España denuncia en la ONU los "graves desequilibrios" que la colonia del Peñón genera en el Campo de Gibraltar

Comité de Descolonización

El embajador de España en las Naciones Unidas defiende que el uso militar de la Roca por parte de Reino Unido contraviene la legalidad internacional

Gibraltar: la oportunidad perdida

El peligro de un acuerdo-marco sobre Gibraltar

La intervención en la ONU de Agustín Santos Maraver.
La intervención en la ONU de Agustín Santos Maraver. / Efe

El Gobierno de España afirma que la situación colonial de Gibraltar es una "rémora contraria a la legalidad internacional" que genera "graves desequilibrios e inequidad" en el Campo de Gibraltar, por lo que insiste en reclamar a Reino Unido que deje de incumplir los mandatos de la ONU y afronte "la única negociación real" para "la plena restitución" de la integridad soberana española sobre el Peñón.

Así de contundente se ha expresado el embajador de España ante la ONU, Agustín Santos Maraver, en su intervención ante el Comité Especial encargado de examinar la aplicación de la declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales. El ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, también ofreció un discurso en la reunión.

Santos Maraver, el número dos de Yolanda Díaz en las listas de Sumar por Madrid, ha incidido en que la situación colonial de Gibraltar está "directamente ligada con el uso militar por parte de la potencia administradora del territorio no autónomo", Reino Unido. Esto contraviene la Resolución de la Aplicación de la Declaración sobre la concesión de independencia a los países y pueblos coloniales 3163 (XXVIII), adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) el 14 de diciembre de 1973, en la que requirió la "retirada de bases e instalaciones militares ubicadas en territorios no autónomos". También, la Resolución AGNU A/R/77/149 de 12 de diciembre de 2022, sobre la misma cuestión, que en su párrafo 14, “exhorta a las Potencias administradoras que corresponda a que pongan fin a las actividades militares y eliminen las bases militares en los Territorios No Autónomos bajo su administración, de conformidad con las resoluciones pertinentes de la Asamblea General”.

"El uso militar es una pauta en muchos territorios aún bajo colonización, que se cumple de manera evidente en el caso de Gibraltar, y define las coordenadas con las que, la potencia administradora, interpreta la importancia que se debe otorgar a la defensa de los intereses de los habitantes del citado territorio", ha explicado el embajador, que ha apostillado que "esos mismos intereses fueron afectados por la decisión británica de abandonar la Unión Europea", ya que arrastró al territorio de Gibraltar "a una situación muy compleja desde un punto de vista legal". La Unión Europea y España de un lado, y el Reino Unido, de otro, están "intentando paliar, sin causar perjuicios ni a los habitantes del territorio no autónomo, ni a los de la zona española vecina", esas consecuencias del Brexit.

Pero, "este espíritu constructivo que busca solventar problemas concretos, lógico entre dos países aliados, que comparten tantos intereses como el Reino Unido y España, en nada afecta a la legítima reclamación de mi país para que se le restituya en su total integridad territorial", ha recalcado Agustín Santos Maraver. Tampoco impide el reconocimiento de que Reino Unido incumple los llamamientos de los Seminarios regionales y del Comité de Descolonización en sus conclusiones anuales, que derivan de la resolución 2070 (XX) de 1965 de la AGNU, en la que "se invita a las dos partes a iniciar, sin dilación alguna, conversaciones". Lo mismo ocurre con la resolución 2231 (XXI) de 1966 y en la 2429 (XXIII) de 1968, que llegó incluso a marcar una fecha para poner fin a la condición del Peñón: “Se pide a la Potencia administradora que ponga término a la situación colonial de Gibraltar antes del 1 de octubre de 1969”.

"Si esas conversaciones sobre la cuestión central de la soberanía no tienen lugar, no es porque España no esté dispuesta a hacerlo tal y como obliga el Derecho internacional, de buena fe, y teniendo en cuenta los intereses de los habitantes de Gibraltar", ha manifestado en la ONU el embajador de España, que ha reiterado el "llamamiento al Reino Unido para abordar la cuestión central, centrada en la descolonización y el respeto al principio de integridad territorial".

Santos Maraver ha recordado que el proceso de descolonización debe ser regido por la Organización de las Naciones Unidas, que no concluirá hasta que así lo decida la Asamblea General y que del mismo derivan obligaciones para Reino Unido como potencia administradora. "Confiemos en un cambio de política por parte del Reino Unido que nos permita pasar definitivamente la página de la colonización", ha afirmado el representante de España, quien ha repasado la historia del conflicto: "Se trata de una larga historia, nacida en plena Europa absolutista, en el contexto de la Guerra de sucesión a la Corona de España, con una acción de conquista militar por parte de una escuadra angloholandesa en 1704".

"Recordemos la importancia de las rutas comerciales en la consolidación de los imperios de la época, y el papel de una plaza como Gibraltar en la expansión del británico. Ese episodio llevó a la expulsión de la población autóctona de Gibraltar, y fue confirmado por el Tratado de Utrecht que, esto es importante, limitó en 1713 la cesión española a la Corona británica de un espacio geográfico bastante menor al que actualmente ocupa o reclama para sí el Reino Unido", ha narrado.

"Sólo se cedieron la ciudad y el castillo de Gibraltar junto con su puerto (con sus aguas interiores únicamente), defensas y fortalezas. El Reino Unido sin embargo exige las aguas alrededor del Peñón, aguas que España considera suyas y en las que seguimos ejerciendo plena soberanía. Tampoco se le cedió el istmo, ocupado ilegalmente tras permitir España en el siglo XIX, y por motivos humanitarios, la instalación de un hospital de campaña. El Reino Unido buscó consolidar su ocupación con la construcción de una Verja, que no reconocemos como frontera internacional puesto que cercena parte de nuestro territorio. España tampoco cedió en 1713 el espacio suprayacente", ha apostillado.

Santos Maraver ha defendido que "de manera cotidiana la zona vecina al territorio no autónomo de Gibraltar sufre las consecuencias de la pervivencia de la colonia". "Se puede afirmar que la acción colonial británica se expande desde el territorio no autónomo a la zona circundante, generando distorsiones a las que esperamos que un acuerdo de la Unión Europea con el Reino Unido, completado por acuerdos bilaterales entre España y Reino Unido, puedan dar solución", ha concluido.

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