Iulia Traducta: una nueva ciudad en el arco de la bahía

Estampas de la historia del Campo de Gibraltar

Octavio Augusto fundó la colonia en la orilla sur del después rebautizado río de la Miel, frente a una Carteia que le había sido desleal en la guerra civil romana

La 'urbs' acuñó moneda y potenció la economía del salazón y la vid frente a la competencia africana

- Moneda acuñada en la ceca de Iulia Traducta. Presenta, en el reverso, la corona de laurel y el nombre de la ciudad.
- Moneda acuñada en la ceca de Iulia Traducta. Presenta, en el reverso, la corona de laurel y el nombre de la ciudad.

Una vez asumido el poder y pacificada Roma, Octavio Augusto se ocupó en reorganizar el ejército y la administración, civilizar las provincias que aún se hallaban escasamente romanizadas, como la zona norte de Hispania, y llevar a cabo un ambicioso plan de obras públicas y fundación de nuevas colonias. Una de ellas se ubicaría en el litoral occidental de la bahía, frente al monte Calpe y a la antigua ciudad de Carteia, que recibiría el nombre de Iulia Traducta.

Carteia, considerada por las nuevas autoridades romanas una ciudad proclive a la República, que había apostado hasta casi el final de la Guerra Civil por la causa de Pompeyo, debía ser castigada de alguna manera por sus veleidades. Quizás fuera ése el principal motivo por el que Octavio decidiera fundar una nueva población, frente a la "desleal" Carteia, como parte de su programa de romanización de un territorio que tradicionalmente se había mostrado hostil a la causa de César. La nueva colonia, que portó en su nombre el de la gens Julia, a la que pertenecía Octavio, fue fundada en el año 29 antes de Cristo con soldados licenciados trasladados (de ahí el apelativo latino traducta) desde la orilla africana, de Tingi (Tánger) y Zilis (Arcila) y, también, con colonos llegados desde Roma que aportarían el elemento de romanización que el nuevo régimen deseaba implantar.

Con la fundación de la colonia de Iulia Traducta en la orilla sur del río, cuyo nombre latino desconocemos, pero que fue rebautizado después de la invasión musulmana como río de la Miel (wadi al-Asal), Octavio Augusto aspiraba a instaurar un modelo de urbs (ciudad) y una nueva sociedad de acuerdo con sus ideales en una zona muy castigadas por las guerras civiles que, sin duda, estaría dividida y resentida con la persona del Princeps y, también, poder asentar a los soldados licenciados de las legiones después de un largo período de guerras y enfrentamientos civiles, el último de los cuales mantenido entre Octavio y Marco Antonio.

La nueva fundación se dotaría de los elementos característicos de una urbs, entre ellos la acuñación de moneda con la doble finalidad de favorecer las transacciones comerciales y servir de propaganda al nuevo régimen. La ceca de Iulia Traducta comenzó a batir monedas entre los años 13 y 12 antes de Cristo. Los valores emitidos fueron el dupondio, el as, el semis y el cuadrante, lo que demuestra la pujanza económica de la nueva ciudad dedicada, sobre todo a la pesca y a la producción de salazón de pescado, pero también a la construcción naval, al comercio y al cultivo de la vid y de los cereales, como lo prueba la existencia de monedas acuñadas con un racimo de uvas o una espiga de trigo en el reverso.

Se han hallado monedas batidas en la ceca de Iulia Traducta en diversas ciudades hispanas, aunque faltan en los territorios norteafricanos de Mauritania Tingitana. Esta carencia de numerario en la otra orilla se puede explicar porque, siendo el norte de África una zona con una fuerte proyección e implantación económica de Gades y Carteia, los comerciantes de Iulia Traducta, pese al origen mauritano de buena parte de sus habitantes, evitaron entrar en competencia en un mercado consolidado por mercaderes gaditanos y carteienses. También se han localizado monedas de Traducta en los entornos de Sevilla, en Granada, Almería, Galicia, Asturias y Portugal, lo que indica la expansión económica que logró la nueva fundación en los mercados hispanos.

Mas, ¿dónde estuvo asentada la ciudad de Traducta y qué vestigios se han conservado de sus calles, templos, mercados, termas, viviendas privadas, enterramientos y estructuras industriales?

