La comarca tendrá restricciones de agua este otoño por la sequía más grave de los últimos 25 años
Pantanos
El nuevo año hidrológico comienza con 47 hectómetros cúbicos entre los dos principales pantanos, apenas para 12 meses
La Junta ultima la aprobación de un decreto de sequía para restringir el abastecimiento urbano hasta en un 20% y el riego al 75%
El Campo de Gibraltar afronta el recién estrenado otoño con la situación de sequía más grave de los últimos 25 años y las reservas de agua bajo mínimos. La delicada situación dará pie a restricciones para el consumo no esencial a partir de las próximas semanas, en cuanto la Junta de Andalucía apruebe formalmente la declaración de sequía en la región. Apenas hay agua para un año si no llueve.
Sin paños calientes. Las escasas precipitaciones de los últimos dos años, los pantanos con sus niveles en caída libre y un alto consumo durante el verano han empujado a la comarca a la situación hidrológica más delicada desde la sequía de 1992 a 1995, cuando llegaron a imponerse cortes de agua de varias horas al día a la población para tratar de ahorrar este preciado elemento.
Las medidas que se plantean ahora para los primeros compases de la sequía, puesto que se pueden revisar en cualquier momento si mejoran los niveles o endurecerse, se marcan un objetivo de ahorro de hasta un 20% en el abastecimiento urbano y del 75% en el riego mediante limitaciones al uso. Próximamente quedará prohibido el baldeo de calles y riego con agua potable o el lavado de coches fuera de los recintos autorizados, entre otras prácticas cotidianas.
Las cifras de los pantanos son elocuentes. Pero aún más las imágenes de sus orillas agrietadas y una superficie mínima de terrenos ocupados. Este jueves, 1 de octubre, comienza el año hidrológico 2020-2021 con las presas campogibraltareñas en niveles especialmente bajos.
El embalse de Charco Redondo, en Los Barrios, se encuentra al 22,1% de llenado, con 18,1 hectómetros cúbicos. El Guadarranque, en Castellar, está al 32,9% y atesora 28,9 hectómetros cúbicos de agua. Juntos suman 47 hectómetros cúbicos, lo que apenas daría para un año de consumo en la comarca en el hipotético caso de que no lloviera más. Cada doce meses el Campo de Gibraltar demanda unos 46 hectómetros cúbicos para el abastecimiento a las ciudades, riego agrícola y usos industriales.
Hace un año, Charco Redondo estaba al 50,9% y Guadarranque al 52,9%. Y en octubre de 2018, al 66 y 78%, respectivamente.
A esta situación se ha llegado tras dos años especialmente secos, según explica el director general de Arcgisa, José Manuel Alcántara. Arcgisa, la empresa pública de servicios de la Mancomunidad, es la encargada de gestionar el agua en alta, la que se suministra desde los embalses a los municipios. También se encarga del abastecimiento domiciliario y la potabilización, entre otras prestaciones. Y será igualmente la que tenga que poner en práctica las medidas que se fijen por parte de la Junta en el decreto de sequía.
"Llevamos dos años especialmente secos. Enfrentarse a un tercer año seco este 2020-2021 sería dantesco", explica Alcántara. Las precipitaciones habituales en un año hidrológico son del orden de los 900 litros por metro cuadrado acumulados en 12 meses. Pero en 2018 y en 2019 apenas han caído 600 litros cada año, generando un déficit hídrico.
Decreto de sequía de la Junta
La Junta de Andalucía comenzó en mayo la tramitación del decreto de sequía para regular el consumo, restricciones y uso de acuíferos con los que paliar el periodo seco que sufre la región desde 2018 y que se ha agudizado en los últimos meses, especialmente en las provincias de Cádiz y Huelva. El plazo de exposición al público terminará en unos días, por lo que en las próximas semanas pasará por el Consejo de Gobierno para ser aprobado.
En función del horizonte de tiempo de las reservas de agua, la situación de sequía se clasifica en moderada (agua acumulada para tres años), severa (dos años) y grave (un año). "En cuanto se apruebe el decreto de sequía entraremos en situación grave", apunta Alcántara.
