Miguel Ángel Gómez y David Pérez, los guardias civiles asesinados por el narcotráfico dejan tres huérfanos

Los dos guardias civiles asesinados este viernes en el puerto de Barbate al ser arrollados por una narcolancha son David Pérez Carracedo y Miguel Ángel González Gómez. El primero nació en Barcelona hace 43 años y el segundo es natural de San Fernando y tenía 39 años. Residía desde hacía cinco meses en Los Barrios puesto que pertenecía a la Comandancia de Algeciras. Dejan tres hijos huérfanos.

La capilla ardiente del agente isleño va a ser instalada en la Comandancia de Cádiz este sábado. Miguel Ángel Gómez pertenecía al Grupo Especial de Actividades Suacuáticas (GEAS) con base en Algeciras. Tenía pareja y una hija de 12 años. El agente isleño estaba vinculado al Club de Balonmano de San Fernando, que también ha mostrado sus condolencias por la pérdida. Su familia reside en la barriada Carlos III.

Ingresó en la Academia de Baeza en 2019 y realizó sus prácticas en la Sección Fiscal del Puerto de Tarifa, para después ser destinado al Puesto de Mondejar, en Guadalajara. Allí realizó el curso de GEAS y pasó a la Unidad de Actividades Subacuáticas, fue destinado al equipo de Algeciras en septiembre de 2023. Tiene condecoraciones militares de su paso por el Ejército.

El otro guardia civil fallecido -David Pérez Carcedo- era agente del Grupo de Acción Rápida (GAR) con base en la Comandancia de Navarra. Estaba casado y tenía dos hijos de 7 y 9 años. Ingresó en la Academia de Baeza en 2008 y realizó sus prácticas en el Puesto de Torrevieja, para después ser destinado al Puesto de Arta en Baleares. En 2010 realizó el curso del GAR en el Centro de Adiestramientos Especiales de Logroño, servicio que ha prestado en los últimos 13 años con varias condecoraciones.

Los dos agentes murieron y otros dos compañeros resultaron heridos, uno de ellos aún ingresado en el hospital, en la noche del viernes tras ser arrollados por una narcolancha en el puerto de Barbate.

El tercer agente que resultó herido de gravedad es un cabo del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) natural de Terrassa (Barcelona). Según sus compañeros tiene una herida en un brazo con la arteria seccionada y el cúbito y radio fracturados, aunque se encuentra fuera de peligro. El otro agente herido tiene cinco puntos de sutura en una rodilla.

Según fuentes consultadas por este medio, los agentes asesinados realizaban labores de vigilancia con otros cuatro compañeros en una pequeña embarcación de goma de unos cinco metros para identificar a los ocupantes de varias narcolanchas cuando fueron alcanzados por una goma de unos 14 metros y 3 o 4 motores fueraborda que los embistió y los pasó por encima.