Once días con el alma en vilo
San Roque
El secuestro de Melodie, hija de Raymond Nakachian y la cantante Kimera, conmocionó a España en 1987 · Su liberación, hace ahora 25 años, se produjo en la barriada sanroqueña de Torreguadiaro


El mundo vivió once días de 1987 con el alma en vilo el secuestro de Melodie Nakachian, uno de los sucesos más llamativos de la década de los ochenta en España y cuyo feliz desenlace se produjo en el Campo de Gibraltar. Concretamente en Torreguadiaro (San Roque), donde tuvo lugar la liberación de la pequeña de cinco años, sana y salva, en la madrugada del 20 de noviembre de ese año.
Esta semana se han cumplido 25 años de aquella exitosa operación policial que puso fin a un rapto que conmovió al país. La pequeña Melodie, hija del matrimonio afincado en Estepona formado por el multimillonario Raymond Nakachian -de origen libanés- y la excéntrica cantante coreana de ópera-rock Kimera, fue secuestrada por una peligrosa banda hispanofrancesa el 9 de noviembre. Los secuestradores comenzaron su extorsión reclamando 13 millones de dólares -una suma imposible de reunir en la España de la época- y a lo largo del cautiverio rebajaron el rescate hasta los 2 millones; no sin recurrir a técnicas de extorsión que ya han quedado en la memoria colectiva como el envío de una cinta donde la pequeña imploraba ser liberada, un mechón de su cabello rubio o fotografías de Melodie tomadas con una Polaroid sosteniendo periódicos del día como prueba de vida para unos padres que, desesperados, estaban dispuestos a hacer lo que fuera por recuperar a su hija.
Pero no hizo falta pagar. La hemeroteca de Diario de Cádiz -del mismo grupo editor que Europa Sur- permite reconstruir las últimas horas del secuestro. La víspera de la liberación los acontecimientos se precipitaron con el hallazgo de una cartera en Benalmádena que contenía el borrador de una de las últimas cartas dirigidas a la familia y abundante moneda francesa, lo permitió estrechar el cerco. La billetera llevó a la Policía a localizar, en la noche del 19 de noviembre, a dos de los secuestradores mientras repostaban gasolina a un Renault 5 que previamente habían fichado en San Pedro de Alcántara. Pero lograron huir monte a través. Un hecho que hoy, presumiblemente, hubiera provocado un desenlace radicalmente opuesto porque una simple llamada con un teléfono móvil resultaría suficiente para alertar al piso franco de San Roque.
Inmediatamente se dio la orden para que los agentes irrumpieran en los domicilios utilizados por la banda. En uno de ellos, el de Torreguadiaro, la pequeña yacía sobre un colchón custodiada por dos de los secuestradores, ajenos a lo que acababa de ocurrir a pocos kilómetros de distancia. Los GEO asaltaron tres apartamentos simultáneamente en poco más de diez segundos con el fin de dar en el blanco y repeler una posible agresión desde los inmuebles contiguos en una operación no exenta de riesgos y en la que uno de los secuestradores resultó herido tras intentar parapetarse con la niña. Eran las cinco de la madrugada en la urbanización, prácticamente despoblada. En aquel momento, Nakachian ya había logrado reunir 1,8 millones de dólares y esperaba completar el rescate de forma inminente.
La información publicada al día siguiente de la liberación destaca detalles que el tiempo ha diluido, como que Melodie ya en el furgón policial que la conducía hasta Estepona saludó por la radio. "Hola, soy Melodie", unas palabras que colapsaron la emisora e hizo saltar las lágrimas al conductor.
En el piso de Torreguadiaro fueron hallados munición, tranquilizantes, pasamontañas, ropa y juguetes, mientras que la máquina de escribir y la Polaroid usadas para contactar con la familia Nakachian se localizaron en el maletero del coche de los dos fugados (detenidos a los pocos días).
Un cuarto de siglo después, el asunto sigue generando recuerdos entre los residentes en Torreguadiaro, alguno de los cuales estuvo apunto de arrendar su apartamento de verano a los franceses. Actualmente, Melodie tiene 30 años y vive fuera de España; sus padres continúan residiendo en la mansión que lleva el nombre de la pequeña, en la costa malagueña.
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