"La droga no es solo un problema policial y no puede tener solo respuestas policiales"
Entrevista | Jesús Núñez, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Algeciras
El coronel apuesta por la continuidad del Plan Especial de Seguridad y el refuerzo de los medios con que cuentan jueces y fiscales en la lucha contra el narcotráfico
Reclama un endurecimiento de las penas de prisión: "No puede salir tan barato delinquir"
San Roque/En sus cuatro años y medio como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Algeciras, Jesús Núñez (Palma de Mallorca, 1962) ha asistido a la evolución de las mafias de la droga, con la aparición de bandas lideradas por jóvenes impulsivos y mucho más violentos que sus antecesores. El coronel cambia ahora de destino, de la Bahía de Algeciras a la de Cádiz, como máximo responsable de la Benemérita en esta última.
-Hace unos tres años, cuando se produjeron las primeras acciones violentas de los narcotraficantes contra los cuerpos y fuerzas de seguridad, se hablaba de hechos puntuales, pero pronto se comprobó que asistíamos a una nueva estrategia.
-Y eran hechos aislados. El punto de inflexión importante se produjo en la Semana Santa de 2017, cuando en la barriada de San Bernardo de La Línea hubo un alijo a tan solo unos quinientos metros de una procesión. Hasta ese momento, las bandas, cuando alertaban de la presencia de las patrullas, abortaban el alijo y salían corriendo. El hecho inusitado ese día fue que tanto los narcotraficantes como muchas personas que salieron de las casas apedrearon a los agentes y a sus coches, tanto de la Guardia Civil como de la Policía Nacional, hasta el punto de que tuvieron que replegarse e, incluso, disparar al aire con sus armas reglamentarias. Se daba además en ese momento un relevo generacional en las bandas que explicaba ese comportamiento.
-Y quienes llegaban querían hacerse fuertes.
-Estaban envalentonados. Cuando embestían a las patrullas con sus todoterrenos y les deteníamos, en un número muy elevado daban positivo por consumo de cocaína y alcohol. Tenían un grado de sobreexcitación muy elevado. Hay, además, otro factor a tener en cuenta: los comportamientos de los delincuentes son parejos a la realidad social del momento. Y de 35 a 30 años para abajo, hay muchas personas que exponen su vida públicamente en las redes sociales. Quien se dedica al mundo de la droga cuelga sus fotos con coches de lujo, con chicas despampanantes y de sus vacaciones en playas maravillosas.
-Y eso provoca un efecto contagio.
-¡Claro! Hay muchas otras personas que quieren tener esa misma vida. Hubo una banda de contrabandistas que incluso colgó un vídeo, editado con música, en el que aparecían a cara descubierta y sonrientes mientras efectuaban en la playa de Poniente de La Línea un alijo de tabaco procedente de la colonia de Gibraltar. El líder, además, estaba a los pocos días al lado de un paso en una procesión de Semana Santa… Naturalmente, todos fueron detenidos. Ese comportamiento era impensable en los contrabandistas y narcotraficantes de etapas anteriores. La ostentación de la que ahora hacen gala estos delincuentes tiene unos efectos muy nocivos sobre la juventud. La droga no es solo un problema policial y, por lo tanto, no puede tener solo respuestas policiales.
-Es un problema social, mucho mayor.
-El sistema del narcotráfico implica la participación de entre 20 y 50 personas para llevar a cabo un alijo. Al menos la mitad son los llamados puntos, por lo general, jovenes que se dedican a labores de vigilancia y contravigilancia y que son desplegados militarmente por las mafias en lugares estratégicos por si aparecen las fuerzas de seguridad. Si por una tarde de trabajo les pagan entre 300 y 400 euros, lo que ven es que no necesitan ir a clase para tener un futuro. Y además tienen el ejemplo de menganito o sotanito que se ha comprado un coche tal o el iPhone cual. Le doy un detalle: cuando inauguraron el casino de San Roque, que es una actividad perfectamente legal, comprobamos que había algunos jóvenes de 20 años que aparecían con billetes de 500 euros para apostar a la ruleta. Y perdían en una noche 3.000 o 4.000 euros sin pestañear. El dinero que se gana fácil se pierde fácil.
