera, 20 años después, de que las administraciones les concedan el nivel de protección que evite que desaparezcan para siempre. Han estado siempre ahí, escondidas entre los montes de las provincias de Cádiz y Málaga, la mayoría de ellas en el Campo de Gibraltar, hasta convertirse en un tesoro único que continúa pendiente de poner en valor. Mientras tanto, la propia naturaleza, y sobre todo la mano del hombre, las deteriora hasta, en muchos casos, su destrucción. El Arte Sureño, el gran olvidado de la cultura y el patrimonio de la comarca, aguarda sin éxito a que las administraciones lo defiendan, a pesar de las voces de expertos que hace muchos años que claman por su conservación.

"El Arte Sureño está igual que siempre, igual que hace un año, que hace dos y que hace veinte, no se hace nada", explica Cibeles Fernández Gallego, técnico en arqueología del Ayuntamiento de Los Barrios y una de las muchas personas de diferentes disciplinas que reclama protección para los abrigos con pinturas rupestres. Porque, eso sí, del mismo modo que las administraciones no actúan, existe desde hace años un creciente grupo de personas de diferentes disciplinas que trabaja para dar valor a esta joya de la historia.

"Están dejadas de la mano de Dios y cada vez más se va degradando porque no existe una intención de poner orden más allá del interés de los aficionados", explica la arqueóloga, que constata la realidad que revela la hemeroteca: "Las iniciativas políticas no van a ningún lado".

En términos parecidos se expresa Guadalupe Monge, profesora de Cristalografía, Mineralogía y Química Agrícola de la Universidad de Sevilla especializada en Geoarqueología de yacimientos prehistóricos: "El Arte Sureño no puede esperar más tiempo".

"Tenemos una zona geográfica privilegiada con un conjunto de restos prehistóricos que si estuvieran en otro lugar de España ya tendrían el nivel de protección que necesitan", explica esta linense, que subraya la existencia de un "movimiento social" que reclama que se defienda los abrigos y sus pinturas, pero que no ha encontrado eco en las administraciones. "La que más nos preocupa ahora es la Cueva de las Estrellas (Castellar), una de las más antigua de las que se tiene constancia, sino la que más, que está en un terreno público (en uno privado es más complicado) y que no entendemos por qué sigue desprotegida", relata la profesora, miembro de la Asociación para la Protección del Arte Sureño (APAS), quien considera "fundamental" la inclusión de este conjunto de abrigos en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco. "Sería un plus importantísimo porque ahora, y sobre todo con la pandemia, está todo parado".

Cueva de Bacinete / Erasmo Fenoy

En abril de 2001, la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar aprobó una petición para que se incluyera en la relación a la que se refiere Monge las manifestaciones de Arte Sureño localizadas en las comarcas del Campo de Gibraltar, La Janda y zonas limítrofes. Hacía años que el gran investigador y espeleólogo alemán Lothar Bergmann, el artífice del hallazgo de más de 180 cuevas ubicadas entre las provincias de Málaga y Cádiz, con grabados realizados incluso hace más de 20.000 años, venía reclamándolo. En 1998 se había incluido en la lista de la Unesco el Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, pero solo la zona que va desde los Pirineos hasta Granada. Quedaron fuera los conjuntos artísticos que Bergmann había estudiado y catalogado desde los años 80 y se habían revelado ya como uno de los más importantes de Europa. La Altamira del sur, siempre olvidada.

Hacía ya tiempo que la Asociación Gaditana para el Estudio y la Defensa del Patrimonio Arqueológico (AGEDPA) había denunciado el arte rupestre de la región, se encontraba en vías de desaparición. Casi la totalidad se encuentra en pequeños abrigos, prácticamente al aire libre, y sufre afecciones de distinta índole. Plantas, animales, microorganismos, erosión y pastoreo son las causas principales que afectan a estos yacimientos. Destacan ciertas clases de líquenes que invaden paneles enteros y los mismos procesos físicos y químicos de génesis de las cavidades, siendo relevante sobre todo la abrasión eólica debido al fuerte viento de levante que se produce en los alrededores del Estrecho de Gibraltar bajo situaciones anticiclónicas.