Según el Anónimo de Rávena, compilación de textos de los siglos III y IV realizada en el siglo VII, la ciudad de Traducta se hallaba situada entre Carteia y Cetraria o Cetaria (esta última, casi con toda seguridad, asentada en la ensenada de Getares, donde se han localizado los restos de una balsa de salazón de pescado y otras estructuras muy arrasadas), ubicación que también da la Geografía de Guido y la obra de Isaac Vosio, igualmente del siglo VII. Más tardíamente, el obispo Noris vuelve a incidir en la misma relación de las poblaciones cercanas al Estrecho que proporcionan el Anónimo de Rávena y la Geografía de Guido. Plinio la cita entre las ciudades que habían adquirido el derecho de ciudadanía romana, lo que le permitía tener acceso a una serie de ventajas económicas y exenciones fiscales.

Aunque algunos autores han identificado Iulia Traducta con Tarifa, actualmente, tanto por la precisa localización que ofrecen las fuentes geográficas antiguas ―antes mencionadas― como por los espectaculares hallazgos arqueológicos realizados en las últimas décadas en la meseta situada al sur de la ciudad de Algeciras, en la orilla derecha del hoy desaparecido río de la Miel, la mayor parte de los investigadores actuales están de acuerdo en ubicar los restos de Traducta en el solar de Algeciras.

Sobre una extensa meseta localizada en la margen derecha del río, entre los últimos meandros del mismo y el acantilado que iba a morir en la antigua playa de El Chorruelo, se fue edificando una urbe que tuvo sus momentos de esplendor en los siglos I, II y III después de Cristo, aunque su actividad económica y sus relaciones con el norte de África y el Próximo Oriente se prolongaron hasta el siglo VI, cuando su solar fue ocupado por los bizantinos.

En la margen meridional de la actual calle San Nicolás se exhumaron los restos de lo que debió ser el barrio industrial, con varias factorías de salazón de pescado, siendo la más importante y extensa la localizada en los solares números 3 y 5 de la citada calle, donde salió a la luz una fábrica casi completa compuesta por una gran edificación de planta rectangular que disponía de un patio central con pozo de agua potable y, distribuidas en su entorno, medio centenar de piletas de salazón de diverso tamaño además de otros espacios relacionados con la actividad salazonera que pudieron contener almacenes para la sal, depósitos de ánforas y salas para el despiece y la limpieza del pescado.

La fábrica se abría, en la parte nordeste, a una calle que comunicaba con una rampa que acababa en la orilla del río donde, sin duda, debió existir un embarcadero de madera para el atraque de las naves onerarias que acudían al puerto fluvial con el fin de cargar las ánforas salsarias conteniendo los valiosos productos elaborados en las factorías traductinas.

Existen evidencias (un nivel con cenizas y ladrillos quemados) de que la ciudad sufrió una destrucción parcial, quizás en el año 425, cuando los vándalos, después de atravesar Hispania fueron obligados a embarcar en este puerto con destino al norte de África donde fundaron un reino con capital en la antigua Cartago. Sin embargo, Iulia Traducta volvería a resurgir, muy probablemente con una significativa reducción del espacio urbanizado, para convertirse, en el siglo VI, en el puerto utilizado por los bizantinos ―junto con el de Ceuta― como establecimiento y resguardo de la escuadra imperial que operaba en aguas del Estrecho y enclave que servía de conexión con los asentamientos bizantinos situados más al Oeste, como el de la ciudad de Mértola (Portugal), aguas arriba del río Guadiana, en la que se ha localizado una basílica funeraria paleocristiana con enterramientos e inscripciones en griego de los siglos VI y VII.

La aparición de numerosas ánforas de procedencia africana y oriental en el yacimiento de la calle San Nicolás, de lucernas norteafricanas y vajillas procedentes del litoral de Túnez en los niveles que amortizan las piletas de salazón de las factorías, atestiguan la pujanza económica adquirida por la antigua fundación augustea en los siglos previos a la llegada de los musulmanes.

El espacio residencial y los edificios públicos (la acrópolis) debieron estar ubicados en la parte sur y oeste de la meseta ―la zona más elevada―, donde se han hallado vestigios de viviendas y de una somera red viaria, aunque los descubrimientos más espectaculares y reveladores aparecieron a finales del siglo XX y primeros años del XXI en la zona norte y este del solar, donde se localizaron numerosos restos de instalaciones fabriles relacionadas con el tratamiento del pescado y la producción de salazones, de los que se tratará en el siguiente capítulo.

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