-Hablaba también de medidas no policiales.
-Hay que trabajar con la juventud y trabajar en materia educativa. Hay una pérdida de valores; el todo vale no puede ser. La juventud tiene la obligación de formarse y debe haber medidas de vigilancia y sancionadoras para los padres que incumplen sus responsabilidades. Hay otra cuestión, y es que vivimos en una de las comarcas con mayores tasas de paro, aunque esas cifras están distorsionadas porque hay muchas personas que trabajan en la colonia de Gibraltar y no declaran sus ingresos o viven del narcotráfico y del contrabando, cobrando además ayudas sociales. Pero sí es cierto que hay una carencia de oferta laboral para que la gente tenga un futuro honesto y honrado. Quiero subrayar también el papel que desarrollan las ONG de lucha contra la droga.
-¿Es preciso apoyarlas más?
-Hay que apoyarlas mucho más porque hacen una labor muy buena y darles más recursos en su labor de concienciación. Las personas que trabajan en las coordinadoras tienen una sensibilidad especial con lo que está pasando. Hay que trabajar para la integración social de las personas que están en el mundo de la droga.
-En el ámbito legal, usted ha pedido en varias ocasiones un endurecimiento de las penas de prisión por los delitos relacionados con el narcotráfico.
-No quiero cuestionar la voluntad de legislador, pero la Guardia Civil siempre ha dicho abiertamente lo que hacía y pensaba. En 2010 hubo una reforma del Código Penal para rebajar las condenas de prisión por delitos de narcotráfico como respuesta al problema de saturación de las cárceles, a resultas de lo cual tiene la misma condena ir en un coche con 5 que con mil kilos de hachís.
-Hubo otra reforma por la que los extranjeros con penas inferiores a seis años de prisión pueden cambiar esta pena, si así lo decide el juez, por su expulsión del país.
-Eso debe de cambiar: las penas por narcotráfico deben endurecerse y ser más ejemplarizantes. No estoy de acuerdo, además, con que se distinga entre droga dura o blanda cuando los modus operandi de los delincuentes son los mismos. La pena media de prisión por tráfico de hachís son cuatro años, de los que se cumplen de manera efectiva dos tercios: no puede salir tan barato delinquir.
-Usted también ha pedido que sea delito de narcotráfico, y no una mera infracción administrativa, la tenencia y/o posesión de combustible destinado a suministrar las narcolanchas.
-Hemos presentado desde la Comandancia una propuesta al respecto al Ministerio del Interior.
-¿Ha habido receptividad?
-El ministro [Fernando Grande-Marlaska] es jurista y es consciente del problema. Existe la dificultad de legislar a nivel nacional en torno a un asunto que tan solo se da en una parte de España, pero no puede ser que una persona sea detenida con 2.500 litros de combustible en un vehículo o en una embarcación, pague una multa y haya que devolverle el vehículo o la embarcación porque estaban a nombre de un primo. Y encima no paga nada porque es insolvente. Eso no puede ser. Espero que no pase una desgracia un día porque haya estallado una cantidad semejante de gasolina en una carretera.
-Está también la lucha contra el blanqueo de capitales.
-Es fundamental. Es una de las preocupaciones máximas de la Guardia Civil y me consta que también lo es de otras fuerzas. Uno puede ver las casas de determinadas barriadas cuyas fachadas están aún sin enfoscar y, cuando se observan desde Google Maps, se ven las parcelas que tienen, con piscinas y magníficas instalaciones. Le pongo un ejemplo: hubo un agente que a punto estuvo de perder la vida tras ser arrollado en Algeciras, en El Rinconcillo, por un vehículo de alta gama que le embistió cargado de droga. El conductor se dio a la fuga, pero logramos identificar el coche: su dueña era una limpiadora sin carné de conducir que trabajaba a tiempo parcial y que no ganaba ni 500 euros mensuales. Cuando la llamamos a declarar nos dijo que el coche lo había comprado su cuñado en el concesionario por 80.000 euros.
-Pagar esa cantidad al contado hoy ya no es posible.
