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No es un juego de niños

Jugadores de Azar en Rehabilitación del Campo de Gibraltar alerta del aumento de niños con dependencia de móviles y tablets y de adolescentes adictos a las apuestas online

Una persona juega a una máquina tragaperras. / José Ángel García

"Antes venían acompañados de sus mujeres o sus maridos, ahora vienen con sus padres". La frase es de un integrante de la asociación Jugadores de Azar en Rehabilitación del Campo de Gibraltar (Jarca), una de las pocas que existen en Andalucía acreditadas para el tratamiento ambulatorio del juego patológico y otras adicciones no tóxicas. Con ella se define la preocupación de este colectivo por el aumento de adolescentes que contactan para abandonar su adicción al juego online e incluso de niños que han generado una dependencia del móvil o de la tablet.

La trabajadora social de Jarca Inmaculada Cabra da voz a esta preocupación sobre los menores. "Ahora mismo tienen más acceso a las apuestas deportivas, al bingo, a la ruleta, porque a todo eso se puede jugar a través de internet. Aparte de los salones de juego que han proliferado por todas partes. Ellos han nacido con las nuevas tecnologías y están más acostumbrados a moverse en este ámbito. Yo tuve que aprender a manejar las redes sociales, pero ellos nacen con eso, lo tienen de forma innata. Ahora un niño de un añito sabe desbloquearte el móvil y darle al icono de la aplicación que le gusta", resume esta integrante de un colectivo que ayuda a los campogibraltareños a dejar el juego desde hace 26 años.

Jarca imparte talleres en los colegios de Algeciras -ahora tienen en proyecto desarrollarlos en otras ciudades, como Los Barrios o San Roque- que suponen la única prevención que se realiza en el Campo de Gibraltar. Se centran en las nuevas tecnologías. "El aumento de llamadas de padres y madres preocupados por esto es importante. Ya no solo por el juego en sí. Estamos en un bar o en cualquier espacio público y vemos que los niños están siempre con el móvil. En la playa ¿quién no ha visto un grupo de niños que en lugar de estar bañándose o jugando en la arena está con la tablet jugando a lo que sea?", explica la trabajadora social, que narra que en la asocación trabajan con adolescentes en los institutos, pero debido al aumento de afectados se están planteando en un futuro poder hacer algo más concreto en la sede, porque hasta ahora se dedican solo a grupos de autoayuda y terapia con personas adultas.

"Todo esto tiene que ver con nosotros. Ahora el padre y la madre trabajan, no se le puede dedicar tanto tiempo a los niños como antes, cuando había un rato para sentarse con los juguetes con ellos en el salón de la casa. Ahora tenemos menos tiempo. En realidad esto abarca muchos aspectos, no solo la adicción al juego", continúa Cabra.

"En los colegios tenemos muchísima aceptación, porque tratamos principalmente las redes sociales, que es lo más preocupante. Cuelgan fotos, aceptan peticiones de personas que no conocen y hay un riesgo con los pedófilos o simplemente el bullying (acoso escolar) que ahora se ha agudizado", subraya. "Siempre ha habido en los colegios, pero terminaban las horas lectivas y desconectaban, se iban con sus grupos de amigos y con sus familias y terminaba. Ahora te pueden hacer un vídeo y ponértelo en las redes sociales. O puedes colgar una foto y recibir comentarios ofensivos. También les hablamos del Whastapp, que se utiliza a menudo para ejercer un control de un menor hacia otro, dando lugar a peleas y problemas", continúa.

La asociación es la única que hace prevención en los colegios en la comarca

La primera consecuencia de esos niños que pasan más tiempo de la cuenta con el móvil o la tablet está clara y es gravísima. "Las habilidades sociales de los niños se están perdiendo, porque todo lo hacen por escrito. Se relacionan en las diferentes redes sociales, a través de fotografías, pero no en persona. Muchos nos dicen que les cuesta menos solucionar un enfado con un amigo por el Whatsapp que decírselo en persona. La comunicación verbal se pierde", comenta la trabajadora social, que hace sus recomendaciones: "Hay que acotar el tiempo que pasan con la videoconsola o con el móvil. Es una reeducación, porque aquí no se puede aplicar una abstinencia como con los adultos adictos al juego, ya que internet y las redes sociales son algo muy necesario para comunicarse, para trabajar o para estudiar. Para combatirlo hay que potenciar otras formas de diversión".

Los jóvenes que se convierten en adictos del juego online son una cuestión distinta. "Hemos recibido un aumento de jóvenes de 20 a 22 años con problemas con las apuestas exagerado", explica Cabra. "Estos casos los atendemos directamente. No es que tenga un poder adquisitivo alto, porque son chavales que normalmente están todavía estudiando y lo que tienen son los 50 euros que les dan los padres, aunque esto no tiene nada que ver con el dinero. Prefieren ir a un salón de juego que irse a la discoteca o los pubs. Pierden el control, porque además hay casos en que se junta con el alcohol o drogas y ya no son dueños de sí mismos", alerta.

Según un estudio nacional de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los menores son mucho más vulnerables ante estas adicciones que los adultos. Hay casos, explica este colectivo, en los que pueden acceder a los locales de juego e incluso apostar, pese a que va en contra de la Constitución y la Ley del Menor. El número de jóvenes adictos al juego en tratamiento se ha cuadruplicado en pocos años, pasando del 3,8% al 16%. El 6% de los alumnos de ESO ha apostado alguna vez. La Dirección General de Ordenación del Juego realizó una encuesta en 2015 que arrojó un resultado contundente: el 44% de las personas que se iniciaron en el juego con menos de 18 años desarrollaron juego patológico. En 2017 se emitieron 2,7 millones de anuncios de juego online frente a 128.000 de 2013.

El Defensor del Pueblo en funciones, Francisco Fernández Marugán, recomendó hace unos días al Gobierno que estudie, en colaboración con las comunidades autónomas, la prohibición total de la publicidad relacionada con el juego y de las apuestas en los medios de comunicación, radio, televisión e internet, salvo las loterías y apuestas de la Administración del Estado (SELAE) y de la Organización de Ciegos Españoles (ONCE). El Defensor del Pueblo aboga por establecer una nueva regulación; revisar los tipos de infracción y endurecer las sanciones; así como acometer una revisión de las licencias en vigor, incluidas las de actividad y de apertura de locales de salas de juego.

En el otro lado, las casas de apuestas se defienden de lo que consideran que es un ataque continuado al sector del juego desde la clase política, según publicó la web www.libremercado.com. El Consejo Empresarial del Juego (Cejuego) desmintió hace unos con rotundidad que su actividad esté relacionada con un incremento de la ludopatía en España. En base a las estadísticas elaboradas por el Ministerio de Sanidad, en España la tasa de juego problemático entre la población de 18 a 75 años era de apenas el 0,3% en 2017.

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