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Ciencia para combatir el alga invasora del Estrecho

Rugulopteryx Okamurae

Endesa colabora en el estudio liderado por el catedrático José Carlos García Gómez de la Universidad de Sevilla

Un equipo toma muestras en la terminal portuaria de Endesa en Palmones

Toma de muestras para el alga invasora del Estrecho
A. Rodríguez

04 de marzo 2020 - 14:35

La Línea/El alga exóticaRugulopteryx okamurae llegó hace algo más de cinco años a las aguas del Estrecho de Gibraltar y se hizo fuerte. Pronto desplazó a las especies autóctonas del fondo marino. Y luego comenzó a enredarse en las artes de pesca y las almadrabas con la misma virulencia con la que alfombra las playas de la Bahía de Algeciras y Ceuta después de los temporales.

La ciencia tiene aún muchos interrogantes que resolver antes de diseñar cómo se puede atajar con garantías de éxito la colonización de esta especie de origen asiático que protagoniza una de las bioinvasiones más severas y descontroladas que se conocen en el medio marino. El biólogo linense y catedrático de la Universidad de Sevilla José Carlos García Gómez encabeza un amplio estudio multidisciplinar con la colaboración de varias universidades y empresas privadas que persigue arrojar luz en un mar de hipótesis.

Entre las empresas colaboradoras se encuentra Endesa, que dentro de su Plan de Conservación de la Biodiversidad se ha aliado con el estudio la Universidad de Sevilla para facilitar la investigación. Este miércoles, el equipo ha desarrollado una campaña de monitorización y toma de muestras en el entorno de la terminal portuaria de Endesa en Palmones, en el centro de la Bahía de Algeciras. El grupo tiene su base en un punto de atraque del Puerto Deportivo Alcaidesa Marina, en La Línea.

La jornada se ha centrado en la toma de muestras de cauloides del alga invasora en diferentes ambientes para su estudio morfológico. También se han extraído muestras de agua para el análisis de nutrientes y efectuado una medición con una sonda multiparamétrica de parámetros físico-químicos. Entre otros factores del estudio, Gómez ha detallado que la Rugulopteryx okamurae crece con facilidad en aguas limpias, donde existe cierto movimiento de las masas marinas (como el Estrecho), y también donde hay fósforo.

"Este es uno de nuestros proyectos del Plan de Conservación de la Biodiversidad. Aprendemos con esta alianza a interactuar con el medio y colaboramos para ir más allá de nuestra actividad para impulsar un impacto positivo en el medio ambiente. En este caso, para determinar cómo proteger las algas y la biodiversidad autóctona", ha agregado Luis Quesada, responsable de Medio Ambiente de Endesa en Andalucía.

Un integrante del equipo de investigación prepara el instrumental para la toma de muestras, este miércoles. / Jorge del Águila

Además de la Universidad de Sevilla, participan en este frente científico contra el alga invasora la Universidad de Málaga (UMA) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). No solo para conocer cómo llegó y por qué, también para hacer de la oportunidad una virtud y buscar un aprovechamiento para esta especie que no es comestible porque al gusto resulta excesivamente picante.

La Facultad de Química de la Universidad de Sevilla trabaja en la obtención de biodiésel y los departamentos de Farmacia y Biomedicina estudian la posibilidad de obtener algún medicamento. La Universidad de Extremadura, por su parte, está centrada en su posible utilización para compostaje.

"Las campañas científicas procuran optimizar los recursos que tenemos y rentabilizar al máximo las operaciones de buceo y muestreo. En el agua se avanza lento para obtener información científica de primer nivel. Por eso, buscamos proyectos lo más transversales posibles", ha defendido García. "Este alga se da donde está mejor el agua, donde hay más diversidad de fauna y flora local, provocando un impacto mayor. Es un alga muy completa, por decirlo de algún modo", ha subrayado el experto.

El catedrático en Biología José Carlos García Gómez, este miércoles. / Jorge del Águila

Según el estudio publicado recientemente (2020) por José Carlos García Gómez y colaboradores en la revista científica internacional Science of the Total Environment el alga ha logrado proliferar en sincronización con el pico histórico (en 2015) de subida de la temperatura de las aguas superficiales de Andalucía, al coincidir con su momento álgido de aparición y rápida expansión, lo que sugiere una estrecha vinculación del fenómeno con el calentamiento global.

García no cierra ninguna puerta. Ni a probar tratamientos experimentales como el propuesto por la empresa Vermiorganic basado en el uso del basalto, que ha resultado exitoso en Noruega pero más adaptado a aguas degradadas, ni a colaborar. "Tenemos una visión muy positiva. Todas las personas, instituciones y empresas que puedan colaborar en algo, deben intentarlo. Lo que no podemos es quedarnos cruzados de brazos y asumir que esto se ha ido de las manos", ha concluido antes de zarpar.

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