-Legalmente, no, pero los delincuentes se buscan las fórmulas. Lo que hay que hacer es preguntar: ¿Usted tiene capacidad económica para pagar ese coche?
-¿Hace falta una reforma legislativa también en ese sentido?
-Sí. Desde el punto de vista policial, sería interesante no solo una reforma del Código Penal, sino también tributaria. Tenemos que acostumbrarnos, como ocurre en otros países civilizados, a que tú tengas que justificar el origen del dinero y del patrimonio que posees. No vale con decir que es un premio de lotería o una herencia. Vamos a ver dónde ha comprado usted ese décimo de lotería o de quién ha heredado.
-¿Son sensibles jueces y fiscales a esta situación?
-Totalmente. Al comienzo, cuando las bandas embestían a las patrullas con sus todoterrenos, ocurría que los conductores quedaban en libertad bajo fianza, pero hubo entrevistas con los jueces y los fiscales y logramos que estas personas ingresasen también en prisión preventiva por narcotráfico. Hay que pensar que a lo largo de un año llegamos a contabilizar una quincena a agresiones a agentes. El apoyo de jueces y fiscales es importantísimo.
-Su situación tampoco es sencilla.
-Es cierto. La Línea y San Roque tienen juzgados mixtos que llevan causas del ámbito civil y del penal. No pueden seguir así, están saturados. Las organizaciones de narcotraficantes están integradas por decenas de personas y las investigaciones requieren mucho tiempo y son muy complejas. A ello se une que cuando se actúa contra ellas y se hacen cuarenta o cincuenta registros simultáneos, a veces en varias provincias, nos faltan secretarios o funcionarios de los juzgados habilitados para que den fe de la legalidad de nuestra actuación. Y si un día los necesitas desde las 4 de la mañana hasta por la tarde, los estás quitando de su trabajo en el juzgado.
-Los jueces quieren un partido judicial único para la comarca.
-La Guardia Civil apoya esa iniciativa porque ayudaría a agilizar mucho los procedimientos en marcha y permitiría tener un juzgado de guardia 24 horas al día.
-El decano de los jueces de Algeciras, Alberto Ruiz, alertaba de que la sobrecarga de trabajo iba a provocar la excarcelación de muchos detenidos por tráfico de drogas tras pasar dos años en prisión preventiva sin haber podido ser juzgados.
-Lamentablemente es así y a algunas de esas personas las hemos vuelto a detener porque han vuelto a delinquir.
-Los medios materiales y humanos de la Guardia Civil han mejorado mucho.
-La llegada de los Grupos de Acción Rápida (GAR) en el verano de 2018 fue un salto en la lucha contra el narcotráfico. Es un cuerpo especializado que llevaba el peso de la lucha antiterrorista en el País Vasco, con vehículos blindados, con armamento de mucha potencia y una preparación muy importante. Y evidentemente, no es lo mismo embestir a un coche de 850 kilos de peso que a un vehículo 4x4 de dos toneladas con protecciones delanteras. El Estado ha sido capaz de dar una respuesta eficaz y la Comandancia de Algeciras es una privilegiada en cuanto a medios.
-El balance del Plan Especial de Seguridad para el Campo de Gibraltar es positivo.
-Y debe seguir. El 26 de diciembre mantuvimos una reunión en Madrid con el ministro del Interior en la que nos expresó su deseo que el plan se mantuviese. Esto es como la guerra: cuando dejas de perseguir a tu enemigo, este se reagrupa, se lame sus heridas y contraataca. El Plan Especial de Seguridad no puede tener vuelta atrás.
-Una de las actuaciones más llamativas de las llevadas a cabo fue la colocación de la narcobarrera en la desembocadura del Guadarranque. Fue eficaz.
-Esa barrera fue colocada después de más de medio centenar de denuncias de la Guardia Civil contra los narcoembarcaderos construidos ilegalmente en las casas situadas en las riberas del río. Pese a que los ayuntamientos de Los Barrios y San Roque abrieron multitud de expedientes sancionadores, no se consiguió culminar ninguno de ellos porque eran casas alquiladas, no se localizaba al inquilino porque en realidad no vivía allí... La normativa es garantista y el delincuente se aprovecha de ello. Y como ocurre con la narcogasolina, no podemos hacer una normativa exclusiva para el Campo de Gibraltar.
