Arte prehistórico en el extremo sur peninsular: motivos ramiformes y arboriformes

OBSERVATORIO DE LA TROCHA | NUESTRO ARTE PREHISTÓRICO

Las primeras refererencias a estos motivos prehistóricos se remontan a 1783 gracias a Fernando López de Cárdenas

Panel nº 3 de los ramiformes cueva de las Palomas I (Tarifa).
Hugo Alberto Mira Perales

11 de noviembre 2022 - 03:00

Estas grafías de cronología postpaleolítica y tipificadas como esquemáticas, muy representadas por los enclaves rupestres de la península ibérica, son conocidas posiblemente desde hace mucho tiempo, pero no fue hasta 1783 cuando Fernando López de Cárdenas, párroco de Montoro (Córdoba), recorriendo las Sierras de Hornilleros, las localiza en el abrigo de Fuencaliente (Ciudad Real), informando del descubrimiento además de recopilar los datos necesarios para reproducir todos los motivos allí representados. Entre ellos había varios motivos arboriformes y ramiformes, que aparecen reflejados en el informe que envió al Conde de Floridablanca. Describió López de Cárdenas estos motivos ramiformes, como “palma, árbol dedicado a Isis”. Relacionándolo directamente por su similitud como una hoja de palma.

Y casi un siglo más tarde motivos de ese tipo fueron recogidos en el libro de 1868 Antigüedades prehistóricas de Andalucía, obra de Manuel de Góngora Martínez quien reflejó en las láminas interiores del mismo las pinturas de “Peña Escrita, Fuencaliente (Ciudad Real)”, representando los motivos allí plasmados, destacando entre ellos los arboriformes y ramiformes.

Fue a principios del siglo XX, cuando Breuil catalogó y publicó los trabajos de investigación que realizo en Peña Escrita y la zona de las Bataneras, dando gran importancia a los motivos arboriformes y ramiformes. Continuando cronológicamente con estudios donde sus autores tipifican estas figuras, destacan los trabajos de Pilar Acosta que culminan con su publicación en 1968 La pintura rupestre esquemática en España, donde hace una magnifica descripción de los distintos tipos de motivos ramiformes y arboriformes. Distingue los motivos ramiformes por una conformación simple o compuesta, y a los arboriformes los clasifica en varios tipos como son “Abeto” y “Arborescente”.

Continuando con los distintos trabajos en diferentes zonas de la península ibérica, destacar el estudio que Alfonso Caballero Klink, en 1983, realizo en la zona de Sierra Morena (Ciudad Real), relacionando también los diferentes tipos de motivos ramiformes y arboriformes.

En estas últimas décadas se han publicados bastantes trabajos donde se mencionan y definen estos motivos esquemáticos repartidos por toda la península ibérica, con varios focos importantes de enclaves rupestres donde abundan estas grafías postpaleolíticas esquemáticas, tanto ramiformes como arboriformes. Hablaremos en primer lugar del conocido como “Arte levantino”, y como un referente en las investigaciones que se empezaron a realizar por la zona cabe destacar a Antonio Beltrán, donde en sus numerosas publicaciones hace referencia a estos motivos también repartidos en enclaves de la zona.

Pasamos a otro punto geográfico de la península ibérica, en este caso la comunidad de Extremadura, donde destacan varios estudios llevados a cabo por Hipólito Collado Giraldo, englobados en trabajos de investigación recogidos en varios volúmenes bajo la denominación “Corpus de Arte Rupestre en Extremadura”. Allí se recoge una catalogación de los motivos rupestres postpaleolíticos esquemáticos en los diferentes enclaves rupestres de la comunidad extremeña, en la cual aparecen en numerosos paneles de los diferentes enclaves los motivos ramiformes y arboriformes en sus diferentes tipologías.

Ramiforme del abrigo de Betín (Tarifa).

Dando un salto geográfico a la comunidad Andaluza y al arte rupestre postpaleolitico esquemático en el extremo sur peninsular, que podemos definir como el territorio situad geográficamente en la provincia de Cádiz que comprende algunas zonas aledañas. Se localizan en sus numerosos enclaves rupestres estos motivos ramiformes y arboriformes, que no han pasado desapercibidos desde comienzo de siglo XX, cuando Juan Cabré y Eduardo Hernández Pacheco recorrieron la región en busca de enclaves rupestres para su estudio, , al igual que el citado Henri Breuil que realizo un primer catálogo de las grafías rupestres de los diferentes enclaves que visito y se conocían hasta el momento.

