Mercedes Caravaca pregona con sentimiento la Semana Santa
La hermandad del Buena Muerte recuerda sus inicios en el mundo cofrade y da protagonismo al baile y a la música

San roque/Mercedes Caravaca, cofrade de la Hermandad del Cristo de la Buena Muerte y ex presidenta del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, fue la encargada ayer de pronunciar el pregón oficial de la Semana Santa de San Roque 2018. Caravaca ofreció a los asistentes un pregón en el que la música y el baile fueron coprotagonistas y donde sus recuerdos y sensaciones cofrades se tiñeron a veces de pena y otras de humor, pero fueron siempre emocionantes.
La parroquia de Santa María La Coronada acogió a un numeroso público. En el pregón, Mercedes Caravaca estuvo acompañada por el piano del sanroqueño Jesús Ruiz. La cantante Luna también intervino con una saeta, mientras dos bailaoras del Grupo Albarracín representaron a las mujeres cargadoras de San Roque, en especial a las de la Virgen de la Merced. Las imágenes del Cristo de la Buena Muerte y de la Virgen de la Amargura copresidieron el acto.
La pregonera fue presentada por el padre Juan Pedro Varo. El ahora arcipreste de Algeciras y anterior párroco de Santa María Coronada comentó algunas divertidas anécdotas de la infancia de la pregonera, ademas de su labor al frente del Consejo Local.
Caravaca comenzó con un sentido recuerdo a quien fue su amigo y compañero en la procesión del Santo Entierro, el fallecido jefe de la Policía Local Fermín Aguilera. Luego agradeció la presentación de Juan Pedro Varo, a quien dijo que echaba mucho de menos. Habló de sus comienzos en el mundo cofrade, cuando siendo niña ayudaba a su madre en el embellecimiento del sagrario con ocasión del Corpus Christi. Durante su pregón, hizo varias referencias a su progenitora, su "madre en la Tierra que me enseñó a amar a la del cielo".
También relató su experiencia cofrade en La Línea, donde con 17 años vestía a la Dolorosa y donde descubrió que la Esperanza tiene la cara de su madre, ya que fue tallada por Luis Ortega Bru tomándola como modelo.
Después relató su llegada a la hermandad del Buena Muerte y repasó sus vivencias dentro del mundo cofrade. Para finalizar, tuvo un reconocimiento a su marido, "que dice no ser creyente y da ejemplo de buena persona" y dejó escapar las lágrimas de emoción al referirse a sus dos hijos.
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