-También hay amenazas a funcionarios municipales para que no tramiten los expedientes urbanísticos.
-Hay coacciones a determinadas personas para que no hagan su trabajo o miren hacia otro lado. En el caso del Guadarranque se optó por cerrar a la navegación el río Guadarranque. Fue la peor solución de todas, aunque funcionó.
-¿El momento más amargo?
-Cada vez que hemos ido a detener a un guardia civil. Cuando hay que ordenar la detención de alguien que viste de uniforme y es de los tuyos para que ingrese en prisión. En los cuatro años y medio que llevo en la Comandancia hemos detenido a 22: un capitán, un sargento, dos cabos y el resto guardias. De ellos, 21, los ha detenido la Guardia Civil. Y eso es un mensaje muy claro: esta institución es la primera que se encarga de velar por su propia honestidad. Siempre digo que esta institución es la más honesta del Campo de Gibraltar y que todo el mundo debiera hacer lo mismo.
-Hace poco dábamos cuenta en el periódico de la investigación de la Policía Nacional a dos de sus miembros en La Línea por narcotráfico. ¿A qué se refiere con que todo el mundo debe imitar a la Guardia Civil en cuanto a rectitud y con que es la más honesta?
-No va dirigido contra nadie. Somos un colectivo de unas 1.100 personas donde ha habido 22 garbanzos negros, algunos de ellos cumpliendo ya sentencias firmes, pero no somos la única institución afectada por el comportamiento delictivo de algunos de sus miembros. Lo único que digo es que la Guardia Civil sí que vela por limpiar su institución y que no creo que seamos los únicos que estemos teniendo a personas que deshonran el uniforme que visten. No acuso ni señalo a nadie.
-También fue un momento amargo la muerte del agente Fermín Cabezas.
-Para mí fue un sentimiento de profunda tristeza el que sentí el 30 de mayo de 2019. Era uno de los mejores guardias civiles motoristas de la Unidad de Tráfico. Todos nos unimos al dolor de su familia y de sus compañeros.
-¿Y el momento más dulce?
-El momento más dulce y de felicidad lo situaría el pasado 12 de octubre, cuando en la Plaza Alta, con motivo del 175 aniversario de la fundación de la Guardia Civil, celebramos rodeados de muchísimas personas el acto de celebración de la Fiesta Nacional de España. Notamos el reconocimiento y cariño de la gente.
Más efectivos en el medio rural
-Las necesidades de medios de la Guardia Civil están cubiertas en el Campo de Gibraltar. ¿Qué situación espera encontrar en el resto de la provincia de Cádiz, de la que se va a hacer cargo ahora?
-Los medios están cubiertos en el Campo de Gibraltar, pero los catálogos de puestos de trabajo deben ser actualizados para aumentarlos porque las necesidades son muy grandes. Me consta que la Dirección General de la Guardia Civil está desarrollando estudios para ello, tanto en el Campo de Gibraltar, como en Cádiz y en muchas otras provincias. Tuvimos el problema de la crisis económica, que conllevó una reducción de 7.000 efectivos en toda España y que se está recuperando poco a poco.
-Esa falta de medios provoca en algunas ocasiones que no se puedan atender las necesidades en todos los lugares, especialmente en el medio rural. Pasa en algunos lugares del Campo de Gibraltar o en La Barca de La Florida, en Jerez, cuyo alcalde pedáneo ha expuesto esta situación.
-Me circunscribo a la situación que hay en la comarca porque es mi demarcación, aunque conozco la situación de La Barca porque durante algún tiempo fui jefe de operaciones allí. Es cierto que en algunos sitios ha hecho falta desvestir determinados sitios para concentrar los recursos y los esfuerzos allí donde era y es más urgente actuar, pero me consta que en la hoja de ruta de la Guardia Civil está previsto cubrir mejor el servicio en los lugares donde hay menos población.
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