"Pese al paro, faltan profesionales cualificados en el Campo de Gibraltar"
Entrevista | Carlos Fenoy, presidente de la Cámara de Comercio del Campo de Gibraltar
El presidente de la Cámara de Comercio enfatiza el papel reivindicativo, aunque en un plano discreto, de la entidad ante la Junta y el Gobierno central
"El reglamento del carbono en el tráfico marítimo es muy negativo para Europa y sus empresas", afirma
"Más de lo que ha puesto España encima de la mesa no se puede mientras Gibraltar busca tensar la cuerda", sostiene sobre la negociación del Brexit
Carlos Fenoy, reelegido presidente de la Cámara de Comercio del Campo de Gibraltar
La UE urge a España a modernizar la Algeciras-Bobadilla para que deje de ser un tren del siglo XIX
El algecireño Carlos Fenoy acaba de revalidar al frente de la Cámara de Comercio del Campo de Gibraltar; cargo al que llegó en 2000 tras dos años previos como vicepresidente. Por la reforma de la Ley de Cámaras, el recién iniciado será su último mandato en el colectivo que agrupa a más de 16.000 empresarios en los cinco municipios del arco de la Bahía de Algeciras.
-Revalida al frente de la Cámara de Comercio del Campo de Gibraltar. ¿Cuáles son los objetivos para este mandato final?
-El inicio de este mandato coincide con un nuevo marco operativo, que arrancará en 2024, en el que gestionaremos de nuevo partidas del Fondo Social Europeo, Fondos de Desarrollo Regional (Feder) y alguna partida de Next Generation.
-¿Y qué supone un nuevo marco operativo para la Cámara?
-Seguir trabajando para conseguir financiación europea aplicable a proyectos, fundamentalmente, de apoyo a las pymes. Este nuevo marco incide aún más en la innovación, la sostenibilidad y la ciberseguridad. También continuar con proyectos financiados por el Fondo Social Europeo, tanto de formación como de emprendimiento. Estamos trabajando de manera intensa en dos programas de formación para desempleados, el de Garantía Juvenil para jóvenes entre 16 y 30 años, que continuará, y también para desempleados de más de 45 años. Este segundo colectivo se vio muy afectado por la pandemia, por el cierre de empresas, dejando a personas con una trayectoria laboral que había que reciclar.
-¿Qué balance hace de este 2023 en la Cámara?
-Al coincidir con un cierre de marco estratégico, hemos tenido financiación del Feder en el primer semestre con el que se sufragan las misiones comerciales de internacionalización. Hemos estado volcados en el proyecto de coworking digital, que abrirá antes de que termine el año al estar acogido a fondos europeos. Y prevemos ejecutar en 2024 y 2025 otros proyectos relacionados con la ciberseguridad y los emprendedores.
-¿De qué trata el coworking digital?
-El objetivo es dar un espacio físico a emprendedores en materia de nuevas tecnologías, con la implicación de empresas logísticas del entorno y del ámbito tecnológico de primer nivel para que sean prescriptores y ayuden a esos emprendedores. Tenemos a tres personas en la Cámara dedicados a estos temas para pasar del programa Acelera Pyme a una Oficina de Transformación Digital. La Covid-19 aceleró la digitalización, aunque era un ámbito en el que llevábamos tiempo trabajando. La digitalización de las empresas es ya algo imparable.
-¿Cuáles son las principales necesidades que trasladan los socios de la Cámara de Comercio?
-A pesar de la tasa elevada de paro, hay dificultad para encontrar profesionales cualificados. De ahí nuestros programas para adaptar a los demandantes de empleo a lo que piden las empresas. Tras un tiempo con inquietud por la financiación, ahora hay preocupación por la aplicación del reglamento ETS para el control de las emisiones al transporte marítimo, por su impacto en todo el tejido logístico vinculado al Puerto de Algeciras.
-¿Qué se ha hecho desde la Cámara para tratar de mitigar el impacto del ETS en el tejido empresarial?
-Junto con la Cámara de España, el Puerto de Algeciras y Puertos del Estado hemos estado presionando desde el primer momento. Se ha logrado paliar en parte el impacto inicial en Puertos como Algeciras con la introducción de la figura de los puertos vecinos de transbordo. Ahora hay clamor en el resto del Mediterráneo, donde incomprensiblemente el ETS había pasado desapercibido, para pedir a la Unión Europea una moratoria que dé tiempo para adaptar y preparar bien el sistema. A estas alturas aún no sabemos quién debe llevar el cómputo de las emisiones. Se apunta a las Capitanías Marítimas, a las que se les viene un volumen de actividad importante. Con el ETS parece que Europa no aprendió. Ya se externalizó buena parte de la producción industrial y ahora perderíamos también el control de la cadena logística. En palabras de algún eurodiputado, nos estamos dando un tiro en el pie.
-¿Confía en que se pueda alcanzar una moratoria? Falta apenas un mes para que termine el año.
