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El Santa María Polo Club de Sotogrande acogió ayer una nueva velada cargada de emotividad en la que 86 empleados del Grupo Cepsa recogieron las medallas que acreditan la antigüedad y el compromiso de cara a la empresa en los últimos años. El acto simbolizó un hermanamiento entre compañeros que, en el caso de los que cumplen 35 años en la compañía, ofrece un plus de reconocimiento. En concreto fueron 41 los empleados que recibieron la medalla de oro, y todos ellos acudieron junto a sus familias.
El homenaje por su empeño y dedicación también fue para los que cumplen 25 años en el Grupo Cepsa, en concreto tres recibieron la medalla de plata, y la última de bronce distinguió a un total de 42 trabajadores. El director de la refinería Gibraltar-San Roque, Ramón Segura, dedicó sus primeras palabras de agradecimiento a Santiago Bergareche y a Pedro Miró, así como a los 86 protagonistas de la noche, entre los que estaba incluido, reconoció.
Este matiz le hizo hacer alusión a la infinidad de anécdotas que cada uno de los presentes posee de su paso por la "gran historia" de Cepsa en el Campo de Gibraltar. E hizo una especial mención a las familias: "sin cuyo apoyo no seríamos capaces de desarrollar nuestra tarea". En el marco de la crisis que "nos atenaza", precisó, el factor humano es esencial para hacer de ésta una compañía "innovadora y competitiva, con ganas de avanzar y mirar al futuro".
Segura entonó un discurso más riguroso al hablar de la situación actual. De nuevo elevó que "nos encontramos en medio de una fuerte crisis económica· que afecta especialmente a España y Portugal, donde "nuestra presencia es significativa". Explicó que ha habido un descenso del consumo de productos en todas las ramas de actividad, y como consecuencia hay un exceso de capacidad de refino en Europa que, junto con el aumento de las importaciones, "ha supuesto una importante reducción en nuestros márgenes", detalló Segura.
Pese a esta coyuntura, el director de la refinería matizó que el accionista único, IPIC, ha apostado por la expansión y el crecimiento de la compañía. Luego, para conseguirlo desveló que el Grupo Cepsa ha establecido un Plan Estratégico que tiene como objetivo "conseguir un crecimiento entre dos y tres veces nuestro valor, en el plazo de cinco años". El plan se basa en tres pilares: la expansión en exploración y producción; el crecimiento internacional en la petroquímica; y la mejora de eficiencia y eficacia en las unidades de Refino, Petroquímica y Comercial, así como en los servicios corporativos de apoyo a las unidades de negocio.
Por otro lado, Segura echó la vista atrás para recordar aquellos años en los que llegaron a la compañía cada generación de homenajeados. "Los 41 compañeros que hoy -por ayer- recibimos la medalla de oro llegamos en 1977. Eran tiempos económica y socialmente difíciles, pero ilusionantes". La tasa de paro crecía rápidamente y la inflación se acercó al 20%. Poco después emanó la segunda crisis del petróleo afectando a la industria europea. En 1987 se estaba en plena reordenación del sector petrolero, debido al ingreso en 1985 de España en la Comunidad Económica Europea. Las filiales petroquímicas Petresa e Interquisa pasaban a ser 100% Cepsa. Y en 1997, cuando ingresaron los medallistas de bronce, se comenzaba el diseño de la futura ampliación de la refinería.
Los primeros compases de la noche fueron en los jardines de entrada, en un ambiente distendido. 35 años en la compañía es prácticamente una vida de dedicación, lo que supone un auténtico respaldo y satisfacción.
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