Volviendo al principio de este artículo, donde hablábamos de los primeros investigadores que utilizaron la denominación de ramiforme y arboriforme, si definimos el concepto ramiforme estaríamos hablando de ramiformes como "motivo con forma de rama, con un eje de simetría vertical y trazos más cortos a ambos lados, curvos o rectos, perpendiculares o inclinados. Interpretados a veces como antropomorfos, arboriformes, cérvidos o incluso árboles totémicos". (Álvarez y Gómez de Avellaneda, en la 2ª Edición del “Rock Painting… de Breuil y Burkitt, 1929, estudios previos, 2019. LXXI”.

Con lo cual y partiendo de dicha definición, no todos los investigadores coinciden en su interpretación. Como ejemplo M.C. Burkitt y H. Breuil interpretaban como figura humana alguno de estos motivos ramiformes, no otorgando la interpretación de figura humana a los motivos ramiformes de tipo especial, los arboriformes del tipo “Abeto” y “Arborescente”. Otros investigadores relacionan directamente estas grafías con motivos vegetales, principalmente pinos, alcornoques, quejigos, etc. Lo que, si está claro que nunca sabremos con exactitud el significado exacto de estos motivos, que en algunos casos fueron realizado con precisión pictórica y belleza plástica.

Centrándonos en el extremo sur peninsular, como bien es sabido contamos con un repertorio numeroso de enclaves rupestres paleolíticos y postpaleolíticos esquemáticos, que en este caso es al que hacemos referencia. El arte rupestre prehistórico esquemático cuenta con una gran tipología de diferentes motivos que nuestros ancestros representaron en los abrigos y covachas de la comarca del Campo de Gibraltar. Sus numerosos enclaves cuentan entre sus paneles con grafías de ramiformes y arboriformes, que cubren los diferentes tipos bien conocidos.

Arboriforme abrigo del Extremo Sur (La Línea de la Concepción).

Como referente de estos motivos, empezamos por uno de los de mayor tamaño, situado en el término municipal de La Línea de la Concepción, situado en la Sierra Carbonera, allí se localiza un pequeño abrigo que abre su boca a levante, y en el cual se representó un motivo ramiforme de unas dimensiones inusuales. Actualmente, aunque mal conservado, aplicando el tratamiento digital a la fotografía del mismo se consigue aun apreciar casi 40 centímetros de este ramiforme, que posiblemente alcanzaría mucha más dimensión, perdiendo el pigmento en la zona superior y que debido a que el autor de la pintura lo prolongo hasta el suelo de la cavidad, esa zona se ve afectada por una gran erosión, posiblemente producida por roce de algún animal, al guarecerse en este abrigo. En la fotografía se puede observar la configuración del motivo, conformado por un trazo con recorrido vertical, cruzado transversalmente por trazos de menor tamaño, del que a su vez parten pequeños trazos perpendiculares. En este caso estaríamos hablando de un arboriforme especial, el cual según nuestro entender no podría ser interpretado con una figura humana, pues no tendría ningún sentido ni similitud. En este caso, podríamos estar hablando de una posible representación de algún motivo vegetal, pero claro siempre con mucha cautela, por un simple carácter comparativo con un árbol o rama. Como dato curioso este abrigo no conserva actualmente ningún otro motivo, solo se aprecian restos de pigmentos repartidos por casi todas sus paredes.

Damos un salto hasta el término municipal de Tarifa, donde localizamos a la falda de la Sierra del Niño, en la zona del Pedregoso, uno de los enclaves rupestres más importantes del extremo sur peninsular, por su variedad cronológica de sus grafías allí representadas. Nos referimos al conjunto de cuevas de las Palomas, donde sus cuatro enclaves cuentan entre sus paneles con motivos ramiformes y arboriformes, llegando a formar en alguno de sus paneles agrupaciones de estos motivos, sin contar con otro tipo de grafías.

Panel nº 3 de los ramiformes cueva de las Palomas I (Tarifa).

