Picardo rechaza ahora que Gibraltar sea espacio Schengen y es partidario de mantener la Verja
Gibrexit
El ministro principal del Peñón se felicita, en cambio, por las "muy exitosas" negociaciones de la CE con Reino Unido para crear un área de prosperidad compartida
Picardo advierte de una "recesión económica" del Campo de Gibraltar
Fabián Picardo se muestra ahora partidario de que Gibraltar permanezca como espacio ajeno al Tratado de Schengen para la libre circulación de personas y mercancías, pese a las conversaciones que la Comisión Europea (CE) y Reino Unido vienen manteniendo desde hace más de un año para la creación de un área de prosperidad compartida, cuya demostración práctica sería la desaparición de la Verja entre España y la colonia británica.
En declaraciones a la GBC, la televisión pública llanita, el ministro principal gibraltareño ha enfatizado que el Peñón no sería una extensión del área Schengen, que a su juicio debería comenzar en la frontera con España, y ha agregado que, por lo tanto, Gibraltar mantendría sus propios puntos de entrada para la inmigración. No obstante, ha reconocido que cada parte busca un modelo a conveniencia.
Pese a todo y aunque ambas partes "analizan diferentes modelos de inmigración", Picardo mantiene que las últimas conversaciones para la firma de un tratado entre la CE y Reino Unido para el encaje de Gibraltar en los 27 han sido "muy exitosas".
La décima y última ronda, celebrada en Londres los pasados días 28 y 29, se ha cerrado sin que, por el momento, hayan trascendido los resultados ni se sepa si habrá una undécima ronda antes de que finalice 2022.
Cinco puntos clave de fricción
Las declaraciones del responsable del Gobierno llanito suponen un giro en la posición que hasta el momento había venido manteniendo en relación a la supresión de los controles aduaneros entre la colonia y España. Al mostrarse repentinamente partidario de una frontera Schengen en Gibraltar para controlar la inmigración, queda en duda el sentido de las conversaciones entre la CE y Reino Unido, en cuya delegación hay representantes del Peñón.
Como ha adelantado Europa Sur, hasta el momento, eran cinco los grandes puntos de desencuentro entre las dos delegaciones.
1. Diferencia de las pensiones de los trabajadores españoles
Uno de esos escollos es la negativa de Gibraltar a equipar las pensiones que cobran los extrabajadores españoles en el Peñón -y las que, en un futuro, cobrarán quienes hoy siguen trabajando allí- con las de los gibraltareños. La diferencia en la percepción del conocido como Community Care entre los jubilados llanitos y los españoles (más los de otras nacionalidades) ronda las 400 libras al mes (alrededor de 460 euros. No obstante, el Ejecutivo del Peñón oculta el número de personas que reciben hoy en día esa pensión.
Según el censo de trabajadores realizado tras el Brexit, en la Roca trabajan unos 12.000 españoles y 3.000 personas de otros países que, en su momento, cobrarán el Community Care; eso sí, con esas mismas 400 libras de diferencia.
2.- Medio ambiente de dos niveles
El medio ambiente es el segundo motivo de discrepancia. Los negociadores británicos, en cuya delegación se integra una representación gibraltareña, se niegan a aceptar la trasposición directa de la normativa europea a la legislación del Peñón. Dos ejemplos: en materia de vertidos, Gibraltar conduce a través de emisarios submarinos buena parte de sus aguas residuales al mar sin depurar y el bunkering (el repostaje de barcos en la Bahía de Algeciras a través de grandes gabarras) se desarrolla por parte de empresas gibraltareñas con estándares diferentes a los de la UE.
3.- IVA e impuestos especiales
Tampoco hay consenso alguno en torno a la armonización fiscal de Gibraltar con la UE, un aspecto recogido de forma expresa en el acuerdo de la Nochevieja de 2020 entre España y Reino Unido. El Gobierno del Peñón rechaza de plano equiparar el IVA y los impuestos especiales (sobre las bebidas alcohólicas, el tabaco, los hidrocarburos, el juego...) que rigen en España a las figuras impositivas de la colonia porque, no en vano, gran parte de los ingresos de esta última derivan precisamente de una baja tributación que atrae a miles de empresas.
En cuanto al tabaco, si bien es cierto que se alcanzó un memorándum respecto a los precios mínimos de las cajetillas en la colonia para disuadir a los contrabandistas, la realidad es que desde el Peñón siguen saliendo ilegalmente a diario y con impunidad miles de cigarrillos que encuentran vías de comercialización alternativas a las oficiales.
4. Controles en el puerto y el aeropuerto
Para la UE, si desaparece la Verja, las fronteras exteriores de la UE pasarán a estar en el puerto y el aeropuerto, por lo que la responsabilidad de su vigilancia corresponde a las autoridades policiales y aduaneras españolas -como estado más próximo- con el apoyo durante cuatro años de Frontex, la agencia europea de fronteras. Para el Ejecutivo de Picardo, “ningún agente español realizará controles de ningún tipo en el aeropuerto ni en el puerto de Gibraltar”. Casus belli.
5.- La cuestión militar
La última piedra en el camino tiene que ver con el uso del aeropuerto y puerto gibraltareños, dos instalaciones militares que, a juicio de muchos, son la razón de ser de Gibraltar desde su ocupación por parte de la flota anglo-holandesa en 1704. Con una frontera abierta, la UE, en este caso, desea establecer un sistema de información que le permita conocer qué buques y qué aviones llegan al Peñón y con qué propósito hacen escala.
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