-En la primera semana de diciembre hay previstas reuniones de los ministros de Transportes de la UE y Transición Ecológica. Ahora existe una presión importante de países que en principio no acompañaban a España en su reclamación, como Italia, Malta o Grecia. Nadie está en contra de medidas para proteger el medio ambiente y reducir emisiones. Pero de la manera que se plantea es muy negativo para Europa porque ocasionará un perjuicio para la actividad económica y no se reducirán las emisiones. Solo cambiarán de sitio.
-Volviendo a la demanda de la formación, ¿cuáles son los principales perfiles laborales que requieren las empresas?
-Hay demanda en la construcción y también para los empleos vinculados al cambio de modelo energético. Somos una comarca con una gran tradición de producción de energía que ahora está cambiando hacia el hidrógeno verde y sus derivados gracias al impulso de grandes compañías, como Cepsa, o con desarrollos como el de Guadacorte. Estos proyectos garantizan el futuro de los grandes creadores de empleo. Y también hay una transformación en sectores como el comercio, con un fuerte despliegue de las plataformas de venta online que requieren de profesionales para la venta in situ y la logística y distribución. El turismo busca romper su estacionalidad, a lo que ayuda el clima aunque con la consecuencia negativa de la sequía, de forma que en picos de actividad no se encuentran profesionales suficientes. Y en materia logística, tenemos el Recinto Fiscal de la Zona Franca que en próximos meses dará sus frutos.
-¿Cómo se aborda esta necesidad desde la Cámara?
-Llevamos tiempo trabajando con la FP Dual, un modelo por el que también apuesta la Junta de Andalucía, aunque con años de retraso respecto a Centroeuropa. No paramos de hacer visitas a empresas para ofrecerles esa posibilidad y ponerlas en contacto con centros como el Isla Verde, con un FP dual sobre Comercio Exterior que fue pionero y con un alto grado de inserción laboral y satisfacción de las empresas. Estamos haciendo un esfuerzo importante y las empresas lo están aprovechando.
-¿Cree que hay margen para bajar la presión fiscal a las empresas?
-En este país, tradicionalmente las cuentas públicas se han cuadrado subiendo los impuestos y no ajustando los gastos, que es lo que hacemos las empresas. La administración debe reflexionar si tiene el tamaño necesario. Ya visto como ciudadano, probablemente los servicios están descompensados. Puede haber mucho personal en una actividad mientras que en la sanidad o la educación, estamos cansados de verlo, debería haber mayor ratio de funcionarios. El nivel de presión fiscal creo que es cada vez más insostenible. De entrada casi todo al 21 de IVA, más el Impuesto de Sociedades, el de Patrimonio, Actos Jurídicos Documentados, Transmisiones… También lo padecen los ciudadanos.
-Y burocracia, que también quita tiempo a las empresas.
-Curiosamente se habla mucho de la transformación digital, de la ventanilla única. Pero la simplificación administrativa no llega nunca. Y tampoco se piensa en que hay personas que no son nativos digitales. También resulta increíble que una información del Ministerio de Hacienda no la tenga un Ayuntamiento o una Autoridad Portuaria a la hora de aplicar las tasas, por ejemplo. Con unas capacidades tecnológicas muy avanzadas, no se aprovecha por parte de la propia administración.
-¿Debería tener la Cámara un papel como actor social de la comarca un tanto más reivindicativo?
-Creo que lo tenemos. El más recurrente es el ferrocarril, en el que no hemos parado nunca, con continuos contactos con el secretario general de Infraestructuras al que también se le han planteado proyectos que ahora ven la luz como la variante de Algeciras, necesaria porque tenemos un puerto que mueve 5.000 camiones diarios más los que genera la industria. Otra cosa es que lo digamos o que hagamos manifestaciones. También se han demandado a Renfe mejoras para la conexión ferroviaria de pasajeros, o el que hemos citado antes del reglamento ETS en el que, de la mano del Puerto de Algeciras, se ha tratado un asunto global que tiene a Algeciras como un paradigma de lo que puede suceder. O igualmente en la petición de más medios para el PIF del Puerto o el acceso exterior al Puerto de Tarifa y la presa de Gibralmedina. Los responsables de estos proyectos tienen la presión constante de la Cámara, de una manera discreta y constante.
-¿Qué reclama la Cámara a la Junta de Andalucía?
-La Junta debe efectuar actuaciones más certeras en materia de empleo, no termina de cuajar bien la formación dual. Y en materia de infraestructuras, el puente sobre el río Guadarranque para aliviar la A-7 y la presa del Gibralmedina, que lleva años durmiendo el sueño de los justos, para regular el Guadiaro y garantizar los proyectos industriales y agrícolas que requieren agua.
-¿Y al Gobierno central?
-Para el Gobierno central, dos cuestiones importantes. La primera, las infraestructuras. Ahora que se ha anunciado la variante de Algeciras, nuestra reclamación es que siga hasta San Roque para ser eficaz en la descongestión del tráfico. Se está ejecutando un Acceso Sur millonario que beneficia a la última milla, pero no se conecta con otras vías de gran capacidad. Y también el Gobierno debe resolver la negociación del Brexit sobre Gibraltar.
