Marruecos permite la salida de decenas de migrantes desde la costa de Tánger hacia España
Tensión diplomática por Brahim Gali
Rabat responde así a la acogida dada por España al líder del Frente Polisario en un hospital de Logroño para tratarse de Covid-19
Más de cien marroquíes entran en Ceuta tras sortear los espigones
Rescates en el Estrecho durante el fin de semana
Las imágenes tomadas en la tarde de ayer, domingo, dejan poco lugar a las dudas sobre la nueva posición que las autoridades marroquíes han adoptado en materia migratoria, concretamente respecto al control de sus costas. Decenas de migrantes partieron desde las playas de Tánger rumbo a España a bordo de lanchas neumáticas sin impedimento alguno por parte de la policía de Marruecos.
Los vídeos a los que ha tenido acceso en exclusiva esta redacción muestran cómo los migrantes acarrean las lanchas en tierra y se lanzan al mar con ellas sin que ninguna autoridad policial les ponga freno, algo impensable hasta hace solo un mes. En las imágenes pueden contarse hasta seis gomas, aunque las fuentes consultadas por esta redacción aseguran que fueron algunas más a lo largo del día. “Esto no es nada”, advierten.
Este pasado domingo, de hecho, Salvamento Marítimo informó del rescate en aguas del Estrecho de dos embarcaciones neumáticas, una por la mañana, con cinco personas a bordo, y otra, un kayak hinchable, con tres ya por la tarde.
La permisividad marroquí con la salida de migrantes está directamente vinculada a la acogida que España dio el pasado mes de abril al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, para ser tratado de Covid-19, por razones humanitarias. Lo hizo en un hospital de Logroño bajo una identidad falsa y a petición del Gobierno argelino, enfrentado a Marruecos.
El pasado 8 de mayo, el Gobierno de Marruecos acusó a España en un comunicado de omitir de manera premeditada la situación de Brahim Gali, de 73 años, en lo que describió como “un acto premeditado, una elección voluntaria y una decisión soberana de España, que Marruecos reconoce plenamente”, aunque contraria a la “relación de buena vecindad” entre ambos países. Ya entonces, Marruecos alertó de que extraería “todas sus consecuencias”.
El Gobierno marroquí considera que las razones humanitarias en favor de Brahim Gali esgrimidas por fuentes diplomáticas españolas “no pueden justificar esta actitud negativa”, ya que la situación del líder del Polisario fue tratada “a espaldas de un socio y vecino”. “La actitud de algunos funcionarios del Gobierno [español], prejuzgando la reacción marroquí y minimizando el impacto, no pueden ocultar esta lamentable situación”, advirtió Marruecos en su comunicado.
“Las consideraciones humanitarias no pueden ser una panacea que se conceda selectivamente [a Gali] en un momento en el que miles de personas viven en condiciones inhumanas en los campamentos de Tinduf”, en el Sáhara Occidental, ni “pueden explicar la inacción de la justicia española” contra el máximo responsable del Polisario pese a las “denuncias documentadas” existentes en su contra, según el Ministerio de Exteriores marroquí.
“Las consideraciones humanitarias no explican, además, que se sea cómplice de robo de identidad y falsificación de pasaportes, con la intención de eludir voluntariamente la ley”, denunció Rabat, en referencia al hecho de que Gali entró en España supuestamente bajo una identidad argelina falsa.
“La preservación de la asociación bilateral es una responsabilidad compartida, que se nutre del compromiso permanente de salvaguardar la confianza mutua, una cooperación fructífera y la salvaguarda de los intereses estratégicos de dos países”, mantuvo Marruecos en su nota oficial.
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