"Desde 2011 hay un alza de los suicidios por el nacimiento de las redes sociales"

MIGUEL ÁNGEL MARTÍNEZ-GONZÁLEZ, MÉDICO EPIDEMIÓLOGO | Entrevista

Especializado en salud pública desde 2005 y catedrático por las universidades de Navarra y Harvard, en 2022 logró el Premio Nacional de Investigación Gregorio Marañón de Medicina por sus aportaciones a la nutrición en medicina preventiva

Las pantallas, la nueva droga que afecta a los jóvenes

"La pornografía es el único recurso que tienen los adolescentes para abordar la sexualidad"

Miguel Ángel Martínez-González, en la biblioteca del Hotel Reina Cristina, en Algeciras. / Andrés Carrasco
Cristina Hita Cordero

24 de marzo 2024 - 02:00

Miguel Ángel Martínez-González (Málaga, 1957), médico epidemiólogo y catedrático por las universidades de Navarra y Harvard, es autor de Salmones, hormonas y pantallas, un libro que advierte sobre las consecuencias que tiene la “sexualidad desmadrada” entre muchos jóvenes, el uso de los teléfonos inteligentes, las redes sociales y los suicidios.

-¿Cuál fue el motivo de este libro?

-A partir de 2008, las estadísticas epidemiológicas empezaron a situar el suicido como la primera causa de mortalidad externa y la primera causa de muerte entre los jóvenes. El 10% de las muertes en jóvenes son por suicidio, no hay ninguna causa que sea tan fuerte. Ahora mismo, no conozco a ningún psiquiatra que no esté asustado. Y yo creo que tiene mucho que ver con las adicciones que se generan a través de las redes sociales, de los teléfonos móviles a tan temprana edad para los chavales.

"El 20% del contenido que generan las webs pornográficas es porno infantil, cada vez más violento"

-¿Qué aporta respecto a otros estudios previos?

-La perspectiva científica. El libro cuenta con más de 400 notas a pie de página, donde cada cosa que digo está apoyada por estudios epidemiológicos. Llevo muchos años en la investigación epidemiológica y conozco bastante el tema. Hay muchas cosas que se publican sin fundamento científico, pero yo he procurado decantar las cosas que digo en el libro, basadas en evidencia. Como se dice en medicina, evidence based. Abordo el problema desde el punto clave de la salud pública y abordando todo este problema de las pantallas, de los intereses comerciales que hay detrás del mundo smartphone.

-¿En España existe una casuística diferente a la que se puede dar, por ejemplo, en Estados Unidos?

-Los datos son muy parecidos a Estados Unidos, pero ellos tienen más tradición epidemiológica que demuestran esta problemática que afecta a tantos jóvenes. En España, las investigaciones son muy recientes, pero aún así se consigue ver esa casuística. Los últimos resultados de un estudio en una universidad estadounidense dicen que el 24% de las chicas entre los 14 y los 18 años confiesa tener un plan para suicidarse.

-Hay muchas jóvenes que sufren una presión social, de la que habla entre sus páginas, que les lleva a plantearse el suicidio. ¿Se le da la suficiente visibilidad?

-Desde luego que no, hay una problemática y es que se cataloga todo como suicidio y no somos capaces de diferenciar entre lo que verdaderamente lo es de lo que no. El suicidio se ve afectado por un montón de factores, pero desde 2011 se ha visto una tendencia al alza y es debido al nacimiento de las redes sociales, cuando empiezan a pegar fuerte Instagram, WhatsApp, etc. TheWall Street Journal destapó los Facebook Fails, donde se relata cómo Instagram tiene un plan para que las chicas se sientan peor. Hay demandas contra las redes sociales por el daño psicológico que están causando en los adolescentes. El problema es que detrás de todo esto, hay una intencionalidad por parte de las empresas tecnológicas: ellos plantean tener autómatas a su servicio y da igual las consecuencias secundarias que pueda tener. Su intención es tener pasta, mucha pasta y generar ingresos. Entonces, cuantos más followers tienes, cuanta más gente está usando tu red social, más dinero ganas con publicidad, más dinero ganas vendiendo los datos personales. ¿Esto es perverso? Absolutamente.

Miguel ángel Martínez-González, en el jardín del hotel Reina Cristina. / Andrés Carrasco

-¿El consumo de la pornografía, cómo afecta a los jóvenes?

-Eso es brutal. Las empresas de pornografía, las cuales no cito en el libro porque no pienso darle publicidad, se gestionan para pagar menos impuestos y generar mayor contenido, que a fin de cuentas es lo que les interesa, visualizaciones para generar ingresos. Es un mundo movido por el dinero. Ahora, el 20% del contenido que generan son pornografía infantil y cada vez más violento. A eso hay que sumarle lo que ha dicho la Fiscalía, que no lo digo yo: en España, el aumento de las violaciones y de las agresiones a mujeres va en paralelo. Es como la droga, funciona a nivel cerebral. Y todo esto lo explico médicamente en el libro. Las transformaciones cerebrales que se producen por la adicción a la pornografía son paralelas a las que se producen con la cocaína o la heroína. Es algo que agota los receptores de dopamina, que requiere un estímulo súper fuerte para que tenga efecto. Es un fenómeno que está destrozando los cerebros y educa sexualmente a los chavales, no sus padres. En salud pública usamos el lema: captúralos a los 13 años y serán clientes para toda la vida.

-¿La legislación va siempre por detrás?

-Sí. Al final es un mundo que se encuentra movido por el dinero, al igual que le pasa a la industria tabaquera. Si le seguimos la pista a todo lo que mueve el dinero, nos daríamos cuenta todo lo que hay detrás del mundo de las redes. Hay un manual de desinformación que usan las empresas que venden estilos de vida insanos, comida basura, etc. El manual de desinformación tiene los pasos marcados y hay todo un recetario de qué tienen que hacer para desinformar a la gente y conseguir que esto parezca imposible. Por otro lado, hay que seguir toda la pista de dónde va el dinero. Por eso digo que este libro no es simplemente darle unos consejos a los padres, sino decir qué hay detrás.