Destacamos el panel nº 3 de la cavidad denominada Palomas I, que tal como se puede observar en la fotografía, cuenta con un total de doce motivos ramiformes y arboriformes. En este caso se representaron diferentes tipos de estos motivos, podemos observar el motivo simple compuesto por un trazo vertical a su vez cruzado transversalmente por dos trazos. En este caso según algunos de los investigadores anteriormente citados, si podríamos estar hablando de un motivo ramiforme que si simula la representación de una figura humana, donde se distingue el trazo vertical como el tronco y cabeza, siendo los dos trazos transversales las extremidades superiores e inferiores. Se puede considerar esta grafía como una esquematización básica de la representación de una figura humana.

También localizamos un motivo similar al anterior, pero en este caso cuenta con un trazo más transversal, siendo tres en total, lo que ya complica la interpretación para poder relacionarlo con una figura humana. Continuando con otro de los diferentes motivos en este caso otro ramiforme del mismo tipo que los anteriores, pero con un total de siete trazos transversales que lo cruzan, en este caso el autor del motivo posiblemente quiso replicar la rama de cualquiera de los árboles que se encontraban en el paisaje próximo a la cavidad.

Cambiando de motivo en el mismo panel, saltamos a las representaciones de arboriformes, donde se representaron un total de cinco cada con diferente forma, pero manteniendo el estándar de motivo arboriforme, o sea, trazo vertical simulando al tronco del árbol y trazos transversales que lo cortan a modo de ramas. Si observamos las figuras “3.7 y 3.14” a simple vista si nos ofrece la idea bien clara de la representación de un árbol, posiblemente por semejanza podríamos estar hablando de un pino, pues la formación de su trazado está muy detallada: trazo vertical conformando el tronco del mismo y trazos ordenados de menor a mayor partiendo de la parte superior, hasta llegar a la parte baja con un trazo de mayor dimensión.

En la figura “3.7” podemos observar la superposición de una figura antropomorfa, posiblemente de una cronología más reciente que el arboriforme. Destacamos la figura “3.14” que en trazo vertical o tronco del arboriforme cuenta con dos pequeños trazos a modo de pedestal. Para terminar con este panel podemos ver una diferencia bien clara en las figuras de arboriformes marcadas con los números “3.1-3.11-3.17”, aunque estando claramente identificadas, muestran algunas diferencias entre sí, principalmente en la posición de los trazos que conforman las ramas. En este conjunto de Palomas se localizan algunos de estos motivos más, pero aislados, solo destacando este magnífico panel nº 3 por el número de estas representaciones ramiformes y arboriformes.

En muchos de los enclaves repartidos por toda la comarca se localizan más representaciones de estos motivos tan singulares, por nombrar algunos destacados el abrigo del Largo del Viguetón (Los Barrios), donde entre sus motivos se representaron varios arboriformes simples, pero realizado con pigmento de color negro. No olvidemos el abrigo de Betín en la Sierra de San Bartolomé (Tarifa), donde se localizan representaciones ramiformes en este caso casi todas con el trazo que forma el tronco en posición horizontal y las ramas formadas por trazos verticales transversales. Así podríamos seguir nombrando enclaves donde se representó estas grafías de tan extrema belleza pictórica.

Puntiformes pareados en línea, Palomas IV (Tarifa).

Como conclusión podríamos de estar hablando de unos motivos extendidos por toda la península ibérica, formando parte de un repertorio pictórico bien establecido entre los autores de estas representaciones rupestres. Cada día se confirma que el arte prehistórico en el extremo sur peninsular, mantiene el mismo patrón a nivel tipológico, estilístico y sobre todo temático que en el resto de la península ibérica, lo que permite afirmar en una adscripción cultural a una etnia muy numerosa y extendida, cuyo estudio global no ha llegado aún a sus últimas conclusiones y que, al contrario de una concentración “endogámica” en zonas cerradas por la geografía, tuvo una pasmosa homogeneidad en aspectos tan dados a la personalización como las grafías prehistóricas. Esto puede delatar una movilidad, comunicación y contactos humanos más fluidos de lo que habitualmente se piensa, en contraste con el aislamiento e inaccesibilidad de la mayoría de los enclaves conocidos, que en realidad pueden contener los únicos restos conservados, gracias a esa inaccesibilidad, de un tipo de arte cuyas otras manifestaciones, sobre soportes altamente perecederos, o en entornos geográficos más accesibles, por lo que ha desaparecido por completo

Hugo Alberto Mira Perales es experto en arte prehistórico de la Asociación Cultural La Trocha y miembro de la 2ª sección (Arqueología, Etnología, Patrimonio y Arquitectura) en el Instituto de Estudios Campogibraltareños.

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