La investigación sobre David Oliva, clave en el desmantelamiento del Ocon Sur

Audiencia Nacional | Guardia Civil

El teniente coronel y dos tenientes prestaron declaración por cohecho y revelación de secretos

Las operaciones e intervenciones de droga en el marco del Plan Especial de Seguridad, en aumento desde septiembre de 2022

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David Oliva, el pasado miércoles, tras declarar ante la Audiencia Nacional.
David Oliva –derecha– el pasado miércoles, tras declarar ante la Audiencia Nacional. / Fernando Sánchez / Europa Press

En plena madrugada, varios centenares de guardias civiles bien pertrechados y grandes como armarios se preparan para llevar a cabo un operativo durante el que desarrollarán varias entradas y registros de forma simultánea en diversos inmuebles. Entre ellos figura una mansión en la urbanización El Albarracín (San Roque), donde se supone que duerme el jefe de una organización criminal, y un chalé a pie de playa en Palmones (Los Barrios), donde varios gayumberos custodian -seguramente, armados- una narcolancha oculta en una nave de chapa, lista para echarse al mar con sus tres motores fueraborda de 350 cv.

Los agentes saldrán pronto hacia sus respectivos objetivos a bordo de decenas de todoterrenos, aparcados en batería en una calle oscura, con las farolas apagadas. Se trata de un lugar estratégico, oculto a la vista y con acceso directo a una carretera, a pocos kilómetros de la A-7. Al mando está el comandante David Oliva. “¿Qué hacen aquí estos?”, pregunta en alusión a los periodistas, fotógrafo y redactor, que desde hace meses han aguardado la autorización pertinente de la Dirección General de la Guardia Civil para empotrarse en un operativo del Órgano de Coordinación de Operaciones contra el Narcotráfico (Ocon) Sur.

El agente que acompaña a los reporteros trata de suavizar la situación y explica que son gente de confianza, nada sospechosa de irse de la lengua o hacer alguna tontería que pueda frustrar el operativo. El comandante no está para concesiones y aunque, sus facciones a un metro de distancia son difusas en la oscuridad, su mensaje es nítido: si no ve más a los periodistas en lo que resta de día, mejor para todos. La operación Tortilla contra el clan de los Pinchos estaba en marcha.

De ese episodio han transcurrido casi tres años. El pasado miércoles, con grado ya de teniente coronel en reconocimiento a sus servicios, Oliva compareció ante el juez Alejandro Abascal de la Audiencia Nacional (AN) y el fiscal Antidroga Luis Uriarte en calidad de investigado por delitos de cohecho y revelación de secretos. El motivo, unos mensajes de Whatsapp dirigidos a un subordinado, un teniente del Servicio de Asuntos Internos (SAI) del cuerpo, en los que le presionaba para saber si estaban siguiendo sus pasos a raíz de su presencia en una fiesta junto a un conocido narcotraficante del Campo de Gibraltar.

“Oliva tiene toda mi confianza, lo tuve bajo mis órdenes muchos años, desde que salió de la Academia”, apunta un veterano responsable de la Guardia Civil

Este episodio, quien sabe si denunciado por unos traficantes, había generado ardores entre algunos mandos y, seguramente, también ganas de ajustar cuentas con un personaje que en su trayectoria ha pisado más de un callo. Oliva estaba en el lugar y momento equivocados. En cualquier caso, cometió un desliz imperdonable en alguien con su experiencia. “Oliva tiene toda mi confianza, lo tuve bajo mis órdenes muchos años, desde que salió de la Academia”, apunta un veterano responsable de la Guardia Civil. Aunque hay también hay quien se reserva salir en defensa del teco (teniente coronel), la sensación existente es que, de haber habido alguna prueba consistente en su contra, la AN habría tomado medidas más allá de la obligación de personarse cada mes ante el juzgado.

David Oliva (izquierda) y Grande-Marlaska, a su espalda, en junio de 2021, cuando le fue entregada la Medalla del Plan Nacional sobre Drogas.
David Oliva (izquierda) y Grande-Marlaska, a su espalda, en junio de 2021, cuando le fue entregada la Medalla del Plan Nacional sobre Drogas. / E.S.

Personaje respetado, temido y odiado por el hampa del narco, hasta el punto de necesitar escolta por amenazas de muerte, es obvio que Oliva no estaba de incógnito en aquella fiesta. El fuego atrae tanto que acaba quemando y, como le ocurre a esos personajes de las series de televisión que viven permanentemente al límite, la tentación de meterse en líos es a veces irresistible. Y mucho. No sería el primer caso de destacados integrantes de las Fuerzas de Seguridad del Estado en el Campo de Gibraltar que han caminado sobre el alambre y cuyo futuro se ha resuelto con un traslado y un ascenso como agradecimiento por los servicios prestados.

En el caso del teniente coronel, destinado ahora en Málaga, no muy lejos de su Algeciras natal y donde ha residido toda su vida, la investigación por revelación de secretos se vincula con las presiones al citado teniente, también investigado porque cedió ante aquellas poniéndole al día de datos confidenciales. En cuanto al delito cohecho que se le imputa de forma indiciaria no tiene nada que ver con el cobro de una coima por parte de un narco o de unas sorpresivas vacaciones pagadas en una isla, sino con la promesa que Oliva habría hecho al teniente de hacerle un hueco en el Campo de Gibraltar, con un destino cerca de su familia, a cambio de que le diera la información. Favor por favor.

En ese cruce de mensajes, Oliva y el teniente aluden a un segundo teniente perteneciente al Ocon Sur, que habría pasado a terceros información confidencial sobre algunos operativos, y sobre el que pesan las mismas imputaciones.

La disolución del Ocon Sur

Diversas fuentes consultadas por Europa Sur vinculan directamente todos estos hechos con la disolución del Ocon Sur en septiembre de 2022, por más que los resultados logrados hubieran sido exitosos y Oliva, condecorado en 2020 con la Orden del Mérito del Plan Nacional sobre Drogas. Después de cuatro años de persecución permanente a las mafias del narcotráfico y del contrabando, primero en el Campo de Gibraltar y, más tarde, en el conjunto de la costa andaluza y Sevilla, los datos hablaban: 13.411 detenciones y más de 1.300 toneladas de droga incautadas, principalmente, hachís.

El Ministerio del Interior, preguntado por esta redacción al respecto y pese a la coincidencia de las fechas, guarda silencio y evita confirmar una relación causa-efecto entre el inicio de la investigación sobre Oliva hace algo más de un año y la disolución del Ocon Sur. Tampoco la desmiente.

El departamento que dirige el ministro Grande-Marlaska mantiene los mismos argumentos que ofreció en su momento para explicar el desmantelamiento de la unidad: una mejor organización de las plantillas y un mayor protagonismo de las Comandancias de la Guardia Civil. A ello se une un abaratamiento de costes, puesto que los miembros del Ocon Sur estaban en comisión de servicios.

A modo ilustrativo y para demostrar que los frentes policiales contra el narco se mantienen, el ministerio aporta datos comparativos consolidados de los cinco últimos meses de operatividad del Ocon Sur con los cinco inmediatamente posteriores. Así, en el marco del Plan Especial de Seguridad, entre abril y agosto de 2022, se llevaron a cabo en el litoral andaluz y el Guadalquivir 2.073 operaciones y se incautaron 106.106 kilos de droga, mientras que entre septiembre de 2022 y enero de 2023, las operaciones aumentaron hasta las 2.212 y la droga intervenida pesó 117.549 kilos.

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