Cepsa orienta su estrategia hacia el hidrógeno, la química y el reciclaje
La compañía presentará en otoño un plan para garantizar la continuidad de sus plantas de San Roque y Palos de la Frontera en el proceso de “transición energética” marcada por la UE
“Nuestra industria está enfrentada a un reto brutal”, apunta el CEO, Philippe Boisseau
Algeciras/El runrún llevaba tiempo sonando en círculos empresariales como consecuencia de los planes de descarbonización total fijados por la Unión Europea (UE) para 2050, pero no ha sido hasta este jueves cuando el consejero delegado de Cepsa, Philippe Boisseau, ha hecho un esbozo en público de los planes que la compañía afrontará para su transformación, en un contexto marcado por la transición energética y en el adiós a los combustibles fósiles. Cepsa, sostiene Boisseau, tiene vocación de mantener la actividad en sus plantas de San Roque y Palos de la Frontera; cuestión aparte es que dentro de una o dos décadas podamos seguir aludiendo a ellas como refinerías de petróleo.
Boisseau ha participado en Algeciras como ponente en el seminario 'El futuro de prosperidad del Campo de Gibraltar y la zona del Estrecho', justo un día después de que la Comisión Europea presentase su hoja de ruta legislativa para que la UE se despida del CO2 a mitad de siglo y convierta la crisis climática en una oportunidad para crecer de forma más sostenible.
"La emisión de CO2 debe de tener un precio", declaró la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la presentación de trece iniciativas legislativas con acciones concretas en el transporte, la energía, el mercado de emisiones de carbono o la biodiversidad.
De esas trece iniciativas, diez afectan directamente a la industria, ha subrayado el máximo responsable de Cepsa, que ha desvelado que será en otoño cuando la empresa desvelará sus planes. “Nuestra industria está enfrentada a un reto brutal”, ha resumido sin andarse por las ramas.
La Comisión Europea (CE) quiere que a partir de 2035 no se puedan vender coches contaminantes en la Unión Europea y apuesta por el motor eléctrico para sacar el CO2 de las carreteras, pero no descarta que llegada esa fecha también puedan circular vehículos de pasajeros impulsados por hidrógeno verde, a partir de electricidad generada por fuentes renovables.
¿Será la producción hidrógeno verde el motor de Cepsa en el futuro? Puede, pero el abanico de posibilidades es más amplio, según Boisseau, que ha citado de forma expresa el hidrógeno [verde], la producción química y el reciclaje como objetivos no incompatibles entre sí a los que Cepsa podría dedicar su atención en el futuro. Para la compañía, la química representa desde hace años buena parte de su sostén a nivel industrial, con menos facturación que el refino, pero con mejores márgenes de beneficio.
“Muchas refinerías en Europa no van a poder sobrevivir”, ha señalado el CEO de Cepsa en el seminario, organizado por la Mancomunidad de Municipios y la Universidad de Cádiz con la participación de dirigentes políticos y responsables empresariales.
El futuro de las plantas de Cepsa en Cádiz y Huelva pasa por su adaptación a los nuevos tiempos y "su éxito solo puede ser acertado en la transición energética", ha manifestado Boisseau, para quien el trabajo que queda por delante no podrá desarrollarse en solitario, sino “trabajando con actores de esta Bahía [de Algeciras]”. “Tenemos una oportunidad”, ha subrayado el responsable de Cepsa, quien ha destacado la posición del Campo de Gibraltar como “un polo de atracción y de prosperidad”.
Además de esas alianzas con otras compañías con las que, según fuentes del sector, Cepsa ha comenzado a trabajar para afrontar su nueva etapa, serán necesarios, según Boisseau, los fondos europeos de los Next Generation, encaminados a afrontar los desafíos originados por la pandemia. De los 806.900 millones de euros previstos por la UE, 140.000 corresponden a España.
Vehículos propulsados por hidrógeno
"Veo a algunos fabricantes de coches considerando que el hidrógeno podría ser una solución para vehículos de pasajeros (...). No excluyo que tengamos una mezcla de vehículos en nuestras calles en el futuro", ha declarado este jueves el vicepresidente de la Comisión Europea para el Pacto Verde, Frans Timmermans, en declaraciones recogidas por Efe.
La Comisión quiere que para 2030 se instale al menos una estación de carga de hidrógeno cada 150 kilómetros de carretera de la red TEN-T de conexiones europeas, y se espera también que se desarrolle en otros sectores.
Trenes, aviones y barcos
Aunque hay empresas intentado desarrollar trenes impulsados por hidrógeno, se cree que su mayor potencial está en la industria y en el transporte marítimo. La propuesta de revisión de la Directiva de Energía Renovable recoge que el hidrógeno limpio deberá representar al menos el 50 % de ese combustible en la industria en 2050.
"Este objetivo, junto con las medidas de apoyo adecuadas, puede crear la atracción del mercado necesaria para acelerar la competitividad del hidrógeno renovable frente a las soluciones basadas en fósiles", ha declarado la presidenta de la plataforma sectorial Solar Power Europe, Walburga Hemetsberger.
También tiene espacio en el mar. El fabricante coreano Hyundai está desarrollando motores para barcos a base de hidrógeno y espera que empiecen a llegar al mercado en 2022. Según las proyecciones de la Comisión Europea, el hidrógeno podría llegar a representar el 7,2 % del carburante del transporte marítimo en 2050.
Las inversiones para las estaciones de recarga oscilan entre los 35 y los 100 millones de euros, por lo que la Comisión cree que sólo los 25 mayores puertos de la UE podrán llevarlas a cabo.
El sector de la aviación, donde se espera que el hidrógeno tenga menos penetración, presentará una propuesta propia sobre ese combustible.
Mientras tanto, los aviones tendrán que ir mezclando progresivamente biocombustibles sostenibles con el queroseno, actualmente casi inexistentes por su alto precio, según la propuesta de la CE.
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