La Junta especifica que las aportaciones a embalses en el año hidrológico 2018-2019, que llegaron en algunas zonas escasamente al 40% de los valores medios, descendieron aún más a lo largo de los primeros meses de 2020, situándose en un intervalo entre el 25 y el 10% de la media en el ámbito de los sistemas de explotación del Campo de Gibraltar.
Las medidas de ahorro y prohibiciones
El borrador del decreto de sequía establece las siguientes medidas generales de obligado cumplimiento para los territorios en los que sea declarada la escasez grave.
- Reducción del volumen de agua suministrado para abastecimiento al menos en un 20%.
- Los volúmenes suministrados en depósitos de cabecera municipal o toma de red colectiva no podrán superar la dotación de 200 litros por habitante y día, debiendo respetarse en cualquier caso la dotación destinada a uso doméstico definida en los vigentes planes hidrológicos.
- Activación de planes de ahorro en las Unidades de Demanda Urbana (entidades locales y entidades suministradoras) con el objetivo de alcanzar al menos el 20%.
- Limitación de los volúmenes suministrados para riego de hasta el 75%.
Son medidas más restrictivas que para la escasez severa y complementarias a estas. Así, en términos generales, en todas las zonas en las que se declare la situación de sequía estará prohibido el baldeo de calles, llenado de piscinas privadas, riego de jardines, parques públicos y privados, campos de golf, lavado de coches fuera de los establecimientos autorizados, fuentes ornamentales que no dispongan de circuito cerrado de agua, duchas y surtidores públicos.
El agua no apta para el consumo humano podrá utilizarse para el riego de supervivencia de jardines, parques públicos y campos de golf, quedando restringido a una dotación máxima de 200 metros cúbicos por hectárea y mes.
A su vez, en el caso particular del Campo de Gibraltar, el decreto propone medidas particulares, complementarias a las anteriores y adaptadas al territorio.
Entre ellas, una limitación de la transferencia máxima posible desde la estación de Arenillas hacia la Costa del Sol en función de la situación hidrológica, dependiendo de las instalaciones de tratamiento existentes y de las necesidades de suministro a la zona norte de San Roque. No obstante, desde Arcgisa aclaran que no vende agua a la Costa del Sol desde hace meses, cuando el nivel de agua embalsada llegó a los dos años de consumo estimado, tal y como establece el acuerdo de venta a Acosol.
El consumo responsable y evitar los despilfarros, que siempre deben ser la norma, se antojan ahora imprescindibles para ganar tiempo antes de que lleguen las próximas lluvias. "Las medidas buscan siempre ganar tiempo a la meteorología. Los periodos de lluvia habituales en la comarca van de diciembre a enero, cuando tienen mayor envergadura los frentes atlánticos. Algo menos en noviembre y marzo. En abril también suele llover", explica el director general de la empresa pública.
Arcgisa ya prepara una gestión de la situación en la que se implicará a todos los actores relacionados con el consumo de agua. "La idea es que el único factor que no se pueda controlar sea la lluvia", detalla el responsable técnico de la compañía Arcgisa.
En el caso de no alcanzarse el 20% de ahorro que se plantea, las medidas pueden endurecerse. Sería entonces el momento de abordar la posibilidad de reducir la presión en franjas horarias o incluso cortarla. Aunque este tipo de decisiones con impacto directo sobre el ciudadano son siempre la última opción.
Acuíferos y obras de emergencia
El borrador también plantea la puesta en servicio de acuíferos y otros recursos mediante obras de emergencia para complementar el suministro. Entre ellos, unos pozos en el Pinar del Rey (San Roque) para aportar de 6 a 8 hectómetros cúbicos al sistema, como máximo. Será una actuación prioritaria, según Alcántara.
También se recoge la construcción de una conducción de abastecimiento para la zona norte de San Roque (Valle del Guadiaro y Tesorillo) que permita llevar agua desde Arenillas a este área. "Se trata de una obra interesante. Actualmente existe una tubería para llevar el agua a la Costa del Sol mediante caudal fluyente del río Guadiaro. La idea sería tender otra para hacerlo en sentido inverso, del Guadiaro a la zona norte de San Roque y liberar así el trasvase del Guadiaro al Guadarranque", detalla el director general.
Otras iniciativas contempladas abarcan la construcción de depósitos en Guadiaro y Tesorillo para aumentar la garantía de suministro, así como la rehabilitación y puesta en servicio de los pozos del río Guadiaro.
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