Roberto Scholtes
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Seguridad
El Tribunal de lo Criminal de París condenó este jueves en apelación a cadena perpetua al terrorista marroquí Ayoub El Khazzani, que en agosto de 2015 trató de cometer una masacre en un tren Thalys que circulaba entre la capital belga y la francesa, la misma pena que se fijó en primera instancia. Cuando se le concedió la última palabra antes de que los magistrados se retiraran a deliberar, este hombre dijo lamentar lo que hizo y sentir "vergüenza". El Khazzani había vivido un año y medio en Algeciras, donde está instalada buena parte de su familia. Quizás aquella fue la ocasión más notoria en la que la lucha contra el terrorismo yihadista irrumpió en el Campo de Gibraltar, pero no la única.
En 2010, su familia se mudó de Marruecos a Algeciras y él se trasladó algo más tarde allí. Los servicios secretos españoles lo ficharon, en particular por sus discursos islamistas en la mezquita del barrio de El Saladillo, a la que acudía con su hermano, que era tesorero y que fue expulsado de España en 2014.
El Khazzani -que vivió la mayor parte del tiempo en el barrio madrileño de Lavapiés- se fue de España a trabajar unos meses a Francia y luego estuvo en Bélgica durante un año, alojado por una de sus hermanas hasta que marchó a Siria a los campos de entrenamiento del grupo yihadista Estado Islámico (EI) antes de volver a Europa en el verano de 2015 para cometer el atentado. El Khazzani hirió gravemente a dos personas en un tren de alta velocidad Ámsterdam-París antes de ser reducido por varios pasajeros y detenido por la Policía.
Anis M. R. R. se dedicaba a despachar billetes de ferry para la Operación Paso del Estrecho (OPE) en Vitoria cuando fue detenido en la mañana del 7 de agosto de 2018. Hace apenas un año se desarrolló la anterior operación contra el terrorismo yihadista en España con ramificaciones en el Campo de Gibraltar. La vivienda familiar de Anis estaba en la calle Emilio Burgos de Algeciras y frecuentaba un locutorio de la avenida Virgen del Carmen, en pleno corazón urbano de la ciudad. El supuesto yihadista residía habitualmente en la ciudad pero había sido enviado a Vitoria para vender pasajes de barco durante el verano a cargo de una agencia local en un puesto habilitado en una gasolinera.
En 2017, la Audiencia Nacional condenó a Choukri El Hadouchi y Sara Vallejo Zaroual –residentes en Granada y que fueron detenidos en Algeciras en abril de 2016– a seis años de prisión en cada caso por planear marcharse a Siria con el hijo de ambos, de dos años, a integrarse en las filas del grupo terrorista Daesh para reemplazar al hermano del primero. La Audiencia condenó a ambos por delitos de adoctrinamiento pasivo de índole terrorista y de traslado a zona controlada por organización terrorista y les impuso una condena de tres años de prisión por cada uno de ellos.
La sentencia considera probado que los acusados –él de nacionalidad marroquí y ella española– habían sido informados de que un hermano de Choukri, llamado Achraf, se había inmolado en Alepo (Siria) en una acción planificada por el autodenominado Estado Islámico.
En 2012, el Campo de Gibraltar volvió a ser escenario de una operación contra el terrorismo yihadista. Entonces, tres supuestos miembros de Al Qaeda fueron arrestados en La Línea y en Ciudad Real acusados de planear un atentado contra el centro comercial Puerta Europa de Algeciras, coincidiendo con la celebración de los Juegos Olímpicos de Londres. Así lo sostuvo entonces la investigación dirigida por el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz. Los dos supuestos islamistas rusos de origen checheno detenidos en Almuradiel (Ciudad Real) y el turco Cengiz Yalcin, apresado en La Línea, pretendían un ataque inminente con aviones de aeromodelismo de en torno a dos metros de longitud capaces de transportar cargas de hasta un kilo. La acción de la autoridades abortó la intentona. Cengiz Yalcin llevaba seis años trabajando en Gibraltar, los cuatro últimos para la empresa Profield Constructors Limited, que ejecutaba obras para el Gobierno del Peñón, como el puerto de la zona este.
En septiembre de 2019 fue detenido en el barrio de La Piñera de Algeciras Nabil .E.A., acusado de delitos de enaltecimiento, autoadoctrinamiento y por su pertenencia a la organización terrorista Daesh.
En el desarrollo de la operación contra el yihadismo, que contó con la colaboración de un analista de Europol, se practicó el registro de la humilde casa en la que se hallaron documentación y manuales sobre el uso de explosivos, vehículos y armas con los que formarse para cometer atentados, según anunció la Policía Nacional. Según la Policía, mostraba una intensa actividad en redes sociales y grupos de mensajería dedicados a descargar y acumular contenidos en favor de la organización terrorista.
El 11 de abril de 2018, funcionarios de prisiones hallaron varias marcas en dependencias de la cárcel de Algeciras con simbología propia de la organización terrorista Dáesh. Ante este indicio de radicalización yihadista, se dio aviso al Laboratorio de Criminalística de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil. Se pudo determinar que las pintadas se habían realizado ese mismo día, dado que el acceso a esas zonas estaba restringido a los internos en régimen cerrado y catalogados como FIES, y que el autor era Mohamed Akaarir. En prisión preventiva desde el 28 de marzo de 2021, había sido condenado a dos años y dos meses de prisión en 2016 por enaltecimiento del terrorismo.
Fue expulsado a Marruecos, medida que fue ejecutada el 3 de agosto de 2018. Sin embargo, el 3 de julio de 2019, la Guardia Civil del Puesto de Tarifa le detuvo por quebrantar la medida de expulsión, y días después, el 12 de julio, la Audiencia Nacional acordó el cumplimiento en prisión del resto de la pena que le había sido conmutada por la expulsión. En mayo de 2020, Akaarir salió en libertad vigilada, y se fue a vivir al domicilio de su hermana y su cuñado en Pasajes (Guipúzcoa). Cerca de un año después fue detenido en Melilla Hafid Mohamed Mimun, al que le fue intervenida en el registro de su domicilio una carta que Akaarir le envió a su módulo cuando ambos estuvieron en el Centro Penitenciario de Botafuegos y coincidieron a su vez con Kamal Mohamed Dris Kamal, condenado en 2017 por pertenencia a organización terrorista. En agosto de 2022, Akaarir fue absuelto por falta de pruebas.
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