"¿Usted daría a su hijo menor un coche para que salga a una autovía donde todos van en contra de la marcha? ¿Verdad que no? Pues eso es tener un móvil cuando eres menor de edad"

-¿Qué consejos le daría a unos padres con niños que requieren de una pantalla?

-Lo más importante para mí es que sean padres ejemplares. En mis conferencias suelo mostrar un vídeo de un bebé, de apenas un año, que mueve los dedos como si estuviese moviendo la pantalla de un móvil; y lo que está haciendo es replicar lo que veía en casa, a sus padres todo el día con el móvil. Es abrumador. Por ello, los padres deben tener autoridad moral y ser modelos, unos rol model. Los padres no pueden ignorar a sus hijos mientras estos intentan mantener una conversación con ellos, porque estén prestando atención a un dispositivo.

-¿Qué edad es la correcta para comprarle un móvil a un menor?

-Siempre contesto con el ejemplo del Ferrari: ¿Usted daría a su hijo menor un coche para que salga a una autovía donde todos van en contra de la marcha? ¿Verdad que no? Pues eso es tener un móvil cuando eres menor de edad. Porque si nos da miedo que vayan con ese coche en contra, el mundo de las redes sociales es igual. Detrás de una pantalla hay un depredador sexual, un grooming, una persona mayor de edad que está al acecho de capturar a su presa, haciéndose pasar por jóvenes y terminan consiguiendo engatusar a la menor para obtener imágenes delicadas. Deberíamos seguir el caso de Italia, dónde se ha puesto límite de edad para tener móvil. La gente me dice que esto no es factible, pero yo sé que sí, es más, es una medida bastante buena.

"Se puede ser bastante sociable sin necesidad de tener un teléfono móvil"

-¿Y a esa niña de 10 años que todas sus amigas tienen un móvil menos ella?

-Bueno, este es el tema de los salmones, o sea, los salmones que nadan contracorriente. No hay que seguir al rebaño, no hay que pensar que porque lo haga todo el mundo esté bien hecho. Hay que decir que las cosas son buenas o malas en la medida en que producen salud, producen felicidad, producen una vida plena, no en la medida en que lo hagan los demás. Esto es parte muy importante de la educación.

-Hay casos en los que un móvil es un factor de socialización.

-Bueno, yo creo que eso es exagerado. Se puede ser bastante sociable sin necesidad de tener un teléfono móvil. Animo a que los padres no intenten ser el llanero solitario, sino a relacionarse con otros que piensen de igual manera, como han hecho estos padres catalanes que promovieron toda esta iniciativa para no permitir el móvil y que consiguieron llegar al Congreso.

-¿Los centros educativos deben jugar un papel más importante en cuanto a educación sexual?

-Hombre, claro. El colegio es clave, pero los primeros educadores son los padres y no el colegio. Es una idea que se confunde demasiado. Pero, lógicamente, en la educación para proteger a los chavales de todas estas amenazas que vienen a través de los teléfonos móviles, el colegio debe actuar, pero el papel importante lo juegan los padres. Los padres deben cubrir con la educación la protección de los chavales de todas estas amenazas que vienen con la navegación por internet. Suelen delegar demasiado en el colegio. Por eso insisto en que los primeros educadores y la primera responsabilidad son los padres y no pensar que, por llevar al niño a un colegio muy bueno, ya me puedo olvidar. Craso error.

-¿Deberían existir diferencias, o no, en los mensajes que se dirigen a los niños y niñas?

-Sí, claramente sí. Creo que hay características que son claramente diferenciales. Aunque el libro lo escribo pensando en cualquier lector, tiene que ser bastante diferenciado lo que se le diga a cada uno. De hecho, en el libro sí que hablo de que hay que empezar muy pronto a tener conversaciones sobre temas como sexualidad, entre padres e hijos en privado, la madre con la hija y el padre con el hijo. Porque normalmente se empieza muy tarde. En el departamento de Preventiva, hay estudios sobre afectividad y sexualidad en jóvenes y, cuando se les pregunta a los chicos y a las chicas que echan de menos en la educación de sus padres sobre estos temas, la respuesta más frecuente es que les gustaría que hablaran antes sobre este asunto. La mejor edad es sobre los cuatro años o incluso con tres. ¿Cómo? Progresivamente, y con varias conversaciones, pronto y sobre seguro, sin dar rodeos, al grano, en privado e ir adecuando el contenido en función de su edad. Pero hay que adelantarse, porque cuando se llega tarde, se llega mal.

-Usted es claro partidario de la educación diferenciada. ¿Por qué?

-A mí me parece que este país, España, es muy raro, hay que decirlo claro. España es un país muy raro porque en Estados Unidos cada vez hay más educación diferenciada, sin tener nada que ver ni con lo católico, ni con lo religioso, ni con nada. Científicamente, se ve que funciona mejor para la enseñanza primaria y la secundaria. En el caso de Navarra, donde el Gobierno ha decidido quitar a los colegios la subvención si no se hacen mixtos, no me quiero imaginar las depresiones y problemas de salud mental que van a tener las profesoras que están acostumbradas a tener niñitas y de pronto les meten a los salvajes de los niños. Los niños necesitan un domador de circo. La separación viene bien a los dos sexos. La educación diferenciada, claro que sí, hasta los 18 años. Pues oye, es que somos distintos en esa edad, sobre todo que hay unas trasformaciones brutales en la adolescencia que van a distinto ritmo entre chicos y chicas.

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