Vandalismo

Y después está el vandalismo. Infinito. En un cedé editado hace años con la obra de Lothar Bergmann, había ya un apartado bajo un título esclarecedor: Galería de los Horrores. Desde entonces se han sucedido las pintadas y rayones encima de vestigios de la creación humana que en muchos casos se conservaban desde el Paleolítico superior (Solutrense). Cada vez más. Tiene mucho que ver la falta de regeneración del alcornocal (la seca), problema endémico que padece la comarca y que está provocando un paisaje cada vez más desarbolado. La protección natural de los abrigos está desapareciendo. De hecho, la asociación Hispania Nostra incluye este conjunto entre los doce monumentos más amenazados de Europa.

Cueva del Sol / Erasmo Fenoy

La Comisión de Cultura del Parlamento de Andalucía aprobó el 25 de mayo de 2006 por unanimidad, con los votos de todos los grupos parlamentarios, la propuesta del grupo parlamentario de Izquierda Unida, que pedía el inicio de los trámites oportunos para la inclusión del Arte Sureño en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco. En 2008 lo hizo la Diputación de Cádiz. Lo paradójico del caso es que ese año, la Junta de Andalucía afirmó que era imposible incorporar estos legados históricos al conjunto del Arco Mediterráneo porque no presentan "tipología levantina". Lothar Bergmann lo negó en rotundo.

En 2018, el Pleno de la Diputación de Cádiz aprobó otra moción por unanimidad para instar a la Consejería de Cultura de Andalucía a que iniciara ya los trámites de inclusión en la UNESCO. Lo propuso Pilar Pintor, concejala de Cultura de Algeciras, quien un año después, como parlamentaria autonómica, consiguió el apoyo de todos los grupos políticos en la Comisión de Cultura del Parlamento de Andalucía. Sigue sin existir un plan de actuación de la Junta de Andalucía, ni se ha elaborado un proyecto para la protección del Arte Rupestre del extremo sur peninsular.

Cueva del Barranco del Arca / Erasmo Fenoy

Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español prevé, en su titulo V, artº 40.2: "Quedan declarados Bienes de Interés Cultural por ministerio de esta Ley las cuevas, abrigos y lugares que contengan manifestaciones de arte rupestre". Asimismo, por la Disposición adicional tercera de la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, los BIC ubicados en Andalucía, declarados conforme a la legislación del Estado, quedan inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Sin embargo no todas las cuevas tienen este nivel de amparo, porque hay que tramitarlo de forma individualizada y el proceso burocrático es largo. Hace dos años, la Plataforma para la Defensa del Arte Sureño pidió "protección urgente para la Cueva de las Estrellas y Estación rupestre de Palomas, en las que se han encontrado representaciones de manos en negativo que se corresponden con las primeras representaciones rupestres de la humanidad" y "actuaciones de emergencia, que exceptúen del requisito de presentar un Proyecto de Conservación, a los BIC (Bienes de Interés Cultural) en serio peligro de desaparición: Cueva del Pajarraco, Cueva del Ciervo, Laja Alta, Bacinete, Tajo de las Figuras, Cueva de Atlanterra y Pretinas". También se refirió a los "más emblemáticos y dañados: Barranco del Arca, Extremo Sur, Cueva del Sol, Cueva del Viento y Chinchilla". Las doce asociaciones que la constituyen pedían que se declare toda este área como Zona Arqueológica, así como su inclusión como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. Otra vez.

Desde la Cueva del Moro, en Tarifa -que contiene pinturas rupestres de quienes habitaron la zona 18.000 años antes de Cristo- a la Laja Alta, en Jimena -con arte que data de 1.000 años antes de Cristo- siguen esperando que se las reconozca. Bergmann murió en 2009. Sus cenizas fueron esparcidas en la Necrópolis de Los Algarbes, en Tarifa. Tras su muerte han seguido apareciendo cuevas con representaciones rupestres. Y recibiendo daños mientras las administraciones solo debaten mociones.

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