Interceptados unos drones submarinos en el Campo de Gibraltar en una operación pionera de la Policía Nacional
Narcotráfico
Un hombre y su hijo detenidos en Castellar en junio formaban parte de la organización criminal
Este tipo de vehículos no tripulados pueden llevar bajo el agua una carga de 200 kilos
La lucha contra el narcotráfico en el Campo de Gibraltar ha abierto un nuevo frente de batalla, en esta ocasión, bajo el mar. La Policía Nacional ha intervenido varios drones submarinos en una operación pionera en la comarca que será explicada con todo detalle este lunes en la Comisaría de la Policía Nacional de Algeciras. Entre los detenidos figuran un hombre y su hijo, arrestados el pasado mes de junio en Castellar.
Según explica el Cuerpo, se trata de la primera ocasión en la que se han intervenido este tipo de vehículos submarinos no tripulados o UUV (Unmanned Underwater Vehicle), conocidos como drones submarinos, con capacidad para albergar entre 150 y 200 kilos de carga.
El delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández Peñalver; el jefe superior en Andalucía Occidental, Andrés Garrido Cancio; el subdelegado del Gobierno en Cádiz, José Antonio Pacheco Calvo; y el comisario provincial de Cádiz, Santos Bernal Uceda, junto a responsables operativos, darán todos los detalles de la operación este lunes en Algeciras.
No se trata, sin embargo, del primer artefacto submarino empleado para el narcotráfico que se detecta en la zona ya que en febrero de 2021 se localizó una embarcación semisumergible empleada para tal fin.
Fue en una nave de un polígono industrial de Málaga donde la Policía Nacional, en colaboración con la Europol, investigaba a una organización internacional de tráfico de cocaína.
Era la primera embarcación con esas características localizada en España y estaba en construcción cuando fue localizada. Tenía unas dimensiones de nueve metros de eslora, tres de manga y tres de calado.
Su fabricación fue artesanal, utilizando una quilla sobre la que se ha montado una estructura de cuadernas y refuerzos con paneles de contrachapado y fibra de vidrio para dotar al conjunto de la necesaria resistencia estructural.
Contaba con dos motores de 200 CV (caballos de vapor) cada uno, controlados desde una consola interior donde se encuentra el volante de gobierno y las palancas de embrague y aceleración de los motores. Los investigadores estiman que tenía capacidad para transportar hasta dos toneladas de estupefaciente.
En noviembre de 2019, una operación conjunta de Guardia Civil, Policía Nacional y el Servicio de Vigilancia Aduanera permitió interceptar otra nave semisumergible en Galicia, si bien en este caso procedía de Brasil, desde donde cruzó el Atlántico con 3.000 kilos de cocaína en su interior.
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