La Jarandilla, 18 años al natural
Numerosas asociaciones y cerca de 700 escolares visitan durante el presente curso el Aula de Naturaleza, inmersa en un complejo enfrentamiento contra los gestores de La Almoraima
La Jarandilla representa para muchos castellarenses más que una empresa local. Este Aula de la Naturaleza, emplazada dentro de la finca La Almoraima -en pleno Parque Natural de Los Alcornocales- es un enclave por el han pasado en los últimos años miles de niños de la comarca y de fuera de ella. "Durante los 18 años que llevamos funcionando nos centramos mucho en integrar la educación medioambiental de los menores con actividades más divertidas, de carácter deportivo u otras disciplinas", apunta el gerente de la sociedad, José Fuentes Martínez.
Y es que, por ejemplo, a lo largo del último curso escolar, entre 600 y 700 alumnos acudieron al Aula de Naturaleza según los cálculos de la dirección del centro. "Una cifra a la que hay que sumar los mayores que vinieron y los miembros de asociaciones que realizan encuentros en nuestras instalaciones", continúa José Fuentes, quien también explica las dificultades que se le presentaron este año a La Jarandilla a raíz de las fuertes precipitaciones: "En 2010 la época de lluvias se ha prolongado demasiado. Esto supone para nosotros un gran lastre, puesto que los colegios vienen cuando hace buen tiempo. De hecho, la primavera y el otoño son el mejor periodo, porque el calor tampoco es demasiado intenso".
El éxito de este enclave no se limita sólo al Campo de Gibraltar. Son numerosas las escuelas de fuera de la comarca y de la provincia que se ponen en contacto con La Jarandilla para acudir a ella y participar en sus actividades. "Vienen muchos estudiantes del resto de Andalucía, sobre todo de Marbella", subraya el gerente de la empresa, quien hace hincapié en que el enclave tiene un gran potencial pero que, al ser una pequeña empresa, les falta capacidad para dar un salto comercial más allá de las fronteras regionales.
Además, los programas del Aula de Naturaleza combinan una parte didáctica -mediante itinerarios para el reconocimiento de diferentes especies de la fauna y flora local, la visita de cuevas del neolítico o al pantano de Guadarranque para enseñarles a los niños la problemática de la escasez de agua- con una más práctica, como actividades de tiro con arco, paseos a caballo y excursiones. "Nosotros no somos un circo. Es decir, nuestra función principal es educativa, pero hay que hacérsela atractiva a los más pequeños. Y, por ello, queremos que se sientan como si estuvieran en una aventura", relata José Fuentes.
Porque la idea de La Jarandilla nace también de una serie de inquietudes sociales que tenían hace casi dos décadas un grupo de castellarenses. "Cuando expropiaron La Almoraima a Ruiz Mateos, decidimos montar una empresa relacionada un poco con el turismo rural. Un sector que, por entonces, no estaba muy potenciado", explica el máximo representante del enclave.
Ahora, 18 años después del comienzo de la iniciativa -y tras tres lustros trabajando con escolares-, desde la dirección de La Jarandilla denuncian presiones de los dirigentes de La Almoraima para que abandonen la zona. "Su objetivo es desarrollar aquí un macroproyecto de turismo rural. Y pensamos que los estorbamos en sus planes de abrir el pantano a los deportes de navegación o a la hora de reactivar la dehesa de La Boyal, que desde el Ayuntamiento de Castellar quieren poner en marcha a través de un nuevo Plan de Ordenación Territorial", concluye el gerente, quien recalca sentirse muy satisfecho con la actividad que desempeñan: "Hemos sido una buena alternativa a la escuela".
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