-¿Qué espera de esa negociación?
-Lo relevante para los ciudadanos de la comarca es la Verja, aunque hablamos de algo que compete a todos los países que están en el Tratado de Schengen. De hecho, en estos tres años de ese periodo de transición que graciosamente la Unión Europea nos ha dado, me consta que ha habido muchas tensiones de países pertenecientes a Schengen pidiendo algo parecido a lo hay aquí con sus limítrofes. Cuando se habla de prosperidad compartida, lo he comentado con algún empresario gibraltareño, España da seguridad jurídica, mientras que el problema es la Verja, donde hay un paso más lento. Creo que más de lo que ha puesto España encima de la mesa para solucionar los aspectos negativos que podía tener la aplicación del Brexit no se puede. Por Gibraltar percibo que hay poca voluntad o más voluntad de seguir tensando la cuerda a ver si el objetivo puede ser un poco más alto.
-¿Qué alternativa hay?
-Hubiera sido una oportunidad que, cuando Reino Unido decidió dejar la UE, el Gobierno de España hubiera aplicado un tratamiento especial para esta zona más allá de los grandes titulares y proyectos. En 20 kilómetros a la redonda hay cuatro regímenes fiscales diferentes, el de Marruecos, Ceuta, Gibraltar y el nuestro, que es el peor de todos pese a estar conectados con el resto de Europa. Si el asunto de Gibraltar hubiera afectado a una capital de provincia, esto sería la joya de la corona, pero no lo ven así.
-Volviendo al ferrocarril, ¿cómo valora la reciente reunión en Algeciras de los coordinadores de tres corredores de la UE?
-Felicito a la Autoridad Portuaria por la iniciativa, porque no es fácil traer a tres coordinadores y a los comisionados de los corredores Mediterráneo y Atlántico. No cabe duda de que a la coordinadora del Corredor Mediterráneo, Iveta Radicová, le preocupa que el inicio del corredor, que Algeciras no cuente con la infraestructura necesaria.
-Abroncó a España por los tiempos para resolver trámites como la declaración de impacto ambiental de la electrificación de Ronda a Bobadilla.
-Es que no se puede entender fácilmente, aunque para comprenderlo nada más hay que mirar la legislación. El proyecto de electrificación de Ronda a Bobadilla lleva tres años de retraso en los que ya se podría haber actuado en la modernización de las vías. La legislación es tan restrictiva, tan garantista, que un informe de un técnico de la Delegación de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Málaga levanta una polvareda que no entiende nadie. El trazado lleva allí desde el siglo XIX y lo que se propone es electrificar para reducir las emisiones de gases. Avanzamos porque el propio mercado demanda la autopista ferroviaria. Ya no hablamos de decisiones del Gobierno y de Adif, ahora hay una comunicación directa diaria con Zaragoza con mucho potencial de crecimiento.
-Sin embargo, la autopista ferroviaria Algeciras-Zaragoza se retrasa por la falta de suministro de locomotoras y vagones.
Creo que 2024 era una fecha prematura. Además del material rodante, está pendiente la adaptación de los gálibos. En un primer momento se habló de 700 cuellos de botella de Algeciras a Zaragoza, en 1.000 kilómetros. Mientras se resuelve, el contenedor ya se está subiendo al ferrocarril. El presidente de Puertos del Estado, Álvaro Rodríguez Dapena, ya hablaba de que en 2026 transitarán por el Estrecho unos 600.000 remolques desde Marruecos. Todo el desarrollo industrial y empresarial de la zona norte de Marruecos se canaliza por Tánger Med. Algeciras tiene la ventaja de estar en el lado europeo, aunque ahora Europa se encargue de minar esa ventaja con el ETS. Existe la controversia sobre si Tánger Med es una amenaza o un complemento. Para algunas cosas es amenaza directa y para otras un complemento, por ejemplo, para introducir en Europa las mercancías.
-Por último, ¿cómo valora la propuesta de la Asociación Española del Transporte de un tren hacia Cádiz y otro para conectar con Málaga?
La conexión con Cádiz es un tema recurrente. Sería importante conectar las dos bahías, porque la A-381 soporta un tráfico pesado tremendo, autovía que por cierto también reivindicó esta Cámara para, una vez licitado el último tramo, pasar a demandar otras como el desdoble de la N-340. En infraestructuras ferroviarias debe ser igual, creo que debemos seguir insistiendo en mejorar la salida que tenemos tanto para mercancías como para pasajeros hasta que se consiga antes de abordar otras ideas. En esa reivindicación también está el Puerto Seco de Antequera. Habrá quien opine que hay que pedirlo todo para conseguir algo. Yo pienso que hay que seguir pidiendo lo que está previsto hasta que se termine y luego ver cuál es el siguiente paso.
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